Algunas personas tienen la
necesidad de ser ellas, necesitan estar por delante, parecer más, quedarse con
lo que no es de ellas. ¿No te ha sucedido alguna vez que estando esperando que
el semáforo se ponga en verde, el coche, o los coches que venían por la
perpendicular, a la que se acababa de poner en rojo el semáforo, atraviesan
para entorpecer toda la circulación? ¿No te ocurrió nunca que estando
pacientemente esperando en una cola para ser atendido, llega el listo o la lista
de turno, y trata de ser atendido sin esperar
como los demás? ¿No te pasó que estando esperando el bus, habiendo
llegado el primero, comienzan a rodearte gentes que llegaron después que tú, y
cuando llega el bus y abre la puerta, esas mismas gentes no respetan los turnos
y suben velozmente, como si se fueran a quedar abajo? ¿Nunca has accedido a un
establecimiento y has saludado sin que nadie te devuelva el saludo? Seguro que
también recibes cientos de llamadas cada mes de gente que se cuelan en tu casa,
que ocupan tu tiempo, porque quieren venderte algo y, cuando les preguntas qué
vendes, lo niegan y vuelven a la carga, siguen queriendo colocarte uno de esos
seguros, un colchón o que cambies de operador de telefonía o electricidad. ¿A
que nunca te llamó una empresa ofreciéndote trabajo, a pesar de llevar varios
años en el paro?, estoy seguro que alguna vez algún proveedor de servicio habrá
ofrecido servicios de los que tu utilizas o consumes, a mejor precio, pero lo
ofrecen a nuevos clientes, a los antiguos, que llevan años fielmente
consumiendo… ¡que les den!
Tampoco hemos escapado de los representantes
políticos que no nos representan, sino que representan a sus partidos, trabajan
para conseguir más votos, lo que se convierte en mayores cantidades de
subvención para los partidos… ¡tienen montado un clan mafioso que es terrible! ¿A
como habrás visto cientos de veces, miles, tal vez, a personas que lanzan la
cajetilla de tabaco vacía por la ventanilla del coche? El peatón que se hurga
en el bolsillo y saca un papel o un pañuelito y no se molesta en alcanzar una
papelera y depositarlo en su interior, sino que lo arroja al suelo, al que
deben confundir con el cubo de basura público. Otro fenómeno común o muy
frecuente son las caquitas perrunas en las aceras. Las hay de diferentes
hornadas, las de la mañana, las de la tarde, las de la noche y, también, las
hay de dos, tres, cuatro,… días.
¿Saben ustedes de alguien que le
hayan rayado el coche, le hayan abierto el coche y sustraído algo de su interior,
peor aún, le hayan robado el coche? Seguro que en su bloque de pisos hay
vecinos para los que usted es invisible. Siempre hay individuos a los que
cuesta tanto dirigir la palabra a otros, que a menos que se tropiecen nariz con
nariz, no saludan, parece que no ven a nadie. ¿Sabe usted para qué va un
político a una zona en la que haya sucedido una catástrofe?, yo tengo mi
opinión… para salir en la foto. ¿Usted ha visto a alguno que llegue en ropa de
faena y doble el espinazo?, España, la tan amada por ellos, según dicen,
también es esa zona catastrófica. La pasta para ellos, la fama para ellos, las
fotos para ellos, el curro para el pueblo…, ¡sinvergüenzas!, ¿no es cuestión de
unidad?
Todo lo anterior es una llamada
de atención de cosas corrientes, hay millones más que todos hemos vivido y que
se presentan a diario, porque hay muchos desalmados que no respetan, que
carecen del nivel adecuado de educación, que son frescos y desconsiderados con
los demás. Debemos cambiar si aspiramos a una sociedad diferente y más
gratificante para todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario