martes, 30 de marzo de 2021

¿Y SI EL PROCESO FUESE AL CONTRARIO?

 Qué es el reciclaje neuronal (o cuando nuestro cerebro hace bricolaje)

                                                           Imagen: www.clarin.com

             Como ser humano inteligente, creo que somos así, al menos nos califican de este modo, tenemos la obligación de pensar, incluso intuir, ¿qué puede estar sucediendo con todo esto de la pandemia? Llevo, como todos, un año utilizando la mascarilla, y tengo la sensación que me hace más mal que bien, me reseca, es un impedimento para tomar el aire adecuadamente, provoca sofoco o acaloramiento cuando es llevada al tiempo que se hace algún ejercicio físico, llega a dar un tenue dolor de cabeza en esos momentos y, probablemente afecte a mis pulmones, tal vez, al resto de las funciones orgánicas que se deben ver más intoxicadas por las continuas bocanadas de aire viciado. ¿Quiénes nos pueden certificar que ese respirar aire caliente y viciado, convirtiendo a la mascarilla en un filtro de bacterias recalentadas por la respiración, no provoca lentamente una enfermedad pulmonar grave, o cualquier otra patología?

            Los chinos, por motivo de contaminación, usan mascarillas desde hace años, y es allí, en China, donde parece haber comenzado esta enfermedad infecciosa pulmonar… ¡qué casualidad! Lo fácil es vincularlo a cualquier animal: al pangolín, a los murciélagos porque han visto que son atacados por un virus semejante, ¿los animales enferman y se lo transmiten al hombre, en la dirección contraria no se da nunca? Lo pongo todo en duda, no me conformo con la versión o versiones oficiales. Sé que el mundo gira alrededor del dinero, y que hay corporaciones capaces de lo que sea con tal de hacer de ello un negocio millonario. A estas alturas de mi vida he visto a personajes malvados cuyo único objetivo es el poder y someter a la población mundial, si le fuera posible. A pequeña escala tenemos a los partidos políticos del país; todos optan a alcanzar la mayoría absoluta en las próximas elecciones, a todos les gusta el totalitarismo, el ordeno y mando, el yo mando y ustedes obedecen. Hasta el momento la pandemia ha abierto un nuevo ciclo mercantil para material sanitario, vacunas, mascarillas, respiradores hasta que se dieron cuenta de que estaban asesinando a personas al aplicarle unos remedios inadecuados, sanidad privada alentada por el miedo infundado en la población, etc. Sí, han infundado mucho miedo, la cifra de fallecidos es irrisoria, resulta un tanto por ciento minúsculo, creo que en España han fallecido unas cien mil personas, supuestamente por COVID, pues como sabemos las estadísticas las han manejado de aquella manera. Cien mil habitantes en una población de algo más de cuarenta y siete millones, arroja un porcentaje que no supera el cero con veinticinco (0,25%) Con ese porcentaje nos han acojonado del todo, nos han encerrado en las casas, nos han condenado al “bozal”, nos van a inocular lo que quieran y están dejando la economía mundial sumida en la miseria, cada país endeudándose hasta el imposible para seguir siendo solvente y, casualmente como cosa curiosa, China, origen del terremoto, hace negocio, resurge la primera, su población vive como si nada hubiera sucedido y se fortalece comercialmente y económicamente.

            El 5G tampoco lo he olvidado del todo, puede que una nueva frecuencia atravesando nuestros cuerpos, activen un estado celular agitado, diferente, inesperado y generalizado. También, ocasionalmente, se comenzó la emisión en esas frecuencias en China por el mismo tiempo en el que comenzó a darse por el culo a la humanidad. Como dicen algunos analistas, aquí hay bastante tela que cortar, pero de lo que podemos estar seguro es que sea cual sea la causa, las culpas recaerán contra aquellos que no tienen abogados defensores, volvemos al pangolín, a los murciélagos, y de rebote para dejar bien sellado el contenedor nuclear, hay que echar las culpas a la gente, siempre termina la responsabilidad siendo de la población, como ya dijeron antes: “Vivimos por encima de nuestras posibilidades”. Son otros los que nos engañan y nos roban por encima de nuestro aguante.

 

sábado, 27 de marzo de 2021

PANDEMIA PARA RATO

 Científicos piden al Gobierno una evaluación "urgente" de la gestión del  coronavirus

                                                          Imagen: www.rtve.es

             Hay pandemia para rato, llega el fin de semana, y desde el viernes ya están las terrazas y los interiores de los establecimientos de copas, atestados de jóvenes. Calles principales y comerciales de muchas ciudades de España abarrotadas de personal vasos en mano. La gente enojada con razón por no poderse mover de sus ciudades mientras que los guiris aterrizan en aquellas que son de su agrado. La radio anunciaba hace un par de días que en el real de la feria de abril, aunque no se fuera a celebrar dicha fiesta en Sevilla, iban a instalarse más de cien atracciones para dejar respirar a los señores empresarios del citado negocio lúdico, aunque ello volviera a ser un punto caliente de contagio por la más que probable aglomeración de personas procedentes de diferentes zonas y localidades, que va a propiciar la citada concentración de atracciones.

            Ya sé que está reñida la restricción de movilidad de las personas con la rentabilidad de los negocios, pero si el asunto del COVID es tan contagioso, o se opta por la salud o por la actividad laboral, y comer hay que comer, sin dinero no se puede vivir, a menos que lleguemos a un acuerdo para poder hacerlo sin que tengamos que ganar dinero. Al fin y al cabo, un acuerdo es el dinero en sí, ¿quién le ha dado valor a los papeles tintados y los trozos de metal troquelados? Tal vez tengamos delante de nuestras narices una oportunidad única para modificar las condiciones, las reglas, las normas y toda esa parafernalia empleada por los de arriba para obligar a obedecer y hacer lo que más conviene a ellos, a los de abajo.

            Lo cierto es que nos están obligando a vivir en la distancia, en ocasiones con miedo cuando alguien parece no encontrarse demasiado bien y tose varias veces. Los besos y los abrazos se han quedado para los más osados, las relaciones están sufriendo una glaciación, el cambio climático social se ha hecho realidad, nos está afectando.

            Las vacunas no llegan, algo sucede con ellas, en Dubai las ponen a 20.000 € el pinchazo, solo para privilegiados impacientes. Algunos países tienen un porcentaje bastante significativo de vacunados, otros andan como si hubieran comenzado a inyectar anteayer. En una encuesta sobre la vacuna AstraZeneca dicen haber recogido la opinión de los españoles… un 52% no se fía ya de ese preparado del que se sospecha puede generar accidentes vasculares. Hacen con nosotros lo que quieren, porque la población no tiene conocimientos para valorar por sí misma el riesgo ni la verdad que pueda haber en lo que afirman unos y otros: los políticos, y los del laboratorio que la tratan de vender.

            Ahora, igual que en estos tiempos atrás, la estrategia es apretar mientras no haya fiestas a la vista y abrir la mano cuando van llegando. Dicen que no habrá Semana Santa, pero porque quieren salvar la temporada turística de verano, aunque como sabemos tiene trasfondo, el turismo entrando a espuertas casi sin control, pero esa gente no viene a España a encerrarse en un hotel, viene a moverse, mezclarse con otra gente, asistir a comercios, eventos, fiestas, etc. Un español si hace lo mismo se considera altamente peligroso, pero si lo hacen los que vienen de otros países ¿no lo es? Por si faltaban motivos para aglomerar a la población, vengan manifestaciones, vengan mítines electorales, convocatorias de votaciones en centros escolares, todo vale para seguir jugando al juego de la política chaquetera que se nos ha instalado en el país. Los que antes criticaban al otro partido, migran y se colocan en las listas de los criticados por ellos, ¿alguien entiende algo?, ¿hay integridad, coherencia y honestidad en la clase política?

            De esa manera, cada uno arrima ascuas a su sardina sin importarle que la del otro se haga o no. Es un disparate seguir votando a cualquiera de estos embusteros pregoneros y cantamañanas. Es una incongruencia perder el tiempo en escuchar la sarta de mentiras, los insultos y las falsas promesas de tales tipos. Igualmente resulta siquiera esperar una cola para meter el papel en la urna… ¡que les den! ¿En actos de ese tipo tampoco hay riesgo de contagio? ¿Todas las personas que pasarán por los centros habilitados para votar están sanas? ¿Alguien puede asegurarnos que los colegios son lugares seguros en momentos en los que acuden miles de personas a votar en un solo día?

            O el COVID acaba con nosotros según llevamos las cosas, o se retira aburrido de las burradas que hacemos.

 

jueves, 25 de marzo de 2021

¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO MAL?

 Fin del debate: en «El grito» de Munch no hay nadie gritando

            ¿Verdaderamente estamos machacando el medioambiente o es un invento de algunos para continuar con la domesticación social? ¿El virus del COVID, en la versión última, con sus correspondientes mutaciones imprevisibles, es de aparición espontanea o provocada? ¿Las vacunas son tan eficaces como dicen y tan inocuas como nos quieren hacer saber? ¿No hay por qué tener miedo a la vacuna de AstraZeneca, ni acentúa tu posible predisposición a sufrir accidentes vasculares? ¿Es seguro recibir masas de viajeros desde el extranjero, aunque a nivel nacional no podamos movernos libremente entre Comunidades Autónomas? ¿Cobraban o no sobres en negro los que desde hace unos días han desfilado por los juzgados, aunque haya sido por videoconferencia, para dar supuesto falso testimonio de algo que ya quedó probado en la Audiencia Nacional y en el Tribunal supremo… la caja B del Partido Popular?

            Son demasiadas preguntas que la falsedad de las personas, la deshonestidad de muchos, el egoísmos de otros tantos, la prevaricación de autoridades de todo tipo, etc., nos dejarán con la cancioncilla revoloteando alrededor de nuestros oídos, pero sin que se llegue a hacer justicia, como viene siendo costumbre. Cualquier persona sensata se harta, se aburre de tanto delincuente de guante blanco, de famosillos personajes de pantalla de televisión que han hecho tanto mal a nuestra sociedad, solo por conseguir un nivel de poder y una cuenta bancaria en algún paraíso fiscal, mayor a la de sus allegados o conocidos. Esta sociedad seguirá siendo una caca mientras cada cual tire para su orilla sin tener en cuenta al resto de los mortales. El potencial para avanzar casi sin fuerza de rozamiento se pierde en cuanto nos enfrentamos, sin argumentos, sino con egoísmo, arrogancia y prepotencia, para alzarnos por encima de los demás y no junto a ellos. Una embarcación avanza con celeridad cuando se rema al mismo tiempo y con continuidad. El trabajo colectivo se pierde o, diluye, cuando se exalta tan entusiastamente la competitividad entre la gente en lugar de la colaboración.

            Te cansas de vivir rodeado de tantos intereses individuales, de tanta falta de respeto por el prójimo, de tanta desconsideración por los demás, del ninguneo, de la incomprensión, de la falta de un mínimo de esfuerzo por llegar a entenderse. No todo vale en esta existencia terrenal, o no debiera valer. El dinero es lo que es, un convencionalismo acordado por el que un trozo de metal o de papel dice tener un valor aceptado por todos, pero que ni el uno ni el otro vale lo que cuesta ganarlo. En la pandemia se ha hecho la puñeta a cantidad de negocios que han dejado de recaudar, siendo su repercusión que las personas, sus trabajadores, se vayan a una situación laboral extraña similar a estar desempleado temporalmente (ERTE), que las empresas cierren, o estén más cercanas a hacerlo. Esto es el timo de la estampita, cualquier crisis es aprovechada para que suceda algo que siempre fastidia a la población más humilde, por lo general. De la anterior crisis, los bancos sacaron su tajada, habiendo propiciado la debacle financiera con su desmedida codicia especulativa. Los políticos siempre salen airoso de cualquier burbuja como la inmobiliaria, para eso legislan en cada momento lo que más les conviene. Tienen contacto directo con los grupos de inversión y les colocan miles de pisos resultantes de propietarios que no pudieron abonar sus hipotecas, primero colaboran para que la burbuja inmobiliaria exista, después hacen negocio con las propiedades. A los familiares los colocan en los mejores puestos, y si no existen los crean para asegurarles el futuro. Los que no tienen futuro son los parados de larga duración, los de avanzada edad, los jóvenes que aun teniendo estudios no encuentran un puesto de trabajo adecuado para poder proyectar su propia vida.

            Si entras en las redes sociales, cantidad de gente se pasa los días a cañonazos contra todos los que piensan diferente, en lugar de ponerse de acuerdo para crear algo distinto que satisfaga a ambas partes. Lo que han llamado reglas del juego se refiere a un juego viejo y manio. Un juego que beneficia a unos pocos, que procura privilegios para los de siempre, y que nadie da el paso en firme para demoler y levantar un edificio moderno, social, colectivo y que asegure la convivencia, el bienestar y el progreso de todos, así como del país. Parece que hay una banda de desalmados dispuesto a enriquecerse en cuatro días, y si puede dar el pelotazo al segundo día, mejor que mejor.

            Ya está bien de tanta rivalidad geopolítica, vamos a bajar las armas, vamos a firmar acuerdos de paz por todo el Planeta, vamos a achatarrar todo el acero empleado en armas. Vamos a utilizar ese acero en otras labores que sean más necesarias. Vamos a caminar como humanidad para conseguir vivir bien todos, sin dejar a nadie, a ningún pueblo, detrás. Cambiemos el chic, apostemos por el amor, única moneda que asegura la felicidad de la gente. Mucha gente está empleando su tiempo en acciones dañinas o peligrosas para los demás, porque su único objetivo es el dinero. Dejemos sin valor el dinero, hagamos una sociedad mundial donde todos sigamos haciendo lo que hacemos, por mucho menos tiempo, entre todos y para todos. El dinero hace mucho mal a la humanidad porque es un invento innecesario para que el hombre domine al hombre y le retenga a su servicio.

 

sábado, 13 de marzo de 2021

SOBRE LA EUTANASIA Y LA MANIPULACIÓN MEDIÁTICA

 


Últimamente sigo poco las noticias, el sistema cada día me interesa un poco menos, pero la manipulación, parte integrante del plan de desinformación de los medios masivos, en los que cada uno barre para su casa, aún me interesa menos, no sin despertar asombro por lo que son capaces de componer. En un informativo de Cesar Vidal difunde que, poco más o menos, se ha firmado una ley que deja en ridículo el holocausto nazi, que si los señores de las batas blancas van a matar a diestro y siniestro, que si van a ir contra los enfermos crónicos para quitarles la vida, etc. Tanto horror periodístico, si se le puede llamar así al augurio de un catastrófico mañana, no cabe en cabeza alguna. Además mezcla lo que le conviene, cuando dice que para evitar el sufrimiento de los moribundos ya están los cuidados paliativos, esa es la única verdad que ha dicho. Cierto es que hay unidades de sanitarios especializados en dichos cuidados para evitar la agonía de las personas con enfermedades incurables y cercanos a su final, pero para mí no está ahí la clave y la razón de ser de esa ley. Lo mollar del tema que nos ocupa, es el derecho a decidir sobre nuestras vidas, no que lo hagan las autoridades de ningún tipo y posición. Nadie legisla para aniquilar enfermos mentales, como también ha dicho el personaje periodístico citado anteriormente, o personas con diabetes, que también ha sido otro ejemplo mencionado por el mismo. Pero si alguien vive una vida que no le merece la pena vivirla, como esos casos de tetraplejia, enfermedades sin cura, que hacen sufrir más allá de lo que los enfermos quieren seguir padeciendo ¿por qué no van a poder decidir, en su pleno juicio, lo que quieren hacer con sus vidas? Es más, voy más lejos de adonde apunta esta ley, cualquiera en sus cabales debería poder decidir cuando quiere dejar de estar aquí. Por mucho que empaticemos, siempre nos faltará estar dentro del cuerpo del otro, sentir lo que siente, tener las expectativas del otro, conocer al cien por cien su dolor, lo que le cuesta el día a día; no motivo a nadie a hacer lo que no desee hacer, es una decisión muy íntima y personal, todos sabemos que cuando se desconecta no hay vuelta atrás.

Si hay periodistas que piensan eso, por qué no se dirigen de inmediato a un juzgado para denunciar al Gobierno por genocida. Esos otros que atribuyen al Supremo el papel protagonista sobre la vida, esos que se dan golpes en el pecho, esos que hoy defienden la vida, amparan a una institución millonaria que en tiempos ordenaba que quemaran en la hoguera a los que se atrevían a pensar de un modo diferente. Amparan a una institución que se ha valido durante siglos de la manipulación de los pueblos mediante el miedo al castigo divino. ¿Dónde está Dios, que nadie le ve, entretenido mandándonos el castigo de la pandemia? ¿Los animales son menos dignos de conservar su vida? ¿Acaso la energía de vida no es la misma, la nuestra y la de ellos? Aborto no, eutanasia no, pero millones de animales asesinados de mala manera, degollados y desangrados, sí. De nuevo topamos con la iglesia, que la panza del clero hay que llenarla. El negocio es el negocio, y la industria alimentaria sabemos que está en manos de multinacionales bien emparentadas con familias celebres de banqueros, los mismos que tratan de controlar la industria farmacéutica, armamentística, tecnológica o controlar el poder en el mundo. De esto no hablan porque esos mismos son los dueños de los medios de comunicación. El objetivo es crear las particiones necesarias para tenernos enfrentados, para dividirnos, para que no podamos llegar a ser una fuerza social y mundial gobernable por corruptos y delincuentes.

Si saben, o dicen saber, qué pretende tal o cual ley, por qué no arrojan un poco de luz para acabar con el hambre en el mundo, la esclavitud, la trata de personas, las drogas, la corrupción, los abusos de todo tipo, las guerras, el odio, etc. Por qué no difunden esquemas de un mundo mejor, sus ideas, sus propuestas, por qué no hacen algo más que cejar la opinión pública, manipulándola.

CUALQUIER DÍA ES BUENO PARA MORIR

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