Pedro Sánchez
dimitió ayer sábado, renunció, dimitió ante las presiones de los críticos del
PSOE, aquellos que en el anterior comité del partido decidieron por mayoría
oponerse al PP, ni siquiera abstenerse, o sea, ¡no, es no!, pero que ahora ven
bien, por influencias e indicaciones de los viejos cargos del partido, que se
deje formar Gobierno a Rajoy con tal de que haya Gobierno, pues debe ser la
orden de los otros de más arriba, que andan proyectando la situación que mejor
les vaya a ellos, evidentemente.
El caso es que
Pedro Sánchez, al que culpan de los malos resultados de unas políticas erróneas
de los últimos años del PSOE, ha tenido que coger la puerta por el momento,
pues ya ha dicho a algún medio de comunicación, que en cuanto su partido realice
primarias, él piensa presentarse con sus avales pertinentes. Le han echado, le
han hecho pagar el precio político de la vergüenza, responsabilizándole de los
malos resultados de las cuatro últimas elecciones. Con este castigo, el PSOE,
liquida y limpia cualquier responsabilidad de todos aquellos que le han
antecedido…, “toda la responsabilidad es de Pedro”, esto es lo que han debido
decir y se han cobrado la deuda.
El PSOE está
más fragmentado que nunca, yo nunca les vi en esta situación de enfrentamiento
entre dos bandos claros: los partidarios de Pedro y, según dicen, los de Susana
Díaz (la presidenta de la Junta de Andalucía), a la que atribuyen toda esta
movida de acoso, derribo y expulsión del Secretario General del partido
socialista obrero español. Si estos mismo que se han alineado con Susana para
hacer dimitir a Pedro piensan que el mal dentro del partido se ha acabado con
la salida de Pedro, están pero que muy equivocados. Por el contrario, esa
acción de fuerza divide al partido, lo rompe y lo deja de cara a los militantes
y votantes en muy malas condiciones. Pedro cuenta con la simpatía de la
militancia de izquierda, la misma que se ha mantenido firme en contra del PP y
de Rajoy, como fue decisión de la ejecutiva, aunque ahora algunos, casi la
mitad o la mitad, aproximadamente, se amotinaran en su contra. Esto ha sido un
motín a bordo del PSOE, o como otros han dado en llamarle: “Un golpe de Estado
en el interior del partido”.
Yo no voté
PSOE, pero el personaje me causa simpatía, no le he visto como un mal líder,
pero si las directrices marcadas por el partido se desviaban del pensamiento
socialista, obrero y español de todos los tiempos; a la vez que se acercaba al
centro derecha como en ocasiones hizo, apoyando políticas contra las que
debería haber luchado y haberse opuesto por el bien de la ciudadanía; de todo
ello surgen estas dudas en la gente y propicia la falta de apoyos en las urnas.
Ya digo, no soy votante del PSOE, pero mi interpretación es esta: no se puede
ser un partido de izquierda que hace políticas de centro derecha, porque esto
no es lo que necesita la gente más humilde de España. El PSOE no se puede
alinear con el PP para imponer reformas, ni el famoso artículo 135 de la
Constitución, esto creo que caló muy hondo en la ciudadanía. En definitiva, el
PSOE se acercó demasiado a los del IBEX, a los dictados de la UE, del BCE y del
FMI, y eso no es bueno para la lucha por la dignidad de un pueblo, porque todos
los nombrados tienen demasiados intereses monetarios, y los ciudadanos estamos
necesitados de trabajo, todavía en el siglo XXI, de no ser desahuciados, de no
sufrir abusos por parte de los bancos y los empresarios y, sobretodo, de no
soportar por más tiempo políticos chorizos, que nos saquean constantemente.
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