Los políticos
españoles andan echándose la culpa, del supuesto bloqueo que significa que
nadie apoye la investidura de Rajoy, pero eso es inexacto, porque nadie bloquea
la situación más que la propia legislación que no prevé qué hacer cuando se
llega a situaciones diferentes al bipartidismo. Ni que nos fuéramos a llevar
toda la vida con la alternancia PP-PSOE, es por lo que la ley tenía que mostrar
mayor flexibilidad y dar una variedad de soluciones, con las que dar salida a
las actuales circunstancias, por otro lado lógicas, pues cada ideología no
tiene por qué arrodillarse a otras. Lo normal es que la ley permitiera, como
debe ser, que el pluralismo votado por el pueblo, forme parte del Gobierno,
para que todas las fuerzas elegidas por la gente, tenga algo que decir y no
sean, sencillamente, arrinconadas por ser minorías.
La estrategia
de echarse la culpa de los bloqueos es mentira, nadie bloquea a nadie, e
incluso ese paso al lado que supone la abstención, es mentira. Por ejemplo: C’s
dice que se abstendrá “técnicamente” para permitir que haya Gobierno, pues lo
considera lo más importante para España en estos momentos. ¿Haría lo mismo en
un posible Gobierno de coalición de PSOE-Unidos PODEMOS?, seguramente no, ya no
les importa tanto que los españoles tengan Gobierno, pues a C’s lo que le
importa es el color de quienes gobiernen. Otro ejemplo: Rajoy dice, en el mismo
sentido, que es una obligación apoyar que haya Gobierno en España, para que
nadie bloquee o se oponga a su Gobierno. ¿Haría él lo mismo si el Gobierno que
se fuera a formar sea, el mencionado anteriormente, de izquierda?, seguramente
no, votaría en contra. El cinismo que impera en las filas políticas es
tremebundo.
Yo sigo
pensando que el problema es de falta de creatividad de una ley rígida y
simplista, que no prevé otras formas de hacer las cosas. ¿Por qué no se ponen
de acuerdo y deciden cambiar la ley para que otras formas de constituir
Gobierno fueran posibles? Por ejemplo: para que tengan cabida todas ideologías
votadas por la ciudadanía, que voten entre los 350 diputados cada uno de los
puntos de cada programa electoral, y se confeccione un único programa
resultante de esas votaciones. Una vez establecido el Programa a seguir, lo de
menos son los componentes del Gobierno, que nombre al Presidente la formación
más votada, y el Gobierno se componga de representación de todos los grupos políticos.
Problema resuelto si lo dice la ley, pero aquí es que son muy torpes, les gusta
rivalizar, descalificarse, hacer el show, tener protagonismo en los medios de
comunicación y llevarse el dinerito resultante de las legislaciones fallidas y
de las elecciones manipuladas.
Con voluntad
de hacer las cosas, las cosas se hacen, pero si están a otra cosa, jamás se actuará con verdadera
transparencia, honradez y tratando de desembolsar el menor dinero público. Los
políticos siguen como las tribus de la prehistoria, defendiendo su territorio
en lugar de defender el que es de todos. Siguen a garrotazo limpio con todo el
que invada su parcela ideológica, y así no vamos a ningún sitio. Sin olvidarnos
del celebérrimo cinismo del que hacen gala todos. La cuna del cinismo debió ser
el seno de la política, para hacer mala política y peor gestión de lo público,
así que en España son maestros de esto, del cinismo más agudo e hiriente.
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