Ayer, en un curso de inglés
que estoy haciendo, la profe propuso hacer un rollplay por parejas. Indicó tres
posibilidades y mi pareja y yo elegimos hacerlo sobre la entrevista a una persona
famosa. La compañera me dijo que ella haría el papel de una periodista, y yo
elegí ser un maestro espiritual. No pude evitar dejar salir lo que siento, lo
que pulsa dentro de mí desde hace años. Es mi gran deseo personal, si es que
tiene que ser una realidad algún día y yo llego a estar a la altura.
Mi compañera comienza
presentándome y dándome la bienvenida al programa. En seguida comienza a
preguntar y voy contestando desde dentro, desde lo que siento, desde lo más
auténtico de mí, y la gente se extraña de que se muestren sentimientos de amor
hacia los demás, de que se ame la humanidad, de que se tengan en cuanta a los
otros; sé que era un juego en una clase de inglés pero no podía desligarme de
lo que para mí es primordial: La gente está un poco loca, e hice alusión a que
unos lanzan bombas contra otros, o que una parte de la humanidad pasa hambre y
otra parte pasa sed. Asimismo, llamaba la atención a un gran problema hoy en
día: Una parte de la humanidad no ama a otra parte de la humanidad. Todo esto
es horrible, no podemos seguir por la senda de querer salir ganadores de todos
los asuntos en los que intervengamos, porque nos veremos abocados al fracaso
más decrepitoso.
Vivir ha de tener un sentido
profundo para cada uno de nosotros y no solo una continua monotonía, donde nos
levantamos todos los días a la misma hora y empezamos a correr ¿para conseguir
qué… dinero? Eso es mi pobre, de verdad, créeme, es terriblemente pobre.
Tenemos valores y capacidades que están adormecidas e ignoradas, digamos
desatendidas. Este estado provoca, a veces, desasosiego, angustia e
insatisfacción; es como si nunca fueras lo suficientemente bueno o buena, como
si nunca llegaras a sentirte feliz; y es que tienes una parte importante de ti
en la oscuridad y sin atender. Hay que comenzar a mirar un poco más hacia
dentro, dedicándose un poco más de tiempo para sí, observándose, deteniéndose, calmándose,
parando un poco todo ese ritmo endiablado, cambiando algunos malos o
superficiales hábitos.
Tienes que creer en tus
capacidades internas, volverte más positiva, confiar más en la gente, amarte
más y hacer lo mismo con la gente, y no solo me refiero a tu familia sino a tus
amigos, a tus vecinos, a todos aquellos que se cruzan contigo en las calles, en
los bares, mientras conduces, cuando trabajas, etc. Es necesario encontrar tu
fuente de amor porque tú eres amor, una energía de amor inteligente. Cuando te
pares a verlo y a sentirlo, lo comprenderás mejor. ¿Qué hiciste para que seas
como eres? Ves como tu cuerpo se ha desarrollado, sabía lo que tenía que hacer
desde que fue concebido; eres una energía de vida, que es un radiador de amor e
inteligencia. Ese es el principio de todo, es lo más esencial que hay en ti… lo
que tú eres, tú eres la vida… no la tires por el balcón, no la desperdicies sin
enterarte de nada corriendo a la velocidad que te impongan, porque de esa
manera no llegarás a ningún lugar reservado para ti. Encuentra tu sitio en la
Tierra, ineludiblemente, el hallazgo está vinculado al amor, esa es la
verdadera religión, si quieres que te lo acerque a algo que te suene y que a
todos nos quisieron, los ciegos, imponer algún día. Solo el amor que somos
capaz de desarrollar, sentir y expresar; es lo más satisfactorio que podemos
compartir con los demás, sin dejar de serlo y sentirlo.
Ya sabes, eres amor, no
pierdas ni un segundo más en errar tu camino. Tu camino es la vida en sí,
expandirla y compartirla, hacer comprender a otros que todos somos lo mismo… la
energía de vida que somos.
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