En el día de hoy quiero brindar
por la persona de Ada Colau, la persona que se encuentra al frente de la PAH
(Plataforma de Afectados por las Hipotecas), y dedicar mi escrito a esta mujer
luchadora, que con valentía pelea para conseguir que los más necesitados o
aquellas personas que no pudiendo pagar sus hipotecas, no sean desahuciados. Tratando
de obtener compromisos del Gobierno y de los bancos para que la devolución de
las viviendas cancele la deuda por el concepto de hipoteca; lo que se ha dado
en llamar la dación en pago. Del mismo modo, se plantean otras salidas para
aquellas personas que no puedan pagar en la actualidad su hipoteca, se les
conceda demora en el pago, o bien llegar a un acuerdo de un alquiler social de
bajo costo, para que las personas, matrimonios, niños, etc., no se vean en la
calle por los dictados de una ley de más de 100 años, y el apoyo de los
políticos a los banqueros.
Ada está embarcada en esta tarea,
se ha hecho conocida por estar inmersa en esta labor junto a los más
desfavorecidos, así como por verla en televisión, invitada a diferentes
tertulias, entrevistada a pie de calle, o interviniendo en actos políticos. Porque
calidad oratoria no le falta, más bien deja en mala situación a según cuales
políticos. Se expresa con claridad, educación, es directa, va por derecho al meollo
de la cuestión, sin rodeos, sin verborrea a la que otros nos tienen
acostumbrados. Da gusto oírle.
Y como no, tiene sus detractores,
aquellos que con complejo de inferioridad no soportan que una persona valiente
y sobre todo mujer se haya echado a su espalda esta responsabilidad, este
liderazgo, y que además resalte por sus cualidades: saber estar y expresarse
mejor que muchos. Otros no le perdonan que se haya hecho popular por una causa
tan justa, y por último están los que la quieren tumbarla mediante el argumento
de que cobra subvenciones, y yo pregunto: ¿Señores, qué asociación, colectivo,
etc., no es subvencionado?, si los mismos partidos políticos, sindicatos, etc.,
cobran un buen pellizco del erario público.
Las personas nos hemos acomodado
por los años de bonanza que hemos vivido, y a muchos les es incomoda la
presencia de la lucha en las calles. No quieren ver revueltas, no quieren
conflictos, y querrán que las cosas se arreglen solitas. Pero lamentablemente,
los legisladores nos han dejado acorralados contra las cuerdas, utilizando un símil
pugilístico, y tenemos muy poco margen de maniobra. El sistema se ha blindado
mediante leyes a medida, que beneficia y da privilegios a los gobernantes y círculos
cercanos, impidiendo nuestra intervención efectiva e inmediata en cualquier apartado
de la vida política-social de nuestro país.
Es por ello que una respuesta
seria, constante, directa, y con las ideas claras de las metas a conseguir, se
hace necesaria para la protección y protesta de la ciudadanía. Estamos
indefensos ante una justicia que no es igual para según que poder adquisitivo,
estatus social, etc. Nos sentimos impotentes ante el amurallamiento de las
instituciones, y los Scraches ha sido el único modo de hacer llegar la opinión
y la protesta del ciudadano al político.
También muchos lo han criticado,
pero estoy seguro de que estos no han tomado conciencia de esa indefensión e
impotencia a la que me refería anteriormente, o viven de lujo por ser de otra élite.
Sí defiendo que estas manifestaciones,
enfrente de la casa de los políticos, se lleven a cabo con total respeto hacia
los vecinos y familiares de aquellos. No hace falta pegar pegatinas en las
puertas ni llamar a las puertas, la sola presencia del grupo con sus pancartas
para recordarle al político que es responsable de lo que está sucediendo, en
cada salida y entrada a su domicilio, creo es suficiente desde mi manera de
ver.
Para terminar, ¡Enhorabuena Ada!,
deberíamos tener en el territorio nacional más Adas, que muevan voluntades por
causas tan dignas como la que tu defiendes.
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