Como ustedes
saben, hace unos días condenaron a Rita Maestre a una multa de 4320 €, por
ofender los sentimientos religiosos, por su asalto a la capilla de la
complutense hace unos años. El Gobierno español es el que incurría en una
contradicción, por no decir que incumplía la Constitución, pues violaba el
supuesto de que España es un Estado aconfesional. Por tanto, no debería existir
una capilla dentro de una Universidad pública. Pues bien, si una persona
protesta y exige que se cumpla la ley vigente en el territorio español, ofende
los sentimientos religiosos y es sancionada, ¡estamos bien!
Como ocurre
desde la antigüedad, el poder legislativo se doblega ante el poder eclesiástico,
y casi por imperativo legal se vulnera una condición de nuestra Constitución, a
la que tanto gusta arrogarse a los políticos de nuestro país. Los jueces,
deberían conocer las leyes y la condición aconfesional que nos hemos dado los
españoles en nuestra ley magna, por tanto, protestar y exigir que saquen las
capillas y los signos religiosos de los centros públicos no debe ser ningún
delito.
Todas las
religiones tienen cabida en este pueblo, pero que sean practicadas en sus
lugares pertinentes, en sus centros de oficios específicos, en sus templos, en
sus sinagogas, mezquitas, etc., pero que no impongan el culto, ni los símbolos,
a todo el mundo. Cuando lo hacen pueden estar ofendiendo a aquellos que son agnósticos
o ateos, o sencillamente, no sienten la necesidad de encasillarse en ninguna
creencia popular.
No hay más,
aquí no ha sucedido otra cosa. Se han ofendido los que tendrían que estar
practicando sus creencias en otro lugar, porque así lo dice la ley incumplida,
pero en ningún caso es culpable la que exige que se cumpla. Esto forma parte de
la España al revés que estamos viviendo. La mayoría ciudadana acata órdenes de
una minoría que gobierna. Los mismos que siendo nuestros empleados, deberían
subordinarse a lo que la población decida, pero es que hace tiempo que le
dieron la vuelta a la tortilla, ¡y estamos ya de papas y huevos… hasta donde
dijimos!
Comprendo que
como Rita Maestre huele a PODEMOS, menciono su apellido, para que no se
confunda con la que si que ha herido los sentimientos de todos los valencianos,
y que seguro que no tendrá un juicio rápido como se le han hecho a Maestre;
bien, decía que Rita Maestre al estar cercana a PODEMOS había que lincharla
públicamente cuanto antes, pues ya es característico de los estamentos magnificar
negativamente las acciones de esa formación. Sin embargo, la otra Rita, la
Barberá, veinticuatro años a los mandos de toda una maquinaria de corrupción,
es protegida por el PP y sus afines, no es motivo de un juicio express a pesar
del blanqueo express, sino que se le afora permanentemente. Esta es el contraste
en la actuación, con la única diferencia del apellido, claro, Maestre es nueva
y no cuenta con los padrinos con los que cuenta la Barberá.
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