A veces se siente el sufrir
universal, que roza la rabia y la impotencia porque vemos y escuchamos tantas
cosas. Se percibe el caos mundial, las muertes por explosiones en aquellos países
que parecen guerrear desde que éramos pequeños, y ya somos un poco mayores y
seguimos viendo y escuchando el mismo tipo de noticias, las muertes de gente de
diferentes edades que tienen una ideología, por lo general religiosa, y se
matan, y matan a otros sin piedad alguna.
Países que viven en el umbral de
la pobreza, que no tiene que comer, y disparan cada día el valor de las
raciones de muchos miles de personas, y la vergüenza que se siente de que
países en buen estado económico les esté vendiendo armas, esté haciendo negocio
de la tragedia de los pueblos. ¿Dónde están sus gobiernos, o es que están
metidos en el asunto del negocio de las armas?, no es de extrañar que así sea,
pues generalmente los gobernantes suelen tener riquezas y grandes sumas de
dinero en otros países, viven cercanos a la opulencia, mientras su país carece
de infraestructuras, las casas de los vecinos son de arcilla, las aguas sucias
corren calle abajo, ves a los niños desnutridos, mal vestidos y sin calzado.
Todo esto sucede mientras unos
bandos juegan a la guerra, y gastan en munición un dinero que haría falta a la
gente del país para comer principalmente. Y como dije antes, ante esta dramática
tragedia en la que se ven envueltos muchos ciudadanos, donde sus hijos no
pueden ni salir a jugar a las calles porque corren el riesgo de ser tiroteados,
hay otros países desarrollados aportando muerte con sus armas. ¿A qué hemos
llegado?, me pregunto.
Estamos en un punto de no retorno
porque no hay marcha atrás, el caos ya lo tenemos a nuestro alrededor, casi
para cualquier lado que miremos, y hay que poner fin a la división, a la
culpabilización, a la destrucción, y hay que comenzar a unificar, a cooperar, a
consensuar proyectos que generen prosperidad, industrialización, comercio,
bienestar, paz, sabiduría, amor y cuantos valores positivos sean necesarios
fomentar por el bien de las personas. ¿No se comprende esto?
Es el momento de poner fin a las
acciones bárbaras, a las guerras, a la delincuencia, a la corrupción, al
egoísmo, a los intereses personales, para crecer como seres humanos si es lo
que queremos, pues de lo contrario la exterminación como especie puede que se
esté poniendo en marcha, pues lo vamos a lograr nosotros solos sin que nadie
nos tenga que ayudar. Basta ya de generar el mal a otros, basta ya de continuar
como vamos, que no hay nada que defender con tanto ahínco como para eliminar el
derecho a la vida de otros seres. Ni religión, ni política, ni negocio, ni el petróleo,
ni los grandes grupos de poder, esos que se reúnen misteriosamente a debatir tonterías,
ya está bien. A ver si se enteran de una puñetera vez, y dejan de obligar que
las cosas permanezcan por intereses económicos aunque se extermine la
humanidad.
Vamos a dejar de rivalizar, el
norte con el sur, los EEUU contra el mundo, el mundo contra los EEUU, Rusia con
los amigos asiáticos mirando de reojo lo que hacen los que no tienen negocios
con ella, y todos haciendo amigos, pero amigos porque me compran, que ya está
todo muy manido. Vamos a cambiar, vamos a unirnos, y vamos a tener solo un
plan: vivir en paz. Erradicar el hambre, investigar para elevarnos todos, para
progresar en los diversos campos, vamos a demostrar que somos o podemos ser
inteligentes de verdad.
¿Se puede oír en estos tiempos
que Corea del norte amenaza a EEUU con empezar una guerra nuclear?, pero por
favor, qué hacemos, a qué jugamos, ya está bien, por qué tenemos que vivir así,
espiados sin fiarnos los unos de los otros, amenazados, tratando unos países de
dominar a otros, ¿acaso estamos en tiempos de la edad media?
Hay que cambiar, hay que perdonar,
hay que unirse y crear lo mejor para todos, y hay que hacerlo juntos desde ya.
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