viernes, 13 de febrero de 2015

VIVIR JUNTOS




Vivimos individualmente, separados de los demás, en círculos pequeños, como yo digo. De lo contrario, si viviéramos aportando y colaborando, formando una colectividad y nos marcáramos unas metas o fines, conseguiríamos empresas mayores y mejores para todos. Esto sería fabuloso para aplicarlo en cualquier ámbito de la vida.
Si todos quisiéramos relacionarnos más, nos entregáramos más y nos predispusiéramos menos mentalmente, avanzaríamos a pasos agigantados, alcanzando fines insospechados. Esta manera de proceder se puede aplicar a la vida en comunidad, como modo más cercano en el que todos nos vemos comprometidos o inmersos. Se podría conseguir hacer inversiones entre todos para rentabilizar la comunidad, hay quienes han cedido parte de sus terrenos o azoteas para que le instalen antenas repetidoras de telefonía móvil, pero igualmente se podría instalar una fuente de energía fotovoltaica, que generara la electricidad necesaria para los equipos comunes: grupos de presión, otros motores, ascensor, alumbrado, etc.
Cuando se vive en una urbanización, aún se dispone de mayor extensión de terreno que se puede dedicar a esa rentabilización o explotación que liberaría a los propietarios o comuneros de parte de las cuotas mensuales. Se pueden hacer muchas cosas que aumenten la convivencia: comidas vecinales, bailes, juegos, deportes, charlas, actividades colectivas que se propusieran o se acordaran, etc. Estoy seguro que podemos mejorar como personas y como vecinos. Es posible culturizarnos viviendo en comunidad y no solo desde la individualidad, encerrados cada uno de nosotros en nuestros hogares.
El problema siempre es cómo hacer para ponernos de acuerdo, para debatir ideas en grupo, para aceptar las discrepancias de pensamientos y las sugerencias ajenas. Cómo poder iniciar un movimiento de este tipo con la gente que vive a nuestro alrededor si apenas nos conocemos y apostamos por el círculo pequeño y exclusivo familiar. Los demás tienen que caber en el círculo, los demás también me han de importar, tengo que respetar a los otros, tienen que contar con mi aprecio y consideración. Debemos cambiar para que se de un modelo de sociedad diferente. La unión como suma de voluntades es casi invencible, es la forma de conseguir aquello para lo que nos pongamos de acuerdo. Los fracasos vienen de lo opuesto a lo referido en este párrafo, que en resumen es la falta de valores en las personas, la falta de respeto y creer que solo es mejor que en conjunto.
Hablo de un conjunto que llegue a marcarse metas por consenso y que se ponga en marcha ilusionado por llegar a alcanzar sus objetivos, que debieran repercutir en el bien de todos. ¡Ojalá llegue el día en el que estemos preparados!

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