La vida es apasionante y te da
raciones de alegría en cualquier momento o en cualquier lugar. A veces, en los
sitios más inesperados surge la chispa, la compenetración, el entendimiento, el
dialogo, la comprensión. Tal vez por esto se dice: “Dios los cría y ellos se
juntan”.
No sabes como, pero comienza una
conversación de esos temas que no se pueden comentar con todo el mundo, porque
para algunos estaríamos rozando la demencia, pues el mundo mágico es como que
no lo ven ni entienden. Sencillamente están situados meramente en lo mental, en
lo analítico y material.
Este mañana he ido a pelarme, y
curiosamente mi barbero o peluquero, como ustedes quieran llamarle o
acostumbren hacerlo, empieza a bajar al corazón y comienza a explicarme ciertas
vivencias con la religión y su sentir profundo, experiencias, etc. Le correspondí
con mis convicciones, vivencias y ciertas experiencias, es entonces cuando
añadió que estos temas no se les podía hablar a todo el mundo. Me decía que lo
que a él le pasó, que me acaba de contar, nunca se había atrevido a hablarlo
con nadie.
Es sencillamente genial, fantástico,
sentirse vivo, integrante del todo, amar a las personas, tener una cierta
claridad mental y coherencia en nuestros actos. Es sorprendente que haya
personas que confiamos en los otros, que seamos capaces de comunicarnos
abiertamente, que algo en nosotros capte ese algo necesario en el otro, que
propicia nuestra apertura. Por otro lado, considero que son cualidades
naturales de las personas, capacidades que todos tenemos y que por unos medios
u otros desarrollamos, aunque algunos parezca no les prestan ni la más mínima
cuenta.
Es posible que algunos tengamos
más predisposición que otros, no se a qué atenderá tal intención porque la vida es un misterio, es
una inteligencia mágica, y nosotros meras formas visibles de ella.
Desde la reflexión, nos
preguntamos: Quiénes somos y para qué estamos aquí, cuál es nuestra misión en
esta existencia. Nos gustaría conocer sus respuestas sin lugar a la duda, y
vamos conociendo, ciertamente, sus respuestas a través de nuestras experiencias
y los mensajes encriptados en ellas. Algunas veces estas informaciones son muy efímeras
o ligeras, casi se nos van sin llegar a captarlas, pero otras, se hacen muy
evidentes, palpables, se viven con plena consciencia. Son estas ocasiones en
las que nadie tiene que añadir o aclarar nada, pues ya no hay ningún género de
duda.
Todos tenemos momentos especiales
que nos va completando como ser humano con aquellas capacidades a las que antes
me refería. Cada cual tiene sus raciones de espiritualidad o de mundo interior.
Todos estamos completándonos a diferentes ritmos, en diversas condiciones. A
cada cual se le brindan las condiciones y situaciones oportunas para su
desarrollo, estando dos clases de personas los que están atentos y los que no.
Muchos no escuchan acerca de esto, les suena a chaladura, no les cuadra en su
forma de vivir, y por supuesto es muy loable y respetable su actitud, porque a
cada cual le llega el cambio cuando le tiene que llegar. Nadie puede hacerle
cambiar si esa persona se opone, si no hay condiciones adecuadas. Además nadie
tiene el derecho a no ser respetuoso con el modo en que los otros eligen vivir.
No apresuraros, que todos tenemos
reservadas nuestras raciones de alegría.
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