¿Haz hecho lo que tienes que
hacer, estás seguro de haberlo hecho?, ¿dijiste solo aquello que querías
decir?, ¿Te moviste a la velocidad o ritmo que te apetecía?, ¿Te sentiste
consciente mientras lo hacía?, si es así pues muy bien, y si no fue así pues
bien también. Esto parece una locura, ¿verdad?, pues sí, lo es. ¿Acaso no
estamos todos un poco loco?, o veis normal que todo tenga sentido, en esta
sociedad, si gira entorno al dinero, porque yo no lo veo normal; así que permitámonos
una cosa u otra, ¿Entienden ahora?, que más da.
Pienso que sufrimos un rapto,
estamos secuestrados por la maquinaria de la fabricación de beneficios, por el
inventor de este artilugio y por los operarios que la mantienen en activo. En
estos días hay mucha gente perdiendo la vida por perseguir la fortuna, y muchos
otros perdiéndola por causa de los que están generando beneficios indiscriminadamente.
Hay muchos miserables midiéndose en los rankings de millonarios, que al mismo
tiempo revientan sistemas, sociedades, y matan indirectamente con sus
imposiciones. Pero están bien vistos, son envidia de otros tontos, se les pasea
por las revistas como ejemplo de empresarios, y puede que estén amasando
fortunas haciendo uso de la usura y la represión, pagando peonadas de 16 horas,
tal vez, con un bocadillo.
Revientan a personas, a niños, no
pagan impuestos en sus países porque allá les salen más baratos, y vienen a
colocarnos sus productos, porque también quieren nuestros dineros. Lo tienen
montado de lujo, se mueven libremente tanto en un país como en el otro, cogen
lo que más les convienen de cada lugar, pero lo que no se les borra de sus
mentes es el sentido que tiene para ellos, más allá de toda dignidad humana, el
negocio, la ganancia, el beneficio, y como escatimar a las autoridades, con lo
que modernamente se ha dado en llamar ingeniería financiera.
Son explotadores consentidos, son
personajes que van devorando tejido social en su provecho, son amigos de los
que les pueden abrir paso, de los que les pueden pasar la mano, de los que
saben mirar hacia otro lado, de los que les hablan de paraísos fiscales y
negocios turbios. Se creen reyes, se atreven a amenazar a jueces y fiscales, y
creen poder imponer sus leyes en donde intervengan.
Amasad que aquí se quedará,
amasad que ya os dolerá tenerlo que abandonar todo, porque hay una jueza,
llamada muerte, a la que no podréis sobornar. Vendrá y os llevará, no valen las
suplicas, ni las cuentas en paraísos fiscales, no valen los amigos poderosos,
ni los favores que os deban. El muerto al hoyo y el vivo al bollo, es así de
cruda la realidad de la vida, ¿lo entiendes ahora?, pues deja de trampear la
vida, y despierta, porque lo que haces y unos cientos o miles como tu,
significa deterioro y destrucción, desequilibrio de valores, humillación y
vejación.
Hay que hacer fortuna por simpatía
de la población, por calidad de los productos, por ser asequibles para la
población, por ser una buena persona, por ser solidario con los que menos
tienen, por dar puestos de trabajo y tratar a sus empleados con amor y
dignidad. Por tratarles como personas que requieren un salario justo para
vivir, por interesarse por ellos como si de una gran familia se tratase. Por
amar a su país y a su gente, por ser un empresario honesto, equitativo, por
repartir la riqueza en proyectos que hacen crecer a otros, de este modo tú
también creces como persona, ¿no entiendes esto?
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