miércoles, 31 de julio de 2013

SER ESPIRITUAL


Cuando crees que lo tuyo es lo mejor, dejas de prestar suficiente atención a lo que tienen que aportar los demás. Cuando te fuerzas por hacer prevalecer tus ideas, privas a los demás que se expresen con libertad. Cuando reconoces algo en otros, es porque tú también tienes ese algo. Estos son sólo simples ejemplos de actuaciones que todos repetimos a diario, además de criticar, además de tratar de dar una imagen mejor de la que poseemos, etc.
Tenemos que mirarnos con mucho cuidado, ya se que no somos angelitos, pero podríamos tratar de ser mejores cada día, esta es mi propuesta. Y esa otra persona no hace o dice ciertas cosas por un capricho personal, también vive las imposiciones de otros, tiene sus problemas, vive rodeada de sus circunstancias, tiene una educación, una formación, unas experiencias, y todo ello condiciona su respuesta. Pero si ya somos conscientes de ello, tendremos que comprender, dejar de acusar, de castigar, y de condenar. No podemos seguir conviviendo desde la desconfianza, desde la exigencia, y mucho menos desde la incoherencia. Vamos a respetarnos, insisto en esto cada día porque no nos queda otra; pues estamos viviendo juntos, compartimos existencia, tiempo y espacio. El único reducto hacia la felicidad es ocupar el centro de quienes somos, ver, comprender, aceptar, amarse y amar.
Hay que crear positividad, hay que difundir lo positivo, hay que perdonar, no ofenderse, no ofender, ser muy prudente y tolerante, ser flexible, abrirse sin rivalizar ni imponer, y estar disponible. La energía de la vida nos proveerá porque somos seres completos en sí, somos la misma energía inteligente que lo es todo. Sin embargo, estamos desorientados, somos incrédulos, y nos morimos de miedo por tantas cosas….., que olvidamos lo esencial y nos perdemos en lo que menos importancia y trascendencia tiene. ¡Aprendamos, estemos atentos!
No me canso de decir que vivir es maravilloso cuando se corre el riesgo necesario, cuando se está presente, cuando se aspira a ser quien eres, y te conviertes en el ser de amor que hay en ti. Desde la energía que eres, lo ves, lo comprendes todo, y ya no hay vuelta atrás, pero si caminas con ansiedad es que te has desviado de tu centro. ¡Vuelve a él, regresa!, lo bueno es que como tu no puedes dejar de ser, siempre puedes volver a reconocerte, y por tanto continuamente la puerta esta abierta, constantemente tienes la oportunidad de darte cuenta.
Esto que parece algo extraño te compete a ti, nos compete a todos porque hablamos de nosotros, aunque pocos nos hablen de esto y muchos nos hablen de ser más listos para saber ganar el sustento. Todos hablan de estudiar, de formarse como herramienta para aspirar a un buen puesto de trabajo, pero nadie me habló mientras crecía y me formaba, de que yo ya era completo, de que era un ser feliz, de que era un ser de amor, y de que poseemos unas capacidades, llamémosle mágicas, que necesitan actualizarse al mismo tiempo que nos formamos culturalmente hablando.
El verbo amar se debería conjugar en voz pasiva: yo me amo, tu te amas, el se ama, ella se ama, nosotros nos amamos, y ellos se aman. Al conjugar el verbo de esta forma no hay grieta posible, no existen esas discontinuidades existentes en la actualidad en las sociedades modernas. Como ves, cada cual se ama a si mismo y a los demás, haciendo una mención destacable a: nosotros nos amamos, sin tener en cuenta esta acción, yo diría que solo hay egoísmo y narcisismo, como se quiera ver; pero la sociedad adolece de la falta de amor hacia el prójimo, y es urgente que lo practiquemos. Este es el remedio a los males de la sociedad competitiva, del mundo de los mercados, del conjunto de intereses monetarios, financieros. Es el remedio a la corrupción del hombre, porque es el hombre el que se ha corrompido para llegar a actuar tan indecorosamente, sin ética alguna, con total desprecio hacia sus semejantes, sin respeto alguno a todo lo que la humanidad representa y ha construido.
En toda esta podredumbre no está ni el mal, ni el bien, hay que buscarlo en cada uno de nosotros. Somos nosotros los responsables de lo que hacemos, no podemos culpar a los entes, a las palabras que los designan: Estado, Gobierno, Administración, Institución, etc., son solo términos que engloban a un conjunto de personas con tal o cual función que acometer. Por tanto, son las personas y no las palabras, las que tienen que proceder de un modo recto, coherente, ético, legal, y responsable.
Todo ello se alcanza cuando tú quieras, cuando te desenclaves del punto inestable al que el tsunami social te ha empujado, y que tú decides ocupar por los motivos que fueren, y en los que no entro. Eso lo tendrás que ver y resolver tú, pero si quieres un futuro diferente, tienes que empezar a hacer cosas diferentes, sentir de manera distinta y amar más a la gente.

Aquí está sucediendo que la gente se ha lanzado a por sus intereses, lo cual es muy loable, pero lo ha hecho dejando a un lado el amor hacia los otros y todos los valores, que he ido refiriendo y que difícilmente se pueden distanciar del amor; lo que ha provocado una desestabilización de las personas. La base ha de ser firme y se ha olvidado, se extiende la incomprensión, la incoherencia, la critica, la rivalidad, y nacen: la ira, el odio, y la capacidad de destruir. Todo lo contrario que sucede cuando crece el amor, así que o atendemos nuestro ser, que es nuestro aspecto espiritual, mágico y extraordinario, o seguimos siendo seres errantes. Cada uno de nosotros tiene que decidir no solo por su bien, sino por el de toda la humanidad.

martes, 30 de julio de 2013

CAMBIAR EL PASO


Como, respiro, tengo tiempo para estar tranquilo, me relaciono y comparto mi tiempo con gente enrollada, hago cosas que me gustan, y cuando tengo que hacer cosas que no me gustan trato de ponerle un poco de amor al asunto. He simplificado mi vida, trato de ser coherente actuando lo más aproximado a como pienso.
Creo que me he acercado a quien soy, vivo más consciente, estoy atento para aprender, no me cuesta dar marcha atrás, rectificar comprendiendo, estoy abierto a lo que propongan los demás porque todo surge del centro de cada cual, porque las cosas se dan porque tienen que ser, y a cada cual le llega lo que pide y necesita. A veces la petición es consciente, otras no lo es, pero llega de igual modo porque es lo necesario. La tendencia a completarse se pone en marcha apenas le des la oportunidad.
En la historia de la humanidad los pueblos han rivalizado, luchado, y matado, unos se han sometido y otros han tratado de dominar. Todos han errado, ¿podemos imaginarnos que hubiera sucedido si en lugar de autoliquidarse, a lo descubierto por unos se hubiera unido lo descubierto por otros? ¿Se pueden imaginar qué patrimonio habría sobre la faz de la Tierra si se hubiera venerado y respetado, las obras y construcciones realizadas por cada pueblo de los que han habitado el planeta?
Y digo esto porque me apena por todo lo que ha pasado la humanidad para llegar a ser la humanidad actual, cuanto dolor, cuanta destrucción, cuanto desprecio hacia la vida de los demás y hacia sus construcciones, su arte, etc. Comprendo que en la evolución de la especie humana, hemos debido de haber sido enormemente más beligerantes, pero no todos han sido de esta manera pues desde los tiempos más remotos han destacado celebridades de las más diversas ramas del saber. También se han asesinado a muchos de estos seres destacados y brillantes, porque promulgaban principios que a otros les parecían fuera de lugar, y la ignorancia de estos castigaba con la muerte la sabiduría de aquellos.
Pongo estos párrafos como ejemplos de algo que llega hasta nuestros días, y que se ha convertido en fanatismos de diversos tipos: políticos, deportivos, religiosos, etc., que mueven a las masas, y les hace rivalizar, a veces en nombre de no se que ídolo se ponen bombas, se dan cuchilladas, se disparan armas, y demás brutalidades. Por favor, démonos cuenta de esta ratonera, de este laberinto o prisión que nos mantiene confinado en la ignorancia, ¡escapemos!, sintamos la libertad de ser nosotros, reflexionemos, atrevámonos a cambiar, conectemos con nosotros, seamos más nosotros, y con ello, más humanos. Esto no es un canto de sirena, es posible, estamos preparados para ello. El sistema nos envuelve, nos maneja, se blinda, encierra unos intereses próximos al dinero siempre, y nos quiere como unidades productivas, es a esto a lo que se refieren cuando hablan de ser más competitivos. Solo piensan en obtener mayores beneficios, y para ello es necesario, según sus políticas, que pasemos a vivir una vida de miseria, para que los ricos puedan ser aún más ricos. Esta es la tendencia actual.

Tenemos que perder el miedo a ser nosotros, tenemos que confiar más los unos en los otros, debemos de unirnos más para hacernos oír. Debemos de poner fin a la rivalidad y a la competitividad por los ideales, pues esto solo nos mantiene dispersos. Tenemos que despertar ya, y tenemos que cambiar nuestra forma de convivir. Ves que siempre es lo mismo, nada más que hay que empezar a mirarse cuando nos relacionamos, y comenzar a darnos cuenta de que el otro también soy yo, por lo que tengo que respetarlo tanto como me respeto a mi mismo. La vida es otra cosa, y mejor aún tenemos la potestad de hacer algo fantástico de esta existencia. Está en nuestra mente, en nuestros actos, y por tanto en nuestra coherencia, respeto y amor, que cada día sea más y más hermoso.

lunes, 29 de julio de 2013

LA METAMORFOSIS


Estamos rodeados de gente magnifica, todos somos personas extraordinarias, todos sin excepción. ¿Acaso no somos todos, cada cual en nuestros círculos, gente amable, buena gente como vulgarmente decimos? Estoy seguro de que es así, por tanto, todos sabemos ser buenas personas, conocemos ese modo de ser; tan solo nos falta tener la voluntad y la confianza de ser siempre de este modo todos con todos, es así de simple.
Comencemos por arreglar nuestros enfados con otras personas, pues muchas veces esta situación de desencuentro se mantiene en el tiempo porque no tratamos de dialogar con la otra parte. Dialogar es dialogar no querer aprovechar el encuentro para hacer prevalecer tal o cual postura. Dialogar en este caso es exponer la necesidad de poner fin al conflicto porque a nadie beneficia, a todos tensiona y no va a ningún sitio. Es mucho más civilizado, educado y elegante manifestar tolerancia, comprensión y empatía. Oír atentamente, mostrarse abierto, receptivo y ponerse en el lugar de la otra persona.
Todos podemos hacerlo en mayor o menor grado, todos podemos ser valientes, y hablo de valentía porque es este un acto de estas características. Lo contrario, es lo fácil, esconder la cabeza en un agujero, no dar la cara, sufrir el malestar que uno solo se ha creado con el run run de la cabeza, pero no ir abiertamente, sin dobleces de ningún tipo, a poner  fin a una situación de enfado y molestia para ambas partes.
La rabia, el odio, la violencia, el orgullo o la prepotencia no nos llevan a ningún sitio plausible, solo valen para herir, y no debemos confundirlos con la seguridad en uno mismo, con la capacidad de afrontar obstáculos o contratiempos. A estos, tal vez, deberíamos empezar a considerarlos situaciones necesarias para nuestro desarrollo, o sencillamente para actualizarnos y darnos cuenta de quienes somos y del potencial que poseemos.
Tenemos que aprender a convivir y acostumbrarnos a preguntarnos para qué hago esto, qué espero conseguir con ello, y qué consecuencias va a tener mis actos para los demás seres vivos, así como para el medio ambiente en general. Debemos poner fin o rectificar aquello que estamos haciendo por norma, sin observar las consecuencias, como he venido expresando anteriormente. Y da igual cuan jóvenes seamos o cuan mayores, porque la irresponsabilidad no tiene edad, así que por favor hagamos todo lo que creamos es mejor para todos, aquello que no moleste a otros, tratemos de darle a los demás lo que quisiéramos que nos dieran a nosotros. Vamos a tratar de hacer las cosas con más respeto, con más amor, con más cuidado.
Pasemos por esta existencia tratando de aportar algo positivo para las generaciones venideras, pongámonos de acuerdo para elevar el proyecto de vida en común, para que alcance limites insospechados, porque es más sencillo de lo que podemos imaginarnos. Arrimemos el hombro, busquemos el bienestar del que tenemos al lado, no forzosamente el nuestro, porque tenemos la capacidad de darle la vuelta al desastre que los que han sido insensatos han creado. Mostrémosle que se puede, contagiémosle de ilusión y creemos la maquinaria de una civilización inteligente, colaboradora, amorosa y humana.

Somos nosotros los que tenemos en nuestras manos, en nuestras mentes y en nuestro corazón, la posibilidad de transformar lo que está asentado sobre aguas turbulentas o pensamientos exacerbadamente egoístas.

LA MAGIA DE LA VIDA


Además de toda la parafernalia cotidiana en la que estamos todos inmersos: Trabajos, estudios, fiestas, celebraciones, eventos deportivos, tendencias, modas, etc.; hay más, estás tú lo más esencial. Eres lo más importante, y también está el mundo mágico, aquel que traspasa las barreras del pensamiento y de la mente, al menos como la usamos normalmente.
He aprendido durante los veinte últimos años, que las cosas suceden por algo, que muchas de las veces no estamos atentos como para percatarnos de esos momentos especiales, y simplemente decimos: “¡que casualidad!”, o ayer soñé con tal cosa que viene a suceder ahora, o vi en el sueño a una persona y no pasan dos o tres días cuando me encuentro con aquella persona. Es como si en los sueños se nos contaran, se nos comunicaran cosas, son premoniciones que se cumplen.
Nos relacionamos en diversas frecuencias, existen diferentes dimensiones en las que se coexiste y se interactúa. De lo que no se conoce se habla como de algo paranormal, porque la mente consciente de uso diario no es capaz de ofrecernos una explicación racional de lo sucedido. La magia existe, ese carácter mágico al que me estoy refiriendo nos acompaña y se manifiesta, a pesar de que nos rebelemos en su contra, le neguemos, no creamos en su existencia, o sencillamente jamás nos hayamos detenido a pensar en ello; bien porque estemos demasiado ocupados, bien porque estemos muy distraídos.
Cierto es que la sociedad actual lo pasa por alto, no educa para coexistir con ese medio mágico que envuelve nuestra existencia, pero que sin embargo está aquí, se comunica con nosotros, nos ofrece visiones, comprensión, conocimiento, sabiduría, y nos ayuda a avanzar en nuestro camino espiritual de realización. Un darnos cuenta de que ya somos, de que ya estamos completos, de que vivimos engañados por unos intereses externos, ansiados, irreales, dejándonos llevar por el oleaje de lo superfluo, creyendo que tenemos que hacer una fiesta tras otra, una comida tras otra, buscando la alegría, la risa, el pasarlo bien, y no hay nada malo en ello si no fuera porque dependemos de que todo eso se cumpla para sentirnos bien. Estamos a merced de todos esos componentes o aspectos externos a nosotros, si no nos cuadran los resultados nos afligimos, nos sentimos mal, nos irritamos, o nos hundimos.
Sin embargo, cuando te sitúas en ti, eres tú el centro junto con el resto de la humanidad, adquieres otro nivel de conciencia, de respeto y de amor. Te importan los otros, y la alegría o el gozo brotan de tu corazón, es tuyo, tu estado natural, y puedes vivir cuanto quieras del exterior sin que te haga falta si no quieres. Pero una mayoría de gente se ahoga en sus casas, se ahogan en sus barrios, se ahogan cuando están consigo. A esto no nos enseñan porque nuestros padres, y nuestros educadores, se encuentran como nosotros, sencillamente perdidos y siguiendo el paso normalizado de la locura colectiva. Dicha locura es el intento de tener control de todo, de sufrir temor o miedo en muchas situaciones, de querer vivir el momento futuro antes de que llegue, hay prisas se vive con mucho stress y ansiedad, la gente se aburre con facilidad de lo que hace. El egoísmo es impresionante: yo y después yo, un poco mi familia, y las migajas para los amigos, para los que no conocemos, ni agua.

Un día comprendí que mientras no llegue a querer al hijo de alguien como quiero a mis hijos, por ejemplo, no habré aprendido lo suficiente. Esto lo podemos aplicar a los diferentes parentescos y al mismo tiempo a todos los extraños que se nos ocurran. Mientras no seamos capaces de vivir así no estaremos construyendo nada, sino que estaremos soportándonos como mejor podamos, estaremos sacando de la convivencia cuanto a nosotros más nos interese, y la cohesión social seguirá quebrada, tal como ha sido en general salvo en pequeñas comunidades que comprendieron que se puede vivir de otro modo.

domingo, 28 de julio de 2013

ACCIDENTE DE SANTIAGO


Entiendo, y no puede ser de otro modo, que el conductor del tren que sufrió el accidente, hace tres días, en las cercanías de Santiago de Compostela, no ha provocado de forma intencionada el desastre luctuoso, en el que se ha convertido este suceso. Tengo que entender que esa persona ha debido de cometer un error, un olvido, por supuesto irresponsable dado el fatídico resultado derivado de los hechos.
Muchas personas inocentes e inconscientes de lo que iba a suceder, cuyas vidas estaban en manos de aquella persona, difícilmente podían esperar un accidente de estas características, tan violento, tan dramático, mas cuando se encontraban tan cercanos a la estación, destino de aquel viaje inconcluso.
Hay personas que no se explican lo que ha pasado, y es legitimo preguntarse por los por qué de lo sucedido: por qué se arrebata la vida a tantas personas en unos segundos, por qué tantas personas han de vivir tanto dolor, por qué quedan desmembradas tantas familias, y en definitiva, por qué hay que pasar por todo esto a cambio de nada.
Cómo es posible que se circule por una curva con una velocidad limitada a 80 km/h, y se pase a 190 km/h, algo más del doble de la velocidad permitida. Irremediablemente tengo que pensar que el conductor se despistara, no se percatara de la curva ni de la señalización. Dónde estaba la atención del conductor segundos antes de que sucediera el accidente.
Todos cometemos errores en nuestra vida, pero cuando de tu responsabilidad dependen tantas vidas, la atención ha de ser constante durante todo el viaje. No hay lugar para perder la concentración, ni para que se interpongan los problemas personales, porque esta en juego la vida de muchas personas, y tú no te puedes convertir en el verdugo de todos esos inocentes. Nadie se puede erigir en el dueño de la vida de los demás, por lo que si no se está en condiciones de ejercer adecuadamente sus funciones o trabajo, hay que tener la suficiente valentía para comunicarlo a la empresa, porque el precio es desorbitado e inimaginable.
Muchas personas sufren porque otras muchas han visto truncadas sus vidas y proyectos. Todo porque alguien se tomó la libertad de perder la atención en lo que se traía entre manos, dando como resultado esta ruptura en la normalidad de los españoles, porque de algún modo todos nos hemos afectado por la magnitud del suceso, y por las perdidas, así como por el dolor que sufren las familias de los fallecidos.
Ya el daño es irreparable, pero si se pueden evitar otros hechos parecidos, si se trabaja con mayor responsabilidad, si se emplean mayores medios de control: humanos y tecnológicos, porque hay nivel técnico y equipos para evitar accidentes como el de Santiago de Compostela.
Si todos hiciéramos nuestro trabajo con el mayor amor posible, con la mayor dedicación, siempre pensando en los demás, con otra actitud, y en muchos casos con mayor aptitud, como para remediar contratiempos de todo tipo; todo se haría de una forma tan hermosa. Se pondrían de manifiesto los valores, el respeto, y nos cuidaríamos mutuamente, nos importaríamos más los unos a los otros.

No pueden suceder accidentes porque una empresa deja de poner sistemas de protección, prevención y seguridad, para ahorrarse la inversión. Sabemos que esto está ocurriendo, las empresas corren riesgos van en muchos casos a lo mínimo buscando hacer el menor gasto, y en estos casos puede existir el peligro de fatalidades como esta.

martes, 23 de julio de 2013

CRECIENDO


Mantener el espíritu abierto o despierto, vivo, presente, para mí es lo más importante aunque pueda estar involucrado, como casi todos, en alguna forma de trabajo, como medio de subsistir. Hago lo que hacen todos, pero muy posiblemente esté aplicando una atención e intención diferente. Todo ello me ha enseñado a contemplar unos principios, que como eje principal tienen al amor, y cuyos efectos sobre las relaciones son, salvo momentos desafortunados: el respeto, la confianza, la generosidad, el deseo de ayudar a los demás, y tener un nivel de conciencia adecuado como para que el resto de la humanidad signifique mucho para mí.
Crecer es la tendencia natural del ser humano, aprende técnicas y habilidades nuevas, adquiere conocimientos, perfecciona lo que ya sabe, y si quiere, y está atento, tiene la oportunidad de mejorar como persona, haciendo que florezcan en él los valores o cualidades del comportamiento que antes mencioné. Para mí, es la única manera de que la humanidad evolucione y llegue a ser ese conjunto de seres civilizados, en pro del bienestar, el respeto y la consideración mutuos. Es la forma de llegar a que los demás nos importen, porque ellos son como nosotros, el mundo les corresponde tanto como a nosotros. Ellos son tan dignos de merecer las oportunidades y todo lo bueno de este mundo, como nosotros.
Debemos tender hacia una sociedad exenta de egoísmo, y para alcanzarlo es necesario darse cuenta, estar atentos, detectar en nuestro comportamiento las desviaciones, y les llamo así porque queremos modificar por comprensión algunas respuestas que damos en algunas ocasiones. No es normal cabrearse porque no dimos lo mejor, por tanto nada de pelea con nosotros mismos, cambiémoslo por la atención a nuestros pensamientos y de nuestros actos. Todo lo referido ha de estar envuelto en amor, no olvidemos el amor, practiquemos el amar a los demás, convenzámonos de que los demás son como nosotros, que no son inferiores o menos merecedores de recibir lo mejor, y por tanto procuremos hacerles felices.
Vamos a dejar de atacarles, y en su lugar prestémosles atención, seamos generosos con quiénes puedan necesitarnos, ayudémosles, dejémosles ser mejor que nosotros, no rivalicemos, apoyémosles, amémosles. No conozco otra forma de que el bienestar y la felicidad nos alcancen a todos, y que la problemática interesada que comanda la ruinosa vida actual decaiga a favor de una sociedad más humana, más digna y más unida. Sin ira, sin odio, sin hambre, sin muertes innecesarias, sin guerras, etc.
En lo más profundo somos mucho más de lo que vemos, y si confiamos en las capacidades internas, se van a desarrollar, y esta evolución nos hace tomar nuestro centro, el centro que somos, y viviremos de un modo más estable, consciente, con mayor paz, más felices, y dando un nuevo orden de prioridades a las cosas. Es entonces cuando comenzaremos a vivir, a comprender el significado de una vida más sencilla, lo que representa querer hacer las cosas cada día mejor, el sentido que tiene facilitar las cosas a los demás, estar disponible y amar sin distinciones ni prioridades.

Aprendí, que solo cuando te quiera como quiero a mi hermano, hermana, hijo, mujer, padre o madre; estaré en el punto, habré comprendido. De lo contrario, no ocurre nada, sencillamente he de seguir aprendiendo. Nada es tan dramático como para no estar viviendo, por favor pon de tu parte, da siempre lo mejor de ti puesto que no hay distancia entre tú y los demás.

domingo, 21 de julio de 2013

HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO


Ya está, no es agradable, pero hay que hablar de ello, hay que poner fin al tabú, debemos pasar el duelo, es necesario. Cada cosa vivida tiene principio y final, hay un antes y un después, nada perdura para siempre, todo lo material tiene una fecha de caducidad más o menos próxima. Y cuando se terminan hay que olvidarlas para pasar a lo nuevo, es por ello necesario pasar página desapegadamente, para poder vivir ampliamente con todo nuestro potencial.
De entre todas las muertes, por así llamarle, la muerte de las personas es la más sentida y la que mayor dolor produce. No obstante, tendríamos que cuantificar equilibradamente los efectos, las consecuencias sobre nuestras vidas y nuestra salud, pues aquello que es inevitable no merece el derroche, puesto que no se puede hacer nada para remediarlo. Este proceder se puede confundir con indolencia, frialdad, o desamor.
Hay que aprender a aceptar hasta en estos momentos más dramáticos o más desgarradores, porque la vida sigue y hay que seguir levantándose, cumpliendo con nuestras obligaciones, y no podemos dejar que el recuerdo y el daño que nos provocamos nosotros mismos, nos aparten de la circulación, caigamos enfermos, etc. De ningún modo hablo de no llorar a nuestros seres queridos que dejan de estar en este plano existencial, y quién sabe si permanecen o no, en otros planos o dimensiones. De hecho hablo de hacer el duelo, pero un duelo con fecha de caducidad, no como a veces veo que hay personas que no fueron capaces de poner fin, y viven el resto de sus vidas inmersas en la angustia y el dolor.
Como conocemos las cosas, todo tiene un principio y todo tiene un final más o menos lejanos, pues del mismo modo, considero ha de suceder con las pérdidas humanas. Estuvo, disfrutamos de nuestra mutua presencia, nos ayudamos y nos quisimos, pero la realidad es que se terminó, e irremediablemente la vida sigue. Así que cuanto antes pueda enterrar los recuerdos, el dolor y demás sentimientos o sensaciones que pudieran portar negatividad, y antes recobre la alegría, la sonrisa, y las ganas de seguir viviendo, antes se normalizará la relación con los demás.
Según comentan algunos estudiosos, portamos ciertas cargas sutiles, procedentes de nuestros ancestros, que se manifiestan en forma de ciertos desequilibrios, trastornos o enfermedades, y  que igualmente sería necesario reconocer, para hacerles el duelo pertinente. Para enterrarlos, o para ser devueltos a sus puntos de origen, porque no nos corresponden. Podemos, una vez averiguada su procedencia, devolverlos con algún regalo, que se compró, se preparó, se llevó, y se entregó con esa intención; e incluso se le transmitió en la entrega nuestro deseo de dejar con el obsequio todo aquello que no nos corresponde, indicando que es suyo y no nuestro, y que ya no queremos llevar a cuesta, soportar, o cargar con ello por más tiempo.
Los efectos ya vendrán, aunque la liberación se sentirá de inmediato al igual que en aquellas ocasiones que necesitábamos cerrar un círculo, algo que quedó abierto o inconcluso, que consumía nuestra energía, o que tal vez no teníamos la valentía suficiente de afrontar, y por eso seguía dando vuelta en nuestra cabeza. Te hace sentir mal, te irrita, hasta que decides que ya está bien, y lo enfrentas. El resultado es la liberación, la descarga de aquello que no era tuyo, pero con lo que decidiste cargar un día.
Somos nosotros los responsables de lo que nos sucede, cuando dejamos las cosas sin concluir por falta de valentía, o bien cuando le damos demasiado importancia a lo que dicen los otros y dejamos que aquello nos invada, nos mine, nos enoje, etc. Somos nosotros los únicos responsables de todo lo que vivimos, porque hemos elegido vivirlo de tal o cual manera, porque siempre se ha hecho de tal o cual forma. Tenemos la cualidad de poder mantener el control de nuestra mente, pero dejamos que se nos escape cuando nos sometemos en un completo acto de incoherencia a lo que quieren otros.

Nuestra tranquilidad solo nos la podemos arruinar nosotros, y nuestras vidas pueden llegar a ser tan hermosas como nosotros elijamos que sean. Tenemos las herramientas necesarias para crear la vida que nosotros deseemos tener y vivir.

PERMITÁMONOS SER


Permitámosle ser quien desea ser, démosle la libertad de decidir qué, cómo, cuándo, quiera hacer las cosas. Respetemos su derecho a equivocarse, como un principio de aprendizaje. Así que dejemos de pensar y actuar por él.
Cada cual, además de ser uno con todos, tiene la potestad de llegar a ser lo que quiera ser en esta existencia. Por tanto, lo importante es que se desarrolle en aquello que desee, en aquello que ame, y tendrá que darse cuenta en algún momento de su existencia, para lo que está mejor dotado, qué es lo que le hace gozar y para lo que está dispuesto a emplear su tiempo.
El tiempo en esta existencia es limitado, y por ello es de vital importancia emplearlo en lo que te satisface. No valen las excusas, todos tenemos las capacidades suficientes para alcanzarlo, si no dejamos que los miedos comanden nuestras vidas, y por otro lado, persistimos una y otra vez en la consecución.
Nuestro esfuerzo, a la larga tendrá su compensación al hallarnos en el punto que habíamos previsto, aquel que era nuestro objetivo. Pero claro está, que ningún camino es un camino de rosa, porque nos embargan los miedos, se oponen todas aquellas personas que no se han fijado un propósito como el nuestro, porque ellos no lo ven claro como nosotros, porque aquello que para nosotros es importante, para ellos no lo es, o por otras muchas razones ajenas a nosotros.
No podemos abandonar por ninguna de esas causas, y por supuesto mucho menos porque a la primera o a la segunda vez no hayamos dado en la diana. Los errores son las manifestaciones reales y vividas, de cómo no tenemos que actuar, o de qué debemos modificar, para alcanzar nuestro punto de destino. Por ello, no son nada despreciables, al contrario, son una fuente inestimable de conocimiento e información aprovechable. Así que los errores se cometen para aprender, para conocer y para llegar a triunfar.
Rebobinando, habría que definir cual es nuestro objetivo, a qué queremos dedicarnos, tener un plan de actuación, y lo más importante actuar. A partir de ahí, aprender y aprender, persistir y persistir, disfrutar y disfrutar, no hay más. Como tu decides a qué te quieres dedicar, y como es lógico no has decidido algo que no te gusta, sino que por el contrario tu target es lo que te da fuerzas para continuar, es lo que te hace soñar cada día con conseguirlo, te ves desarrollando tu plan, viviéndolo cada día, desenvolviéndote en ese medio, y te ilusiona, es tu vida, es realmente para lo que vives, es lo que te llena. Todo eso es real y se transmite a los demás, si te organizas adecuadamente, no existe el fracaso, no hay error posible.
Solo cuando decides andar, las fuerzas del universo empujan para que des los pasos. Solo cuando la frustración te hace parar, se crea una confusión, una falta de objetivo, y el universo no sabe en que dirección empujar para ayudarte, hay contraposiciones de energías y por tanto al contrarrestarse unas a otras hay inmovilidad. Así es difícil avanzar, y mucho menos sacar adelante ningún proyecto. Tienes que vivir dentro de ti la motivación de lo que te llena tanto que te haga soñar, planificar, que te hace verlo ya funcionando, casi te vives como si ya estuviera completado tu proyecto. Tienes que estar tan convencido y motivado que te levantes de un salto de la cama, para darle forma a tu idea, y continúes viviendo el día modelándola, y llegará la noche y te irás a la cama pensando, discurriendo, planificando, igualmente ilusionado.
Poco a poco, tu idea y tu se hacéis uno, por eso cuando llega el momento de ponerla en marcha, y trabajas con esa misma motivación, que es la que inevitablemente compartes con todos aquellos que te relacionas, tienes un poder de transmisión y comunicación, que va impregnando, que llega, y eso vende. Eso representa triunfo, satisfacción, éxito, motivación y crecimiento personal y profesional.

Por último, y ya que estamos en la sociedad que se ha focalizado en la consecución del dinero como bien número uno para muchos, si tu vas dando los pasos que hemos enumerado anteriormente, y te hayas en ese estado propio del desarrollo con gozo de tu proyecto, dándole al dinero solo la importancia justa, porque como ves hay mucho más y más importante; el éxito en si ya es, pues es el propio camino que se está haciendo en el día a día.

sábado, 20 de julio de 2013

CARMONA


Como sabéis estoy un poco liado con un taller de empleo que estoy realizando, y esto me ha imposibilitado seguir el ritmo habitual con el que venía publicando en mi blog. He estado ocupado con las tareas que nos requieren en dicho taller de empleo, que a su vez me está proporcionando conocimientos de la ciudad de Carmona. Conocimientos de su historia, de sus monumentos, de su gente, de sus costumbres y gastronomía, de lo que ha sido Carmona y de lo que ha quedado de esos 5000 años de ocupación por las diferentes culturas o pueblos; de los hallazgos arqueológicos obtenidos y conservados en los distintos museos habilitados en la ciudad.

Podríamos decir que Carmona es un parque temático de monumentos que explican su historia. En Carmona hay cantidad de monumentos para visitar, para mantener entretenido a los turistas y a los curiosos: Monumentos que tuvieron una función defensiva como El Alcazar de la Puerta de Sevilla, las murallas que rodeaban la ciudad, el cubete junto al Alcazar del Rey Don Pedro, conocido este, actualmente, como Parador de Turismo. Monumentos religiosos como la Prioral de Santa María, el convento de Santa Clara, el convento de las Descalzas, el convento de la Concepción, iglesia de Santiago, de San Pedro, de San Bartolomé, de San Felipe, de San Blas, etc., todas ellas donde se mezcla el barroco con el gótico y el mudéjar, como huellas de la influencia de las diferentes culturas que algún día ocuparon la ciudad.

Monumentos funerarios, hay tumbas descubiertas por muchas partes de la actual ciudad, pero hay que destacar entre todos, por su importancia la Necrópolis romana, bien conservada y con mausoleos magníficos como son: La tumba de Servilia, la tumba del elefante o el mausoleo circular, entre otros. Frente a la Necrópolis se encuentra el anfiteatro romano, no visitable para evitar su deterioro, porque si sus piedras se pisasen constantemente la erosión que sufrirían acabaría con ellas.

En muchas de las visitas te es posible disfrutar de vistas espectaculares, panorámicas impensables, y ángulos que desde la calle son imposibles de contemplar. Solo mediante estas vistas llegas a ver la grandeza de esta ciudad, la riqueza patrimonial de este pueblo, la gran concentración de monumentos repartidos por todos sus rincones. Solo caminar sus calles da un gozo indescriptible, calles estrechas, reviradas, de fachadas blancas, generalmente bien conservadas, ambiente tranquilo y seguro que te lleva de un monumento a otro.
Cuando estás metido en esto y lo estás viviendo, ves como te vas enamorando de esta ciudad, que deseas conocer cada rincón de Carmona, que quieres patear cada metro de la ciudad, que te interesan las curiosidades y la historia de este pueblo. Y es que este pueblo tiene mucha historia sobre sus espaldas como ha quedado patente en sus calles.


Si vienes a Andalucía y te acercas a Sevilla, no dejes de pasar por Carmona, la que fue la Carmo romana, y posteriormente Qarmuna árabe. Una ciudad cómoda para ir a pie, con un casco antiguo muy acogedor, con unas calles de ensueño, con un basto patrimonio histórico-cultural, y saliendo del casco antiguo podrás disfrutar de unas vistas de la vega, sencillamente impresionante y relajante por el enclave elevado que ocupa la ciudad, lo que hace que se pueda dominar todos sus alrededores. Carmona es sencillamente fantástica. 

domingo, 14 de julio de 2013

CONVIVIR


Vivimos en compañía de otras personas, siempre es así, estemos en casa rodeados de la familia, o estemos en los trabajos rodeados de los compañeros, jefes, etc. Todo nuestro tiempo lo compartimos con alguien, manteniendo una relación familiar, de amistad o profesional. He aquí una de las claves de nuestras vidas, saber estar, convivir con la suficiente sabiduría y flexibilidad como para disfrutar de las relaciones sin herir ni ser herido, sin invadir al otro, y sin que el otro te invada; al menos, más allá del punto donde empezamos a sentirnos molestos.
Este tema es realmente sensible, cada cual pone sus límites y en la interacción de las actuaciones de cada uno se ponen en juego las diferencias y las tolerancias. Se dan los roces, las susceptibilidades, las interpretaciones, y al menos que ambas partes sean consecuentes de la contraria, tengan tacto y un comportamiento empático; se puede terminar enfadado, invadido, molesto, insultado o no comprendido.
Como convivir es inevitable y a su vez todo un arte, es donde debemos de estar más atentos para no incurrir en los daños colaterales de nuestros actos y nuestras conversaciones. La prudencia, la tolerancia y el amor hacia los demás son imprescindibles para que las relaciones lleguen a buen puerto, sean naturales, sencillas, y cómodas para ambas partes.
No es del agrado de nadie vivir en la tensión constante, reñir a cada momento o ser humillado regularmente, es por eso que debemos de poner atención a lo que hacemos y decimos, al modo en que actuamos, y sobre todo considerar mucho, apreciar y amar a las otras personas, para ofrecerles lo mejor de nosotros. Debemos dejarnos de rigideces aprendidas, de comportamientos heredados, de aquellos que repetimos una y otra vez como si fuéramos máquinas. Somos personas, constituimos el género humano, una especie superior, con conciencia y capacidades superiores, que deberíamos desarrollar para dar un paso en nuestra evolución. Es por ello, que no deberíamos enredarnos en comportamientos superficiales, que son los que ocupan la casi totalidad de nuestro tiempo.
Somos mucho más de lo que se ve en el plano ordinario, y eso se comprueba cuando nos encontramos en situaciones límites o excepcionales, de peligro, etc., podemos dar de nosotros mucho más, pero nos llevamos todo el día dándoles a la cabeza, forjando y defendiendo nuestro ego, nuestra apariencia, aquella que hemos creado, esa imagen que pretendemos que los demás reciban cuando nos vean o se relacionan con nosotros, haciendo un esfuerzo tremendo por parecer más y mejores. Con todo ello olvidamos quienes somos: seres vivos, humanos, civilizados, que nos hemos montado una película ajena a nuestra esencia, alrededor de unos intereses, que en el fondo del todo no nos importan, pero que desde la superficialidad nos tienen a todos engorilados, y vamos tras ellos como robots. Nos peleamos por un supuesto prestigio social, por un mejor trabajo, y por supuesto por el rey que esta sociedad ha erigido como interés numero uno: el dinero.

Tenemos que desmitificar los objetivos establecidos por el club de poderosos, porque la superficialidad de los mismos nos aparta del centro de nosotros, vivirnos desde el fondo, desde el corazón, como seres de amor que somos y donde no tienen las cosas el orden de prioridad establecido socialmente. Todo vale pero en su justa medida, y por delante de todo está la humanidad, su integridad, progreso y por ende, su evolución.

sábado, 13 de julio de 2013

TU Y YO SOMOS LO MISMO


Tú y yo somos lo mismo, creo en ello, este es el motivo por el cual escribo, porque me importas, porque te deseo lo que quiero para mí, porque quiero que caminemos juntos a través de esta existencia. Es tiempo de dejar atrás cualquier rifirrafe, cualquier tontería, porque el ego no puede interponerse entre nosotros. Veo como constantemente hablamos mal de otros, como no respetamos lo suficiente, como siempre tratamos de figurar, tratando de demostrar a los demás, en definitiva, caemos en los juegos de la mente y del ego.
De esa forma, no vamos a ningún sitio, no avanzamos cuando ridiculizamos al otro, no lo hacemos cuando quedamos en un supuesto buen lugar mientras hundimos a otro. No es ese el sentimiento de amor que debemos desarrollar, no es esa la forma en la que tenemos que relacionarnos. A todos nos debe de sonar: que cuando estamos reunidos y hablan los demás, siempre hay quien no permite que aquel concluya su exposición, porque importa menos lo que el otro manifiesta, que lo que nosotros exponemos. Constantemente nos falta paciencia para con los demás, pensamos que nuestras ideas son mejores, que estamos en posesión de la verdad, y tratamos de hacer valer nuestros convencimientos, y estamos poco dispuestos a ser flexibles razonando que otras ponencias o ideas pueden aportar o complementar, e incluso dar un nuevo aire o razón a aquello que defendíamos como nuestra verdad. 
Las personas nos enfadamos con suma facilidad, pasamos de estar de colegueo a la disputa en cuestión de segundos si nos contradicen, peor aún si estamos en presencia de terceros. Somos totalmente bipolares y defensores de un yo, de una imagen mental de nosotros, que queremos perpetuar como si fuera nuestra seña de identidad. Sin embargo, no somos nada de eso, puesto que nos hemos fabricado dicha imagen aparente, y estamos dispuestos a defenderla a capa y espada, contra viento y marea, caiga quien caiga, como si estuvieran mancillando nuestro honor. Saltamos como tigres sin tener conciencia del daño que podemos provocar, alimentamos nuestra ira cuando revivimos lo sucedido mientras se lo comentamos a todos aquellos con los que nos encontramos, y nos dedicamos a echar palos a la candela con la crítica. Siempre buscando la justificación de nuestros actos para poner a salvo nuestra verdad.
Casi todo este tinglado se erige desde la superficialidad, desde lo intranscendente, lo que nos hace pasar casi la totalidad del tiempo en esa capa externa a la que nos agarramos para recibir pequeñas dosis de momentos alegres. Esto nos crea la dependencia del exterior para encontrarnos bien, y nos hace adictos consumidores de lo nuevo para sentirnos bien, cuando deberíamos sentirnos bien y acercarnos a lo nuevo por conocer, no para buscar las gotas de felicidad o alegría.
Ser feliz es ocupar el centro que eres, vivir desde el corazón, sentir amor por todos, actuar desde la coherencia y el respeto, fomentar los valores que nos ratifican como seres humanos, colaboradores de un proyecto universal y por tanto cuidadores de todos los ecosistemas, no destructores, sino conservadores y  fomentadores del bienestar y del progreso. Todo ello envuelto en el ingrediente esencial que es el amor.

Si no somos capaces de alcanzar este comportamiento es porque no nos lo proponemos, no tenemos la intención clara de este proyecto común, universal y humano. Igualmente, si no estamos en esta dirección es porque nuestro egoísmo nos impide considerar al otro igual que a uno mismo. Es porque todavía no acertaste a ver que tú y yo somos lo mismo.

miércoles, 10 de julio de 2013

DESPIERTA TU AMOR


Me ilusiona ponerme manos a la obra, utilizando un término coloquial, me gustan los proyectos, imaginar y proponer nuevas posibilidades, colaborar con otras personas en el desarrollo y la puesta en marcha de esas propuestas. Tratar de mejorar algo, de resolver algún problema, de facilitar la convivencia, de promover el progreso y la esperanza, porque la gente se lo merece.
Todos buscamos el equilibrio, de algún modo la seguridad de tener lo más básico o necesario, queremos vivir en paz y sentir la felicidad. Todos luchamos por algo, que a nosotros nos parezca justo merecedor de nuestro esfuerzo, pero las vías son muchas y variadas, y sus destinos inciertos. Cuando crees que todo está a salvo, algo en tu vida empieza a hacer agua, la historia se repite porque nos identificamos con lo que nos rodea, le damos demasiada importancia a muchas cosas que no deberían ralentizar nuestra marcha, pero que sin embargo lo hacen.
Hagamos lo que hagamos, nosotros somos otra cosa, no somos lo que hacemos, no somos lo que decimos la mayoría de las veces, porque o bien no sabemos quienes somos, o bien no hablamos desde quienes somos. Se que esto es algo que puede parecer filosófico o raro, pero cada uno de nosotros no es en lo más profundo, lo que muestra a diario: médico,  carpintero, ama de casa, secretaria. Cada uno es la vida, cada uno es la humanidad, en el fondo se es la colectividad, y en la forma se es la individualidad visible.
La humanidad está en apuro, precisamente, por la identificación con la forma, por el egoísmo de creerse único y en peligro. Esto hace que rivalicemos, dando lugar a comportamientos negativos, al desprecio y a la critica, y por ende a la separación y a la destrucción. Si miramos el mundo, qué pensamos que está sucediendo cuando oímos que Obama ha estado espiando a los dirigentes de los otros países con los que se reúne en tono “amigable”. Interminables conflictos comerciales, fiscales, de corrupción, dando como resultados tales actitudes: guerras, engaños, pobreza, muertes y destrucción. ¿Vivimos como debiéramos?

Hay que cambiar la vida para vivirla, y este cambio para cada cual tendrá un sentido, la dedicará a temas diferentes, y no pasa nada siempre que en tus proyectos esté presente la humanidad. Quiero decir con ello, que no resulte de tu proceder daño alguno a terceros, que no podemos seguir ignorando a los que no son de nuestras familias, que las riñas, enfados y tensiones hay que aprender a darles la vuelta para que todos nos tratemos con afecto y cariño. Es nuestra obligación amarnos, aunque esto les suene a algunos a religión, tenemos esa capacidad de amor ilimitada, ponlo a prueba y verás. Conviértete en un ser de amor, relaciónate desde el amor y no desde el miedo, y todo nos irá a mejor a todos.
Pierde toda intencionalidad que albergue algo no muy limpio, no temas presentarte transparente, así te conviertes en una persona mucho más hermosa de lo que ya eres, no pierdes nada, hay muchos bulos y rumores. Solo puedes ganar, vas a ganar en tranquilidad, vas a hacer todo con amor, provocarás más amor en los demás, y al mismo tiempo recibirás mucho más amor.
El hombre inventó la propiedad privada en un acto egoísta, para decir esto me pertenece, es mío, es solo para mi uso, y se perdió. Ahora tenía que cuidar y preocuparse de aquello, fue entonces que perdió su libertad y ganó en preocupación. Esto ha llegado hasta nuestros días, y todos estamos pillados en mayor o menor grado, y la clave ahora es simplificar nuestras vidas hacerlas sencillas, ocuparnos de cuantas menos cosas mejor, y no preocuparnos tanto.


Mientras tanto, yo que soy muy pesado, te vuelvo a pedir que no te olvides de interiorizar, de procurarte un espacio de tiempo para ti, en cuanto a reflexionar, sentir, y tratar de mirar dentro para despertar el centro de amor que eres, verás como cambian las cosas, y el mundo se hacer mejor.

MAGIA


Un día salí de casa buscando algo que me faltaba, miré en cada esquina, recorrí todas las calles, pregunté a todas las personas que encontré, pero nadie podía informarme. Seguí buscando hasta que se hizo de noche y volví a casa, cansado y triste, pues no había encontrado aquello que buscaba.
No tenía apetito, solo deseaba acostarme, alcanzar la cama y dormirme, dejar este día atrás y quedé en silencio en aquella ausencia de luz que me envolvía, y perdí la consciencia habitual, ya no estaba despierto. Fue muy rápido todo, me había acostado hacia mi lado derecho, solo llevaba un par de minutos acostado, seguro que no había transcurrido más tiempo, cuando entro en otro plano de consciencia, en el que estoy totalmente presente. Es entonces cuando viene hacia mí un ser oscuro, veo su forma, le miro a los ojos, le miro de arriba abajo, y aquella figura negra parecía que flotase a una cuarta del suelo. Sus pies no estaban, esa forma oscura aparecía recogida, hacia uno de sus lados, en su parte más inferior.
De repente, tal como llega a mi lado, saca sus puños cerrados, con sus dedos índices flexionados por la falange intermedia, y me golpea fuertemente en el pecho, precisamente por encima de los pezones, con los nudillos de los dedos índices. Fue un golpe fuerte, que me hizo caer muerto, si, eso es lo que yo sentí, que todo bajaba su ritmo, que mi vida se apagaba. A partir de ese momento, me faltó el valor de vivir mi muerte, es entonces cuando se interrumpió esta experiencia, despertando bruscamente y comprendiendo que hay seres, a los que no hay que temer, que se mueven en otras dimensiones, haciendo incursiones en la dimensión que vivimos habitualmente, para ayudarnos. Esa fue mi conclusión.
Cuando pasaron algunos días, descubrí un pasaje de un libro que estaba leyendo, donde a un discípulo le ocurre lo mismo, cuando le pide a su maestro espiritual que le ayude a salir de la situación de no progreso en su camino interior. En aquel momento, describe que su maestro le miró, se dirigió hacia él y le golpeó del mismo modo en que la figura oscura me lo había hecho a mí, unos días antes.
No se podéis imaginar el giro que sufrió mi cabeza, cómo se desubicó del anclaje normal, fue alucinante poder verificar, en una lectura, que aquello tan misterioso o mágico tenía un soporte en papel, escrito por alguien que también tuvo una experiencia similar, anterior a la mía, que ratificaba y daba veracidad a lo que parecía fantástico, pero vivido estando presente.
Y ahora que cada cual llegue a sus conclusiones, que cada uno piense lo que le parezca, y que crea si este cuento es posible, ha pasado, es falso, es real, el personaje está chiflado, o la vida encierra momentos tan maravillosos y enigmáticos como el relatado. Yo que tú, estaría atento por si acaso, pues la vida es mágica, y como se suele decir: sabemos de la misa la mitad.

¡Que lastima vivir pobres, cuando podemos ser tan sumamente ricos!, entre todo esta maraña de historias en las que estamos involucrados, puede haber un componente misterioso, un potencial adormecido, que en ocasiones provoca chispazos de actualización, o acercamiento a lo que podríamos llegar a ser.

lunes, 8 de julio de 2013

TERRORISMO CIVIL


En una tertulia televisiva, que solía ver, en muchas ocasiones invitaban a un economista joven, que como el decía procedía de familia humilde, parece que ha debido de ser un estudiante bastante brillante, actualmente profesor de universidad, doctor en economía, etc., pero a veces decía cosas como bastante irrealizables. Era un constante en su argumentario, que cada familia debería ahorrar un 30% de sus ingresos, para tener un remanente del que tirar en caso de emergencia familiar. Suena bien esto, claro que él además de ser profesor de universidad, tiene alguna empresa dedicada a las inversiones, y es socio de otras empresas. Pero cómo podía decirle esto a una gran mayoría de familias españolas, que además de soportar la que está cayendo con la crisis financiera dichosa, aprovechada para hundir los derechos sociales y laborales dicho de paso, tienen sueldos, o tenemos sueldos de juguete, como yo digo.
Los sueldos se han reducido en los últimos años, hasta tal punto, que las personas están ganando menos, mucho menos, que hace 10 años. No solo no ha repercutido en el bienestar de las personas y en un mayor poder adquisitivo de estas, sino todo lo contrario, han disminuido. En los hogares entra menos dinero que hace unos años, se está más apretado, se puede consumir menos, y se consume lo más imprescindible, básico y necesario; ¿cómo quiere el señor economista que ahorremos el 30% de nuestros ingresos?, ¿Qué crisis está viviendo él para aconsejarlo?
A los políticos, a muchos, trataré de no meterlos a todos en el mismo saco, no les ha llegado la crisis, en un símil con las mareas o las olas de la playa, ni a los tobillos, mientras que los ciudadanos estamos con el agua al cuello y subiendo. España cada día más endeuda, los consumos por los suelos, el número de parados elevadísimo, y la única luz al final del túnel son las de los faros de los coches que vienen en dirección contraria.
Han desestabilizado toda la estructura de la sociedad española, han aplicado terrorismo laboral, empresarial, bancario y político. Nos han culpado de vivir por encima de nuestras posibilidades, cuando ellos son los únicos que han vivido y siguen viviendo por encima de las posibilidades de todos los ciudadanos de a pie. Nos han insultado, mancillado, humillado y vejado, han atentado contra la población, han abusado de su sistema blindado, se han aprovechado de nosotros y de sus cargos. Lo peor de todo es que continúan.
Ya han hablado de las pensiones en varias ocasiones, y aunque lo niegan, las tocarán porque el sistema no se mantiene en pie, porque lo que han propiciado con sus reformas de locura, es una España arruinada, han concentrado más las riquezas, e igualmente han arrinconado más a los pobres. Han procurado que la diferencia entre ambos sea mayor, y por tanto el rico lo es más, mientras que el pobre, ya no sabe como va a comer, qué hacer para trabajar, y desgraciadamente tiene que arrimarse a algún familiar con una pequeña pensión.
Ellos, que siempre hablan de reglas del juego, se las han pasado por el arco del triunfo, se hacen sus necesidades en el sistema, se han cargado el sistema, no se bajan sus ingresos ni aunque les amenacen con una pistola, no dimiten aunque se les sorprendan con el Peñón de Gibraltar en el patio de sus casas, eso no está hecho para ellos, su religión se lo prohíbe.
Yo creo que hacerlo peor es imposible, pero sin atender a signo de ningún tipo, ni colores. No hago una lucha partidista, me importa un bledo, he perdido la fe en la clase, en la casta política, no me demuestra nada, están envueltos muchos personajes de estos en tramas de las más variopintas. Como dicen por ahí: a mi no me representan, no me siento representado por personas tan pobres, a mi no me interesa el destino marcado por ellos, el dinero no lo es todo aunque el consorcio político, banquero y empresario hagan un esfuerzo atroz por contaminarnos de su enfermedad. Lo de esta gente es una pandemia sin cura, no tiene marcha atrás en sus cabezas, y tratan de pasar por encima de nuestros cadáveres, pero no van a escapar del mal que están implantando, porque el que siembra vientos, recoge tempestades.
Tenemos de los salarios y pensiones más bajos de Europa, son ridículos e irrisorios y nos lanzan cada semana ataques a pleno día, mientras ellos desde la trinchera nos mandan a morir de hambre, a ser desahuciados, a ser despedidos, a tener que trabajar más horas por menores sueldos, y a jubilarnos más tarde.
Ustedes no se pongan un sueldo de trabajador, no, no lo hagan ni den ejemplo, ¿cómo van ustedes a equipararse con los plebeyos?, eso no sería bien visto por los machacadores de su clase. Guárdense de dar un respiro a la gente y seguid arruinándoles las vidas a las personas, que eso si que da prestigio, y dice mucho de la calidad de persona, de vuestra moralidad, etc. Vais por el camino acertado, ¿sabéis para qué?, para salir huyendo.

Ustedes son personas como los demás, ¿aún no se dieron cuenta de ello?, y ese no es el camino ni la dirección, aflojen el paso porque la gente va llegando a situaciones imposibles, echados de sus casas, sin trabajo, pasando necesidades, soportando la impotencia de ver como se llevan el dinero a espuertas a suiza, paraísos fiscales, como la justicia o el gobierno ceden a las presiones, e indultan a los delincuentes de clase “alta”, etc., y España se va a quedar pequeña cuando haya que salir corriendo. Por favor, tomen conciencia y rectifiquen, porque la desesperación es muy mala.

DISTRACCIÓN O NEGLIGENCIA


Cada día es más frecuente ver a conductores, muchas veces, jóvenes que van conduciendo mientras utilizan los teléfonos móviles. Hace unos años ya lo prohibieron, y eso que lo que se podía hacer con él era realizar una llamada, una tarea mucho más ligera que mandar mensajes, y ya no digamos jugar, mantener conversaciones con whasapp, o cosas por el estilo.
La tecnología ha cambiado, ha avanzado y con los dispositivos más avanzados que tenemos hoy, se pueden hacer muchas más tareas, necesarias e innecesarias, o de simple entretenimiento. Esto no es malo en sí, cada cosa tiene su tiempo o momento, pero hay que hacer un uso razonable de los artilugios, equipos o aparatos que están a nuestra disposición.
La insensatez de ciertas personas pone en peligro su vida y la de los demás. Me he topado en varias ocasiones con personas distraídas, yendo al volante de un vehículo, entorpeciendo la marcha, ralentizándola, mostrando inseguridad o vacilaciones con su automóvil. Todos ellos, signos de ir atentos a sus móviles en lugar de llevar su atención en el tráfico, como he podido constatar cuando les he adelantado.
Vas detrás de sus vehículos, y ves que llegan a una incorporación, desde una red secundaria, y no aceleran para adecuarse a la marcha de los vehículos de la vía principal, además te dejan en una situación crítica porque lo que esperas es esa maniobra de aceleración, y sucede lo contrario porque van distraídos, sin atención e inseguros, pues sus cabezas siguen en el mensaje que escriben rápidamente con sus dedos, en el teclado de sus móviles que llevan apoyados en el volante. ¡Es increíble y terrible la inconsciencia de estas personas!
Reitero lo dicho anteriormente, hay tiempo para hacer uso de todo, pero cada cosa tiene su tiempo, aquel que es el más apropiado como para no poner en riesgo la integridad propia, y la de los demás. Todos hemos sido jóvenes, a casi ninguno nos ha gustado que nos obliguen hacer algo, hemos desobedecido con mayor o menor vehemencia o convicción, mostrando así nuestra rebeldía; pero hay cosas que adolecen de sentido común y que se asemejan a jugar a la ruleta rusa.
La vida es demasiado valiosa como para ser motivo de apuestas, y las personas más jóvenes actúan como si esto no fuera con ellos, de ahí que cometan exceso en muchas de sus actividades, relaciones, juegos o entretenimientos: Alcohol a tope, drogas con mucha frecuencia, demasiado tabaco, sexo sin control o sin protección, juegos de rol en los que se juegan la vida o ponen en peligro la vida de otros, o como comenzaba el escrito haciendo una conducción temeraria por los motivos que fueren. Bien es verdad que no solo los jóvenes, ni todos los jóvenes, son los responsables de accidentes y acciones temerarias, también se emborrachan algunos adultos, y con la misma negligencia se ponen al volante de sus vehículos.

La tecnología es maravillosa, todos los avances sean del área de la ciencia o de la vida que sean, son formidables. Además de buenos y positivos son necesarios, algunos salvan vidas y otros nos la hacen más cómoda o fácil, pero lo que no podemos ni debemos olvidar es que sin vida no hay nada para esa persona, ¿para qué te la vas a jugar? Cuando tú no te la juegas porque comprendes de la importancia que tiene, de los proyectos que tienes aún que realizar, etc., seguro que te cuidarás de preservar la de los demás, o al menos no las pondrás en peligro gratuitamente. ¿A como ahora ya me vas entendiendo?

domingo, 7 de julio de 2013

LA HORMA DEL ZAPATO


Como dicen en el anuncio publicitario de Aquarius: “El ser humano es impresionante”, cada cual es un tesoro de anécdotas vividas, a su vez sorprendentes, algunas cómicas y otras dramáticas. Se podrían hacer cientos y miles de libros apasionantes, curiosos, de todos los géneros, porque las historias de la vida de cada persona son tan genuinas, que darían para escribir muchos millones de hojas de papel.
La biblioteca de Alejandría sería comparada con los tomos recopiladores de las experiencias vividas de todas las personas que pueblan la Tierra, sencillamente un quiosco de prensa.
Los relatos de lo que nos sucede a diario darían para muchos libros, para muchas obras de teatro, para muchas películas de cine, para hablar y hablar hasta el final de lo tiempos. Los estilos son de lo más variopinto, desde la comicidad, pasando por lo normalito, y recalando, a veces, en situaciones más lamentables, dramáticas o de mal gusto.
En ocasiones tu sales de casa, o estás en ella tranquilamente, y vienen a crearte un momento que no esperabas, te involucran en algo que tu no pensabas hacer, te dicen que hagas algo, te hacen unos comentarios, o sencillamente te piden ayuda para algo comprometedor. Otras veces, vas tranquilamente por la calle y aparece el que termina con la tranquilidad del momento. También están los que se obstinan en destacar ante sus amigos, vecinos, compañeros, etc., y van por el mundo provocando, insultando, y procediendo de modo poco educado; complicándoles la vida a todas las personas, no importa su edad, condición o sexo, que se cruzan en sus caminos.
Lamentablemente hay mucha gente viviendo en la superficialidad, que es la que da pie a ese proceder ineducado y despiadado con los demás. Hay gente tirada todo el día en la calle, y que por norma son incumplidoras de las normas de la sociedad, que facilitan la convivencia entre las personas de una vecindad. Hay gente de esta que hacen cosas, inconscientemente,  que están jugando con la vida de terceros, o al menos poniéndolas en graves riesgos, a causa de sus incivilizados comportamientos.
Afortunadamente, para esos casos, o esa clase de gente “perdida”, hay hormas para sus zapatos, existen personas ausentes de miedo, bravas, valientes, que son capaces de hablarles de tu a tu, que es lo que necesitan algunos de esas personas. Es entonces cuando se dan cuenta, de que no son los que se creían ser, que pueden ser humillados delante de sus colegas o amigos, y de que ellos no son los únicos que pueden ir por el mundo poniendo en peligro a sus semejantes; sino que hay otros que no se amedrentan, y que les pueden cuadrar. El resultado, muchas veces, es que toman conciencia de que obran mal, y se les abren los ojos, porque se juegan el tipo.
La violencia no va a ningún sitio provechoso, y es de esperar que cada día nos demos cuenta más y más personas. Los enfados, las discusiones, las criticas, los pensamientos negativos, las voces, las peleas, y cualquier otro modo de comportamiento no recto, apartado de la inteligencia, de la actitud humana y del amor, nos llevará a lugares de insatisfacción, que gastan la energía que podríamos emplear en otras acciones más provechosas. Por lo tanto, quedarán aparcadas en nuestra mente, a la espera de ser resueltas, y siempre provocarán tensión, recuerdos, y vivencias no acabadas. Pongamos todos de nuestra parte, para no incurrir en ofensas contra nuestros semejantes, hagámosle la vida más fácil a todos los que se relacionen con nosotros. Podemos hacer las mismas cosas, pero con mayor atención y respeto, con más cuidado y delicadeza,, en los lugares más adecuados, no somos menos por ello, pero si más grandes como seres humanos.
Confío en lo que somos, se de las capacidades que tenemos todos y que podemos fomentar, y a su vez comprendo que podemos elegir vivir pobremente, o acercarnos a la excelencia. No hablo de perfección, cada cual con su visión de las cosas, pero haciendo un hueco para que quepan las visiones de los demás, usando el sentido común para que todos podamos compartir el espacio en esta existencia, e irremediablemente amando a los seres vivos.

En este espacio-tiempo nos cruzamos los unos con los otros en momentos diversos, en lugares diferentes, y cada uno tiene algo para compartir con el otro y así recíprocamente nos complementamos, aprendemos. ¿Por qué hacerlo por las malas, con dolor y sufrimiento?

sábado, 6 de julio de 2013

JUEGA A LO TUYO


Siguiendo con lo que ya había indicado en anteriores escritos, sigo invitándote a que juegues a lo tuyo, pero tienes que buscarte dentro de ti, en un esfuerzo por situarte en el corazón y darle una pausa para que se exprese. Esta es la forma de jugar a lo tuyo y que nadie haga contigo lo que se le antoje.
No hemos de confundir que en ese intento de ser uno han de tener cabida los demás, eso es diferente a que los demás te manipulen, o como suelo decir: escriban las páginas del libro de tu vida. ¿Esto se entiende?
Los libres pensadores o personas que tengan su propia brújula activada, son incómodos para la sociedad actual, que nos prefieren seguidores sin opinión. Somos más fáciles de guiar y de entrar por los dictados de los gobernantes, cuando nos limitamos a contagiarnos de unos colores o de unas enseñas y ciegamente las defendemos. Esa sería la situación ideal y preferida de los que quieren manipular las masas, y se haya en contraposición a aquellos que dirigidos por nuestros sentimientos, sentido común, amor e inteligencia en definitiva, no nos encasillamos, no permitimos que otros nos muevan como si fuéramos marionetas, y esto es un incordio para los que acostumbran a tirar de los hilos.
La sociedad tiene que despertar del letargo, del atontamiento al que nos someten los medios de entretenimiento puestos a nuestro alcance, y del que hacemos un uso abusivo; en parte, porque hemos creído simplificar nuestras vidas o paliar nuestro sufrimiento, tratando de no mirar nuestros pensamientos. Por lo que ponemos la cabeza, la mayoría de las veces, en programas televisivos o aparatos de los llamados de nuevas tecnologías, como: móviles y sus aplicaciones, ordenadores y su infinidad de recursos y juegos, y el que hasta ahora era el astro rey del entrenamiento y la vulgaridad: la televisión. Este último no podemos considerarle dentro de las últimas tecnologías, sino dentro de las tecnologías de siempre, pues es un miembro más de la familia, se sienta con nosotros para almorzar, para merendar y cenar. Siempre está presente, como si no supiéramos que hacer cuando nos sentamos donde este aparato tan singular y conocido, que por inercia ponemos en funcionamiento apenas descansan nuestras posaderas en el cómodo sofá de casa.
Estos medios citados, que son todos los que usamos habitualmente, están controlados y nos controlan de algún modo. Nos quitan la posibilidad de ser nosotros para llegar a ser lo que sus mentores quieran que seamos: pasivos. Esta pasividad se convierte en pereza para moverse, y esta estaticidad es aprovechada para que la fuerza ciudadana sea mínima, porque a muchas personas les cuesta muchísimo dejar su ocio, su sofá, dejar de ver el programa basura del que es adicto, y no se cohesiona con otros ciudadanos, no forma piña en pro de ninguna de las quejas que seguro manifestará en su intimidad y para sí mismo. Esto hace que las manifestaciones fracasen, que el poder no lo tengamos los ciudadanos, cuando por número o cantidad nos corresponde, ¿lo entienden?
Sean selectivos, prevean que desean ver en televisión y que uso razonable desean hacer de sus equipos, pero no se enganchen todo el día a ninguna caja tonta, porque somos nosotros los que llegaremos a estar vacios. El tiempo no hay que pasarlo, hay que vivirlo estando presente. El tiempo en un reloj pasa solo, nosotros no tenemos que ayudarle a que lo haga, es un círculo interminable, cuando parece llegar a su fin, comienza de nuevo: a la noche le sucede la mañana y viceversa. Nosotros tenemos la capacidad de aprender en cada momento estando presente, y eso es apasionante. La observación silenciosa es enriquecedora, la reflexión consciente, sentir, proyectar en positivo, hacer cosas que a uno se le apetece hacer, tener tiempo para ello, nos aportan muchísimo. Sin embargo, la pereza nos roba nuestro tiempo, en muchas ocasiones, cuando estamos frente a la caja tonta.

Hay muchas cosas que nos pueden aportar más y nos ayudan a sentirnos vivos: leer, escribir, hablar, pasear, compartir momentos, ayudar, amar.

viernes, 5 de julio de 2013

TELE Y BASURA


Hoy es el segundo día que no termino de ver una de mis tertulias favoritas, bueno, ha sido una de las que más veces he visto en televisión, pero estoy llegando a la saturación de tantas discusiones políticas y sociales.
Como al ciudadano lo único que no nos han recortado es el derecho a debatir, por el momento, la gente habla y habla, discute entre ellas, alcanzan tonos dramáticos, se insultan, y esto es indigerible, infumable, y aunque en muchas ocasiones aportan datos esclarecedores, la mayoría de las veces son acusadores. Con esto no solucionamos ninguno de los problemas que padecemos socialmente. Nos han dejado el derecho al pataleo, y está bien hacer el uso de ello, pero lo lamentable es que en lugar de buscar soluciones se da pábulo a lo que hacen o dicen los otros; propiciando la discusión entre los tertulianos, y no estoy dispuesto a tragarme los tonos despectivos de algunos, porque pierdo el tiempo.
Todos tenemos cosas mejores que hacer y que nos gusten más, estoy seguro de ello, se que podemos emplear nuestro tiempo de una forma más provechosa. La fuerza se nos va por la boca, y los que crearon este sistema cerrado y blindado, se ríen de nosotros, nos ignoran, nos consideran solo contribuyentes de las arcas públicas, y votantes cuando a ellos les interesa. Por eso, solo nos valen las movilizaciones, las acciones, las proposiciones y las medidas de presión sin violencia. Gándhi hizo lo que hizo, expulsar a un país más poderoso que el suyo, con la insistencia de su lucha pacifica, dejando de consumir los productos ingleses, y con la desobediencia civil pacifica. Gandhi nos dio todo un ejemplo a seguir, si queremos realmente expulsar a los usurpadores de nuestro bienestar.
Lo demás, como los programas televisivos, donde la gente grita por creer que así tienen más razón o convencen más, son solo rellenos de entretenimiento que no nos llevan a ningún lado importante para nosotros, y por tanto para toda la humanidad. En primera instancia despierta la indignación, como motor para salir andando y actuar, pero nos quedamos cómodamente en casa, sentados o echados en nuestros sofás, dejando que pasen las horas escuchando lo que quieren decirnos, interrumpiendo los momentos más álgidos con la puñetera publicidad, llenando las cabezas de los consejos consumistas, y de vuelta a la discusión. De verdad que así no vamos a arreglar nada.

No podemos consentir que nuestras vidas se repartan entre obligaciones de trabajo, y bla, bla, bla. Hay buenos libros, libros importantes, libros que le hablan a nuestro corazón, libros que incitan a la reflexión. Podemos sentarnos en silencio, contemplar, pensar, proyectar, dialogar, aprender, amar, y todo ello nos revitalizará, atraerá positividad a nuestras vidas. Hay otras muchas cosas que podemos hacer, como las que he mencionado, cambiamos de hábitos y ya está resuelto. No es tan complicado ser tú, en lugar de convertirte en lo que el complot mundial ha decidido que seas. El complot mundial usa los medios de comunicaciones masivos para invadirnos, pero ahí estamos nosotros para decidir que queremos ser. La decisión ha de ser solo nuestra, porque es nuestro derecho, nadie lo tiene sobre nosotros, o al menos no debemos permitir que lo tenga.

Somos adultos y personas, no somos sus mercancías, por mucho que algunos hayan planificado un mundo a su medida y según sus criterios e intereses. Lamentablemente el mundo se está moviendo así, y es necesario que te des cuenta, que despiertes y escribas, como quieras, las páginas del libro de tu vida.

COMO LOCOS


¿Qué hacemos con los locos?, y no me refiero a los enfermos, que me merecen todo el respeto. Me refiero a aquellos que por ventajismo, han adaptado su actitud, pensamiento, etc.,  para trepar socialmente y productivamente hablando, sea cual sea su precio. Estos son los locos que nos han situado en el lugar que ocupamos actualmente.
Gente de esta la hay dedicada a la enseñanza, a la economía, a la política, al mundo empresarial, a la abogacía, etc. Personalmente, incluiría todos los campos o profesiones, porque realmente cuántos proceden de manera justa y equitativa. Cuántos han dejado a un lado sus intereses, o al menos los llevan adelante sin perjudicar los de los demás; y mejor aún, cuántos estarían dispuestos a equipararse con los demás o a renunciar a sus ventajas frente a las otras personas.
Si la persona no se ha realizado, si no se vive desde lo profundo, si no tiene la intención y vive para llegar a serlo algún día, anda perdido, es como estar loco. Se mueve a impulsos o por pura reacción frente a lo que está sucediendo y él no entiende, por lo que se siente agredido, siente miedo y responde. ¿En qué se diferencia esta actitud de la de los animales?, ¿se paró a reflexionar y descubrir las consecuencias de sus actos?, seguramente no. Quería más, quería ser más poderoso, más reconocido, más que el otro en todos los aspectos; y sí, es más avaricioso, perjudica mas, somete a otros, desprecia a otros, no es ejemplo para nadie en sus justos cabales, aunque muchos ciegos pudieran envidiarle.
Los locos están al mando de gobiernos, de grandes multinacionales, de consejos de entidades bancarias, etc., y dedican el día a planificar sus ataques sin medir sus consecuencias. Quieren más, como dije antes, desean, buscan y promulgan la exclusividad, las diferencias, pero solo a favor de ellos, este es el error para mí.
Y estos locos, no enfermos patológicamente, aunque pueden que si mentalmente por tener pensamientos que no se apartan de su propia codicia, invaden la sociedad, oprimen y manipulan a la humanidad por el poder del dinero. Se quedaron en lo superficial del meollo, sus vidas son corrientes y pobres, porque la verdadera felicidad y amor proceden del interior de cada persona, de su conexión con la energía de vida, de la coherencia en su vivir, y del placer de hacer el bien a los demás. Todo esto no lo han entendido muchos de los que se elevaron monetariamente, que envejecen junto a sus dineros, propiedades y abultadas cuentas corrientes, pero que tal vez dejaron a su paso cantidad de personas que les esquivan, por no ser personas gratas. Quizás les hicieron daño, les maltrataron de alguna forma, sencillamente no se sintieron amadas o queridas por estos “poderosos”, que se hacen viejo irremediablemente en solitario.
Si solo vives una vida de intereses, obtienes intereses, te rodean por el interés en una mentira que tú fuiste tejiendo como la araña teje su tela de araña. Ni el aprecio, ni el amor son verdaderos, porque esos no quisieron reparar en ello, no pararon a mirar a su alrededor, no escucharon, no colaboraron, no aprendieron lo suficiente. Todo a su alrededor era ficticio, y como sembraron mentiras, solo recogen mentiras. Esto es soledad con dinero, y ven que sus dineros no les traen el amor y la felicidad que han estado ignorando durante todas sus vidas, por eso no obtienen respuesta.
La clave es abrirse a los demás, prodigar los valores de una vida recta, llena de amor, bondad y generosidad. No veo otra forma de llegar a ser pleno en todos los sentidos.

Todos podemos tener comportamientos o cualidades de la personalidad aprendidas o fomentadas, pero que debemos mirar, tratar de comunicarnos con ellas, diluir sin forzar por tener puesto nuestro punto de vista, por convencimiento, en los valores que aportan, no en los que restan a las personas. Cuidando estos aspectos de nosotros mismos, seremos mejores cada día para con los demás, que es lo más necesario, y para algunos muy difícil tarea todavía.

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