Felipe
González no ha podido dar una conferencia en la Facultad de Derecho de la Autónoma
de Madrid. Los estudiantes se han manifestado en su contra, profiriendo gritos:
“No queremos terroristas en la Universidad”, al tiempo que portaban pancartas
donde se podía leer: “González tiene las manos llenas de sangre”, y en otras: “González
tiene las manos llenas de cal viva”, también había alguna pancarta que hacía
alusión al acercamiento de los presos vascos, etc. Estuvieron insistiendo hasta
que, tras un leve forcejeo con los hombres de seguridad del ex presidente,
Felipe desistió y la conferencia programada para las doce del mediodía no se
celebró.
Al hilo de lo
que sucedía en la Facultad de Derecho, en las tertulias televisivas se
manifestaban los invitados que calificaban el acto, muchos de ellos, de
fascista, violento y antidemocrático. De ese modo estimaban estaban siendo
todos aquellos jóvenes que participaban de la protesta. Me pregunto: ¿Cómo
debemos manifestarnos los ciudadanos cuando queremos impedir algo?, ¿qué
herramientas nos han dejado para defendernos de los abusos del poder y sus
imposiciones?, ¿cómo podemos la ciudadanía poner fin a los partidos corruptos y
a los políticos que lo son? Estamos viendo como estos tipos dejan, dimiten o
abandonan sus funciones, al mismo tiempo que nos vemos obligados a la fuerza a
seguir pagándoles hasta que se dignen a dejar sus actas de diputados. Por lo
general esto casi nunca se produce, por lo que se convierten en parásitos del
sistema y de las Instituciones, en definitiva, un huésped que vive a costa de
nosotros.
Por el
contrario, los políticos pueden acordar la imposición de leyes y decretos, a
veces muy injustos para la población, que debemos acatar y cumplir al pie de la
letra y sin rechistar, ¿no es eso, igualmente, antidemocrático, violento y
fascista? Cualquier reacción de la ciudadanía es siempre llamada de ese modo
por los estamentos de poder, porque no están acostumbrados a que la población
se movilice, se organice y actúe. Ellos se sienten con todo el derecho a
hacerlo para el bien de ellos mismos y de los poderosos, tal como estamos
viendo descaradamente en los últimos tiempos, pero reprenden y descalifican a
los ciudadanos y ciudadanas que dan un paso al frente contra lo que creen
injusto, aberrante o abusivo.
Como ya he
comentado en otras ocasiones, Felipe González se olvidó del pueblo hace muchos
años. El paso por la político le resolvió la vida para siempre, y como hacen
todos los ex presidentes y altos cargos de la Administración, son contratados
por algunas de las puertas giratorias del IBEX, son millonarios, se convierten
en casta o élite intocable y su palabra, los medios, la consideran sagrada.
Pero como la gente no es tonta, reconoce todos esos giros e intereses, así como
la gran desconsideración hacia las personas, y atacan en su defensa… faltaría
más. Hubo un tiempo en el que le interesábamos demasiado y buscaba nuestros
votos, pero ya eso pasó. La casta no quiere saber nada de los pobres, y como
ahora casi todos estamos como estamos por culpa de ellos y de sus políticas de
las últimas décadas; solo aparecen en escena cuando a los poderosos, a los que
representan, les obligan a efectuar una nueva manipulación. La actual es hacer
fuerza para que siga coexistiendo el bipartidismo, y para ello hace
declaraciones a favor de investir a Rajoy y al PP… es normal… es muy de
derechas.
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