Estamos a mediados de Junio, una época
que marca el final de curso, y los estudiantes están ya saturados de tantos exámenes.
Ahora viven las tensiones propias de la espera de las calificaciones, comienzan
las comunicaciones entre ellos, los whasapps van y vienen, hasta que alguien
dice: “han salido las notas de tal o cual asignatura”. Cualquiera, en cualquier
momento se pasa por el instituto o por la universidad y va directo a los
tablones de anuncios para comprobar si están colgadas las notas. Otros buscan,
con cierta ansiedad, en la página web del departamento si pusieron ya las
calificaciones.
Algunos tienen que marcarse un
plan de estudio, bien para recuperar, bien para estudiar para Septiembre. Otros
saltan de alegría porque aprobaron todas las asignaturas, y también algunos
viven la angustia que les provoca el tener que comunicar a sus padres el
resultado de sus esfuerzos, porque no dieron los frutos esperados.
Aquellos que aprobaron su
bachiller, tuvieron que preparar la prueba de selectividad, y por tanto
tuvieron que pasar por otro trago de tensión, pues se juegan el paso de la entrada
a los estudios universitarios con los que alguna vez soñaron. Quieren sacar las
notas más elevadas que se puedan permitir, las que sean capaces de conseguir,
quieren hacer un ejercicio brillante. Pero no todos los jóvenes lo consiguen,
lamentablemente.
En la universidad, generalmente,
finalizan los cursos más tarde, y es por ello que todavía andan los chavales
haciendo sus últimos exámenes, entregando sus últimos trabajos, y se encuentran
con sus neuronas casi achicharradas. Queda poco tiempo, el curso se acaba, los exámenes
se acumulan, vienen unos detrás de otros. Muchos días se van conociendo
calificaciones, casi todos los días hay alguna sorpresa buena o mala, y sin
embargo hay que seguir quemándose el coco, porque hay más exámenes, más pruebas
o trabajos por entregar.
Una vez finalizados los exámenes y
conocidas las calificaciones, llega el descanso del guerrero, ya no hay nada
que hacer, la suerte está echada. Si te machacaste te llega el merecido
descanso, seguro que los resultados acompañan a tu trabajo, a tu dedicación, a
las horas de estudios. Si no es así, ya sabes, o trabajas más o repites.
Pagarás más por la matriculación de las asignaturas que tienes que repetir, se
te acumulan más asignaturas en un año. En definitiva, se ponen las cosas más
feas y el final se hace esperar.
Lo que es inevitable es que el
curso terminado significa que el verano ha comenzado, y se hacen los viajes fin
de curso para borrar un poco los malos tragos, para celebrar la alegría del
triunfo o sencillamente para procurarse un descanso de la mente. Para todo vale
un paréntesis en la monotonía del año de estudio.
Esta época de formación es muy
importante para la vida futura de todos los
estudiantes, futuros profesionales de las más diversas ramas, que podrán
ganarse la vida, al menos debería ser lo normal, con esa formación que están
adquiriendo con su esfuerzo y su dedicación.
Comprendo que se exige cuando
siendo joven se quiere diversión, pero hay que mentalizarse que se trata de
realizar un esfuerzo durante unos años, para poder optar en el futuro cercano a
los mejores puestos de trabajo posible. No siempre sucede y menos en la
situación económica mundial actual, pero si son menos las oportunidades para la
gente formada y preparada, imaginad cómo se les ponen a los que no se forman lo
suficiente. Se podéis imaginar que ha de ser una cuesta arriba interminable e
infatigable, donde se suele tener opción a los trabajos menos remunerados y
menos deseados.
Ser joven y llegar a tener la
conciencia de que hay que aprovechar esta oportunidad para formarse, cuando no
se tienen otras obligaciones, cuando sus necesidades están más o menos cubiertas
por el trabajo de los padres; es un tiempo único, casi irrepetible para llegar
a ser lo que tu te propongas. Es el momento de conseguir tus sueños, es la
oportunidad de luchar por ellos, de prepararte lo mejor posible, para acceder
al tipo de trabajo que tú aspiras.
Por último, referir que sois una
capa social de indudable importancia para toda la sociedad, sobre todo para la
futura, porque ella se cimentará sobre vuestra generación. Ustedes serán los
profesores que impartirán formación mañana. Ustedes serán los médicos en cuyas
manos estará nuestra salud. Ustedes serán los ingenieros, los arquitectos, los
investigadores, etc., que habrán de contribuir al desarrollo de nuestra nación,
esto es así. Si ustedes son de los mejores, todos nos beneficiaremos de ello,
seremos competitivos, seremos punteros en todas las áreas.
Mis felicitaciones estudiantes
por vuestros esfuerzos, y ya sabéis que nuestro futuro está en vuestras manos.
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