¿Qué falta
hacen los Juegos Olímpicos?, y menos en Brasil, haciendo uso de parte del
terreno de las favelas, una zona pobre, quizá la zona más deprimida de Brasil,
y van y construyen complejos residenciales y deportivos, entre la miseria del
país. Esto parece un cachondeo hacia los más pobres, reírse en sus caras, o al
menos es una falta de tacto terrible.
El mundo sufre
una gran crisis económica producida voluntariamente por algunos, para recoger
los frutos del endeudamiento de otros. Pero ya que las cosas están como están,
hay eventos inservibles para la microeconomía, la que perciben las familias, la
que afecta a las casas de cada uno de nosotros, y que significan, no obstante,
hacer inversiones millonarias con el dinero de la gente, lo que es una
vergüenza en estos tiempos, por cuanto representa de despilfarro, pudiéndose
emplear en otros asuntos más urgentes para remediar problemas directos que
sufre la ciudadanía. ¿En qué piensan los dirigentes de los países, cuando
destinan millones de dólares o euros a empresas inservibles como esta?
Hay ciertos
individuos que llevan toda su vida organizando estos grandes eventos, mientras
se llevan miles de millones y no van a renunciar a su negocio. Está en los
dirigentes el ser sensatos y no optar a que su país prefiera el boato y la
fama, antes que el bienestar de sus ciudadanos y ciudadanas. Ustedes dirán que
miles de personas consiguen trabajar durante algunos años en la preparación y
celebración de espectáculos de este tipo, pero ustedes olvidan que la población
mundial es de algunos miles de millones de personas que se quedan al margen,
ellas y sus problemas. Al menos en tiempo de crisis hay que socorrer a la gente,
y la diversión o el espectáculo han de pasar a un segundo o tercer plano. No es
una urgencia celebrar unos Juegos Olímpicos. No hace falta competir entre la
gente para conocer quien corre más, quien nada más rápido, quien mete más goles
o encesta más canastas; porque nada de esto solventa los problemas de la
sociedad que se ha quedado sin trabajo por culpa de la crisis intencionada de
unos pocos.
Igual sucede
con otros grandes acontecimientos, como los mundiales de Formula I,
motociclismo, los campeonatos de fútbol, etc. No se pueden seguir pagando miles
de millones de euros a jugadores, pilotos, etc. o invirtiéndolos en la organización
y celebración de cada Gran Premio. Los tiempos no están para esto, primero hay
que socorrer a la gente, procurar tener unos países con capacidad para generar
trabajo para toda su población activa, y que no acumulen deudas frente a otros
países, porque estos van a comprar las voluntades de aquellos, les van a
secuestrar la soberanía y les van a conducir al suicidio económico. La deuda se
convertirá en una bola de nieve, que conforme pase el tiempo va a ir
engordando, hasta niveles que serán impagables, algo que ya está empezando a
suceder, por eso no deja de crecer; pues por más que se pague, los intereses
hacen que lo que quede por pagar nunca disminuya el montante de la deuda más
los intereses. Antes, hace años, se sometía a otros países por la fuerza de las
armas y hoy en día se hace con maniobras financieras bien calculadas, que
conducen a los países a la bancarrota. Es una forma de algunos países de
ejercer el poder y la hegemonía sobre sus vecinos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario