Sigue la lucha
en el seno de PODEMOS, y es que hay cosas incomprensibles. Corriendo los
tiempos políticos que corren no se pueden hacer ciertas cosas: No es el momento
adecuado para pelear la laicidad de España, renombrar calles franquistas, ofender
a quienes podrían ser tus compañeros de legislatura, opinar sobre temas ajenos
al partido y cercanos al terrorismo, convulsionar el partido, que la gente
comience a dimitir de sus cargos o se destituyan, me temo, por apuntar hacia
otro lado.
Hay que tener
cabeza, que no es mentir a nadie, pero cada debate tiene un momento y un lugar
a propósito para ello. En este caso, se ha destituido a Sergio Pascual, el
número tres de PODEMOS, una muestra clara de discrepancias dentro del partido,
aunque hayan dicho que es por ineficiencia en sus funciones, por no haber
podido remediar el revuelo, que desde hace unas semanas, suena en varias
regiones del país.
Creo que es
porque hay división de opiniones en cuanto a si se debe pactar con PSOE o no.
Hay un sector más radical en PODEMOS que no quiere ceder nada y al que le
gustaría romper la baraja e ir a nuevas elecciones. Hay otro sector más
moderado, al que no le importaría llegar a un acuerdo con PSOE, e incluso C’s,
porque no interpretan estar de acuerdo con la ideología de ambos partidos, sino
que valora el principio de acuerdo puntual de políticas que beneficien a la
ciudadanía.
Voto a PODEMOS
desde su nacimiento, pero no veo mal pactar puntualmente con nadie. Programas
sobre la mesa y acercamiento de posturas, principalmente, para que se
beneficien los ciudadanos y ciudadanas de este país. Para eso están los
políticos, no para eternizar una rivalidad de izquierdas y derechas.
Evidentemente, las políticas de unos y otros se dirigen, muy posiblemente,
hacia fines diferentes, pero esto no quiere decir que si se hace un acuerdo que
beneficie a la gente, al margen de las ideologías propias de cada partido, sea
un impedimento para sumarse.
No se ha de
llegar a la política para destacarse o decir las frases más rimbombantes o
malsonantes. El Parlamento no es un escenario teatral cómico, por mucho que se
le pueda parecer en multitud de ocasiones. Las largas acusaciones que se hacen
los unos a los otros no es más que tiempo malgastado, y titulares para los
medios de comunicación. Hay que estar para otra cosa. Hay que hacer propuestas,
y si hay que sonrojar a algunos, que sea por su incapacidad para apoyar medidas
evidentes que van a beneficiar a la gente de este país.
No creo que lo
de Sergio Pascual sea un problema de ineficiencia, que la hubiera mostrado,
mucho antes, en estos dos años al servicio de PODEMOS. Todos les hemos podido
ver en los debates de la Sexta Noche, correcto y peleando por el ideario de su
partido. También le hemos visto en los mítines, luchando y apoyando su organización
y a sus líderes. Creo que no ha sido ni mejor ni peor que cualquier otro
militante de PODEMOS, pero si no se está con el que manda, tiene sus
consecuencias aquí y en Pekín. Por tanto, el de arriba, como siempre ha
sucedido, limpia el camino de posibles sombras que le pudieran hacer. Poco ha
cambiado esta organización, mirando con una visión retrospectiva. Los métodos
resultan similares a los de siempre.
Como dice
Pablo Iglesias, ni el desplante de los de Madrid ha llegado en buen momento,
tampoco mucho de lo que se hace o dice tiene nada que ver con el tiempo
político, y desde luego, para cesar gente de la organización, no es el mejor momento.
Todo ello tan solo hace ruido en los medios de comunicación, favorece la idea
de la ruptura interna del partido, y de cara a unas posibles elecciones, no va
a ayudar en nada.
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