De nuevo atacan los animalistas
anti taurinos en Barcelona. Yo me pregunto si todos ellos son vegetarianos, en
coherencia deberán serlo, porque ahí tienen un campo enorme para la protesta
animalista, contra el asesinato en masa u holocausto de animales de granja:
pollos, gallinas, cerdos, ovejas, vacas, caballos, etc. Un verdadero crimen que
comete la humanidad con la justificación de que lo hace para poderse alimentar
a todas las personas… algo que es mentira. La humanidad puede y debe ser,
perfectamente, vegetariana o, mejor aún, vegana. En pocas palabras para
aquellos que no sepan lo que es ser vegano, le diré que es excluir de la dieta
todo producto que proceda de los animales: carnes de todo tipo, pescado,
subproductos de los mismos, leche y todos los productos lácteos, huevo o miel…
y no pasa nada. Se respeta la vida de los animales y no se les hace pasar tan
mal ni se les asesina, no se les tiene que envenenar como hasta ahora: atiborrándoles
de anabolizantes, hormonas o antibióticos, que posteriormente van a parar a
nuestra cadena alimentaria.
Es cuestión de respeto y de
salud. Los animales no nos pertenecen, mejor dicho: la vida de ellos vale tanto
como la nuestra, es la misma energía que la nuestra… solo vida, energía de vida
tal como la nuestra; no hay distinción, la diferenciación inexistente solo es
producto de intereses y auto convencimientos, para poder seguir practicando la
barbarie que se comete a diario y por millones en todos los lugares de la
Tierra. Las mentes estrechas ven el final de sus días y no ven más allá de los
filetes y chuletones, de esa carne a la brasa, de esos guisos con pringue
animal que tanto le cuesta digerir a los humanos, y que tantas repercusiones
negativas tiene en nuestra salud: sobrepeso, problemas gástricos, exceso de
colesterol, obstrucción de las arterias de nuestro cuerpo, infartos, ictus, diabetes,
etc.
Habría que ver si todos esos que
protestan contra la tauromaquia no visitan nunca un burguer, no comen pollos ni
pescado frito, y además practican una cocina de verduras y hortalizas. Jamás he
ido a una corrida de toro, pero no voy a mentir, a veces, hace años, las he
visto de cuando en cuando por televisión. Nunca me gustó el castigo infringido
al toro, no me gusta que le piquen, le pongan banderillas y, mucho menos, le
maten atravesándole sus órganos con el acero de la espada. Tampoco soy un
defensor de las tradiciones, creo que son cosas antiguas que chocan con una
sociedad moderna de progreso, digital, robótica, etc. Creo que hay asuntos más
importantes para zanjar necesidades vitales de la población, pero es posible
que existan cosas que a otros muchos les gustan sin necesidad de llegar a la
prohibición. Se debería permitir torear pero sin castigar al toro, sin ni
siquiera clavarle la divisa (esa especie de pequeñas cintas de colores que se
clavan en el morrillo). Nada de picadores ni banderilleros y, por supuesto,
nada de entrar a matar… solo faena, arte, pases, coreografía en la arena para
el deleite de los aficionados, pero nada más.
Eso es posible, por qué no
piensan un poco unos y otros, flexibilizan posturas y nos respetamos todos. De
esa manera, todos salen ganando, hay toros, hay espectáculo o arte, y hay
animales que se ejercitan sin ser castigados. Los aficionados contentos, los
animalistas contentos, no hay que estar constantemente en una revancha ni
confrontaciones… es una salida inteligente por ambas partes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario