Empecemos a caminar, andemos y
comentemos la vergüenza del panorama nacional. ¿Qué está sucediendo?, la clase
política engaña, los banqueros roban, los empresarios de grandes grupos
dedicados en los últimos tiempos a la construcción beneficiándose del amiguismo.
Regalos y donaciones con muchas intenciones, adjudicaciones de obras eludiendo
los concursos públicos, multitud de cargos dados a dedo, dineros en Suiza que
no contribuyen en Hacienda, abucheos a las personalidades, manifestaciones contra
todo tipo de actos degenerados y descerebrados, scraches contra los malos
políticos, un club cerrado de manipuladores adinerados que tienen al guiñol
gubernamental cogido por los huevos. Corrupción por las esquinas, empresas
arruinadas, dinero público que se les da a las empresas privadas porque
trabajan familiares de los políticos, políticos que se colocan en empresas del
sector energético, en aparentes grandes puestos que no sirven para nada y que
se llevan unos sueldazos. Empresas que fueron vendidas, privatizadas, siendo
sectores claves del tejido productivo del país, que se han puesto en manos de
amigos de los gobernantes que ha habido. Esto ha asegurado la acogida de los
que van dejando la política activa, constituyendo una trama selecta y con un propósito
bien definido.
Estamos en manos de gente
peligrosa porque son tapaderas de negocios y privatizaciones, que privan a los
ciudadanos de una calidad de servicio, y representa una merma en el bienestar
general, a favor de unos pocos. Es un engaño y un caciquismo bestial realizado
por toda la cara, sin contemplaciones de ningún tipo, que reduce la calidad de
los servicios públicos, saqueando las arcas del Estado, aquello que es nuestro,
que hemos construido entre todos con nuestro trabajo e impuestos.
Hemos sufrido un expolio
permitido por la policía y demás fuerzas del orden público, así como por los
jueces, fiscales, magistrados de todo rango, porque no han tenido independencia
desde la transición. Han sido piezas del tablero de juego, de un juego en el
que se han repartido los puestos de poder para imponer a los ciudadanos aquello
que han convenido, y se han servido de esta situación de privilegio para
proteger lo suyo, su trozo de tarta sustraída y engordada por intereses
privados o de partido. De esta forma se ha tirado o saqueado el país, se ha
gastado sin pudor alguno, se lo han llevado crudo, los sobres con dinero negro
y sobresueldos han circulado sin que nadie controlara nada, sin que nadie denunciara
nada hasta los últimos tiempos. Muchos han incumplido con sus obligaciones más
primordiales sin que haya existido castigo de ninguna clase.
Recientemente, se han pretendido
dar algunos castigos ejemplares, pero se han contrarrestado descalificando a
los jueces, o presionando para condicionar las condenas, para obtener la no
imputación de ciertas personas que por su condición social no pueden ser
delincuentes, aunque incurran en acciones delictivas. Así, se sabe de presiones
ejercidas por la Casa Real, por el
Consejo General del Poder Judicial, que como sabemos está constituido
por personas nombradas por los partidos políticos mayoritarios. Por tanto, no
dejan trabajar a los jueces, no dejan que se aplique justicia, no dejan que se
castigue según a qué personas, y si no se llegó a tiempo se aplica un indulto
sacado de la manga, y exclusivo para destacados mangantes de clase alta,
amiguetes, familiares, etc.
No exagero, esto lo saben todos
aquellos que siguen las noticias, tertulias, etc., es un escándalo, es una
perversión en la gestión de lo que deberían ser derechos y bienestar de los
ciudadanos. Les da igual el número de parados, que nos quiten las pagas, los
sueldos, que recorten en sanidad y educación. Ellos siguen presionando,
exprimiendo, mientras se suben los sueldos los políticos, les dan dinero a los
bancos, cobran tres o cuatro sueldos muchos de los cargos políticos.
Indudablemente, esto es el sumo de la indignación y se merecen una lucha en
firme con todas las consecuencias, adecuada a sus conductas de gente choriza
prepotente.
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