Muchos se refieren a su círculo
de amistad, como al grupo de personas que tiene importancia para ellos, es un
conjunto de personas con el que se mantiene una relación más estrecha. Componen
el circulo de amistad aquellas personas por las se siente un aprecio mayor, son
esas personas que han estado en nuestras vidas durante un tiempo suficiente
como para estimarles por encima del simple “te conozco, o se quién eres”. La
amistad responde a un entendimiento mutuo, a hacer cosas juntos, a compartir
aficiones, juegos, pasiones, a apreciar al otro sencillamente porque se le
acepta como es, y se le valora por ello.
Para muchos hablar de amistad es
hablar de gente allegada en la que se puede confiar, a la que se está dispuesto
a ayudar y a la que se le podría pedir ayuda en caso de necesidad, porque
sabemos que están ahí. En definitiva, amistad es amar a las personas con las
que se comparte tiempo y a veces espacio, pues no necesariamente pueden o
desean estar todo el tiempo juntos, ya que cada cual tiene su laberinto
personal de obligaciones, aunque cuando hay verdadera amistad se disfruta mucho
de la presencia del amigo o amiga.
¿Quién no tiene amigos o amigas?,
de una forma u otra, con unas peculiaridades u otras, todos los tenemos
afortunadamente, por tanto a todos nos suena esto. Diferente es, que nuestras
preocupaciones particulares nos permitan más o menos poder disfrutarlos, esto
me sucede y supongo les sucederá a muchos más. Estamos aquí, pero aún
compartiendo escenario no coincidimos, generalmente, las prioridades de cada
uno de nosotros nos aleja o nos acerca en unos u otros momentos.
Nosotros somos amigos de otras
personas, y otras personas lo son nuestros, a pesar de que se interpongan el
tiempo o la distancia. Lo que se siente por un amigo o amiga traspasa esa
barrera ficticia, para expresarse rebosante cuando se da el encuentro, y puedes
abrazarle, darle un beso, tocarle, mirar el brillo de sus ojos, observar lo
bien que se encuentra, cuanto te agrada observar su sonrisa, volver a
escucharle, y caminar tranquilamente mientras se mantiene una amena
conversación, o bien se celebra el encuentro con igual conversación, asiendo un
vaso de cerveza o una copa de vino acompañado de unas sabrosas viandas.
Cuando se dan estas
connotaciones, el tiempo parece no transcurrir, porque te importan tus amigos y
amigas, te interesa el intercambio de información durante el paseo o la
degustación. Y te sientes feliz de tenerles cerca, de compartir con ellos y
ellos contigo, después de todo son personas que tú quieres, que nos hemos
aceptado como amigo, por no decir como es popular, que nos hemos elegido.
Y desde aquí brindo por mis
amigos, por ti que estás leyendo, por el resto de nuestras familias, por las
familias de mis amigos, y por los amigos de mis amigos y sus familias también. Hay
que acortar las distancias con el resto de las personas que compartimos esta
casa y este tiempo, porque seguramente tenemos que conseguir hacer algo entre
todos. Por ello, no dejemos a un lado a nadie, y si alguien se siente así que
lo diga, que se haga oír, que los abrazos, los besos y amar no desgastan, sino que
por el contrario te aportan.
Tenemos algo que hacer por los
que se encuentran solos, desamparados o vacíos, porque sabemos cuanto
reconforta tener un amigo.
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