El mejor sitio
para la ciclostatic es el salón, definitivamente me di cuenta que era el lugar
más apropiado y el que menos pereza da para utilizarla y hacer un poco de
ejercicio. Si tienes la ciclostatic en otra estancia de la casa tienes que ir,
exclusivamente, a él para montar un rato; sin embargo, en el salón estás
rodeado de los tuyos y puedes ver la televisión al mismo tiempo. Ya sé, estás
pensando que queda fea o poco estética entre el mobiliario propio del salón:
mesas, sillas o sofás, pero es donde más provecho le sacarás…, recuérdalo.
Al principio,
cuando decides poner la ciclostatic en el salón te cuesta algunas discusiones
con tu pareja, porque no quiere que ese trasto esté en el centro del salón, en
el lugar privilegiado: frente a la tele; pero te digo que es una pasada, que
retransmiten un partido de fútbol, pues mientras tu mente se distrae con el
juego en sí, tu estás haciendo ejercicio. Que estás viendo unas carreras de
moto, por ejemplo como es mi caso, pues pedaleo por el espacio de tiempo que
dura cada carrera y descanso en el sofá entre las mismas. No te cansas porque
la cabeza está en lo que estás viendo y puedes ver la tele sin hacer una vida
sedentaria.
¿Por qué
escribo ahora, precisamente, sobre este tema?, pues porque llega el frío, ya
mismo tenemos el otoño, y a este le seguirá el invierno, lo que significa mal
tiempo y no apetece tanto salir de casa. Es una época ideal para convivir más horas
dentro de casa y no vas a estar todo el tiempo sentado holgazaneando, que a
veces está muy bien, pero habrá que moverse un poco, ¿no? Pues ahí tienes el
remedio para combatir las pizzas, las meriendas, las cervezas, los chuletones,
etc., un poco de movimiento de pedales mientras ves tu película favorita o los
deportes que más te gustan.
Tener la
ciclostatic en un lugar tan visitado y habitado como es el salón, proporciona
confort y mucha facilidad para hacer deporte dentro de casa, sin apartarse de
la familia, participando en conversaciones, viendo la tele o, simplemente,
acompañar a otros miembros de la casa y sintiéndose acompañados. Estoy contento
de tener mi ciclostatic en el salón, es el mejor lugar para ella, y es el mejor
lugar para mí, es donde más provecho le saco. Sé de muchas personas que tienen
una y la tienen en el trastero o en otras dependencias alejadas de los lugares
habituales y frecuentados por los demás miembros de la familia, y lo que sucede
en esos casos es que nunca o casi nunca se acuerdan de usarlas… están muertas
de risa, como vulgarmente se suele decir.
Mucha gente
hace la pequeña inversión en uno de estos aparatos para hacer ejercicio:
ciclostatic, cintas para caminar o correr, bancos de abdominales, etc., lo usan
unas semanas, les entran las agujetas, pasan por la incomodidad del comienzo de
una actividad física y lo dejan para siempre. Los guardan bajo una cama, detrás
de algún mueble o lo arrinconan en el trastero y le echan una funda por lo alto
para el resto de sus días; seguramente conozcan a alguien que tiene algunos de
esos artefactos para ejercitarse que haya acabado de esa manera. ¡No lo hagan!,
nos ayudan a mantenernos en forma cuando no tenemos tiempo para estar en la
calle, no nos apetece salir o hace mal tiempo. Comprendo que lo que os propongo
no es lo más estético, pero os aseguro que es lo más práctico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario