Es de manifiesta urgencia cambiar
las leyes para que algunos sucesos se puedan evitar. Como están las leyes se
dan situaciones como los que paso a comentar y, después, vienen las
lamentaciones. Este fin de semana pasado, en la población turística de Carmona,
en Sevilla, un individuo, delincuente habitual de esa población, entró en una
tienda regentada por un chino y quiso llevarse una botella de cerveza sin
abonarla, ante la reclamación del dueño de la tienda para que le pagase, empuñó
un arma blanca y le acuchilló varias veces en el cuello provocándole la muerte.
Lo dicho no sorprende, sucede con cierta frecuencia en todas las ciudades
españolas, pero lo alarmante es que el asesino había sido arrestado unas cien
veces, como ha trascendido por los medios de comunicación.
En el mismo sentido, todos hemos
oído en muchas ocasiones de parejas separadas, en proceso de divorcios, que el
hombre ha sido denunciado en varias ocasiones por maltratos, quedando libre y
con una orden de alejamiento. Un día se le cruzan los cables y se salta la
orden de alejamiento, va a casa de su ex pareja y la asesina… ¿cuántas veces
tiene que ser denunciada una persona por malos tratos para que se busquen
soluciones efectivas?
Cuando yo era más jovencito,
recuerdo haber leído en los periódicos, en más de una ocasión, en aquellos años
en los que los delincuentes solían abrir los coches y robarles las radios o,
eran muy frecuentes los asaltos con arma blanca en plena calle, que la policía
había detenido a fulanito (acostumbraban a nombrarles por las iniciales en
mayúsculas de su nombre y apellidos), terminaba siempre la noticia haciendo
alusión a las decenas de veces que había sido detenido por causas similares.
Cómo es posible que hechos de
esta naturaleza se sucedan sin que exista un remedio eficaz contra el bandidaje
y los asesinatos que resultan de esas acciones delictivas. Cambiando de tema y
por lo que viene ocurriendo en Algeciras con los narcos y la droga, si los
Gobiernos tratan de regularlo todo, por qué no se prohíbe la navegación en
embarcaciones o planeadoras, que es como creo que las llaman, con motores súper
potentes dedicadas al traslado rápido de la droga. Eso se hace igual que no se
permite circular por una carretera nacional a un Formula 1.
De todo esto, comprendemos que
las leyes se han de modificar por el bien de todos y para el mal de los delincuentes
y gente de mal vivir. ¿Quién le pone el cascabel al gato? Cuando de lo que nos
enteramos es que los Ministros se dedican a planear sus jornadas semanales de
trabajo de manera que puedan volver a su tierra cuanto antes mejor. El puesto
sí lo quieren, las dietas también, pero trabajar adecuadamente para asegurar la
vida de la gente y el bienestar de ésta, eso es otra cosa. Cumplir con sus
obligaciones parece que no les va en el sueldo, cómo van a trabajar duro y en
la línea correcta para solventar los verdaderos problemas sociales, eso no va
con ellos. La vida de la ciudadanía no tiene el menor valor para los
gobernantes insensibles y deshonestos. Hacer leyes es sencillo, si ustedes no
saben cómo acabar con ciertos problemas, consulten a la ciudadanía, nosotros no
tenemos las presiones para dejar lagunas en la legislación, que es quizá lo que
a ustedes les sucede.
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