La situación que está dejando la
crisis, debida a las medidas de austeridad, a los despidos de trabajadores, a
los cierres de empresas, a la reducción de salarios y de las pensiones, etc.,
está generando tal incertidumbre en la población, y tal pobreza o menor poder
adquisitivo, sumado a un grado alto de inseguridad e inestabilidad del empleo,
que se traduce en no consumir.
Tal descenso irremediable del
consumo repercute, a su vez, en empeorar la situación empresarial y laboral,
provocando la movilización geográfica tanto de personas como de empresas,
debido a la menor rentabilidad de las empresas, que además no obtienen créditos
de las entidades bancarias.
Podríamos decir que estamos
viviendo un caos económico y laboral que no favorece más que a aquellos que
estén sobrados de recursos, que encuentran en estos los mejores momentos para
hacerse de oro. Pero al margen de estos, el resto de la población trata de
hacer las compras necesarias para su alimentación, pagar sus servicios más
necesarios como: luz, agua, teléfono y poco más. Es haciéndolo de este modo y
la mayoría de las familias llegan raspando o difícilmente a fin de mes.
Hay varios aspectos que se están
deteriorando y que ofrecen malas perspectivas de mejora, como son: las
pensiones de futuros jubilados o la vuelta a una normalidad laboral, y mucho
menos a la recuperación de los derechos que tenían los trabajadores de este
país. En los dos últimos años los gobiernos manipulados por los grupos de
poderosos, han cometido una masacre con el bienestar social. Todo aquello que
se había adquirido con años de lucha y negociación, lo han tirado por tierra en
un abrir y cerrar de ojos. Tanta cobardía tiene responsables con nombres y
apellidos, que prefirieron seguir chupando y figurando, mientras las personas perdían
sus puestos de trabajo, mientras el país se arruinaba, mientras los ciudadanos íbamos
perdiendo la ilusión de un futuro mejor.
Cómo van a estudiar los jóvenes
si en sus casas solo hay para comer, cómo van a pensar en constituir su propia
familia si terminan los estudios y no tienen forma de empezar a trabajar, pues
se encuentran dos barreras: no hay empleo, y no tienen experiencia laboral.
Cómo van los jóvenes a pensar en adquirir una vivienda, es sencillamente
impensable. A menos que el juego sea la estrategia para poner en alquiler todas
las viviendas, que los bancos tienen y que se construyeron con la burbuja
inmobiliaria, que no tienen salida, y con todo este empobrecimiento lo que se
pretenda sea cambiar la mentalidad de los ciudadanos, antes compradores, y que
se desee sean en el futuro arrendatarios.
Está claro que han destrozado al país y le han
endeudado, y como el país somos sus ciudadanos, a este empeoramiento le sumamos
el marrón que nos ha caído en lo alto que nos oprimirá durante muchos años. No
podemos seguir con políticas de este tipo, los resultados son palpables, a qué
esperan, a que el nivel de deuda sea insoportable y tengamos que hacer un ERE
de población o cerrar España.
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