Buen recibimiento el que hicieron
los pensionistas, el viernes, en la ciudad de Cádiz, a M. Rajoy… “Mariano, ladrón, te queda con nuestra
pensión”, abucheos y pitos contra el Presidente del Gobierno de España. Qué
quiere que le diga, ni me parece bien ni mal, yo soy uno de tantos afectado por
las malas políticas del PP, y la gente tiene que dar salida a la indignación,
la rabia y la impotencia que sienten contra quién tendría la capacidad de
rendirse a la ciudadanía y no a los estamentos europeos. No digan que si se
está en Europa hay cumplir con todo lo que diga Merkel, el FMI y el BCE, como
se sabe, se ha de asumir los mandatos de esos entes y de esa persona, si son
justos, de lo contrario, como estoy convencido, hay que desobedecer. No se
puede estar en Europa para reír las gracias a esos extraños y estar jorobando a
toda la ciudadanía española, además de estar empeorando por momentos la
situación de nuestra sanidad pública, la educación pública, la situación
laboral y poniendo en riesgo las pensiones. Antes de llegar a esto, hay que
tener coraje y un poco de decencia para proteger a los españoles y españolas…
pero como no hay ni lo uno ni lo otro, pues se nos ha instalado la mediocridad,
la precariedad y, por ende, la pobreza en los hogares españoles, salvo
excepciones contadas, la de los ricos de siempre y la de los nuevos ricos
surgidos al albor de la puñetera crisis propiciada por los bancos que se
dejaron llevar por su desmedida avaricia, haciéndose cargo de paquetes de
hipotecas que resultaron ser basura. Así que no nos cuenten más cuentos chinos
y se hagan responsables de una vez de la situación deplorable en la que se
encuentra el país, salvo en los casos citados de esos ricos y nuevos ricos, así
como la Moncloa, la banda que le acompaña y la realeza apuntalada por el
Gobierno, que no deja de proteger la herencia franquista recibida; aunque ellos
siempre se quejaron de la proveniente del PSOE, a la larga, ésta, la real, nos
cueste más.
Volviendo a la salida del coche
en Cádiz, del presidente de los que le votaron, la cara era un poema, se
sonrojó y todo, internamente debía estar abochornado, como no puede ser de otro
modo, pero aguantó el chaparrón. La mierda de su partido, del que él preside,
le persigue, igual que los resultados desastrosos de una mala gestión política
en la cual la gente no está presente sino al margen. Es lógico que actuando de
ese modo tan poco eficiente y nada eficaz para la mejora de la vida de la gente,
la gente se revuelva de algún modo y se lo zampe en la cara… no hay otra. No se
puede cobrar como responsable de un partido y como presidente de un gobierno minado
de corruptos y no pagar por nada de lo que sucede en el partido o en el
gobierno… ¡esto es incomprensible! Al hilo de esto, el mintió en los juzgados
cuando fue llamado a testificar, dijo que no sabía nada, que no era responsable
de nada, que no conocía cómo se empleaban los dineros en las campañas
electorales, y todos sabemos que su tesorero le llevaba sobres con dinero en
negro, como corroboran los apuntes extracontables de la contabilidad en B del
partido que gobierna España. El partido del gobierno fuera de la ley, manejando
dinero en negro, estafando a Hacienda y a todos los españoles… ¿no es motivo
para haber estado chupando banquillo desde entonces? Esto nos da una idea del
control de la justicia por parte de los gobernantes… vamos, un traje a medida que
de ningún modo se corresponde con un país serio y, mucho menos, con una
democracia seria. Democracia no existe, así, directamente. Respeto a la
ciudadanía, menos.
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