Los meses
pasan y seguimos sin Gobierno, la gente sigue cobrando y enrocándose, bueno
algunos como Rita, cobra y no aparece por su puesto de trabajo, “el gran Senado”,
inútil pero gran retiro, millonario retiro de políticos descartados y agotados para
ejercer funciones públicas.
Habría que
estar trabajando desde el minuto uno. No hay tiempo que perder, la deuda hay
que pagarla y sus intereses también, aunque habría que auditarla para endosar a
cada uno la parte que le corresponda. Lo de la deuda se ha ido silenciando,
pero hay gente con nombre y apellidos, que han jugado al Monopoly, “la han
cagado” y nos han endosado a nosotros, los ciudadanos, el agujero financiero.
Posteriormente, además de endeudarnos, más y más, como país, nos han recortado
bienestar social por la gracia que le concedía al Gobierno estar en absoluta
mayoría.
Hay mucho por
hacer. Hay que reducir los gastos, comenzando por reclamar los dineros robados,
con carácter retroactivo a todos los dirigentes de este país, que directamente
o a través de su equipo, han metido la mano, más bien las dos manos, en la caja
pública. Habría que analizar todas las adjudicaciones, las cantidades pagadas,
todos esos sobre costes que curiosamente se producen en las obras públicas, ver
a donde han ido a parar los dineros, las comisiones, etc., y cargar con toda la
de la Ley contra los malhechores, que como vemos, ha tenido y tiene muchos este
país saqueado.
Hay que
empezar por cambiar las leyes, para evitar los resquicio de impunidad, que son
muchos y aprovechados por los de siempre, los poderosos. Podemos ser ricos si
pedimos cuentas a todos aquellos desarmados que se han enriquecido fuera de la
legalidad, con el dinero de todos los españoles. El carácter retroactivo hay
que ponerlo de moda. La anulación de la prescripción de delitos es una tarea
obligada. Auditar cuentas y situaciones de crecimiento fantasma, e impropia, del
cargo que se ocupa, es una tarea necesaria para desenmascarar a los “chorizos”.
Hace falta un
cambio drástico, porque hay muchas deficiencias para poder perseguir y apresar
a los culpables de las diferentes legislaturas. Hay cantidad de lagunas en la
justicia para poder pedir la compensación del daño provocado a todos los
ciudadanos de este país. Ahora se está empezando a hablar de exigir que devuelvan
lo robado, ¿es esto serio? En el sentido común de cualquier mortal, desde todos
los tiempos, si alguien roba algo, tendrá un castigo su acto, pero al que ha
sido robado se le ha de resarcir, ¡digo yo!
Entonces, ante
la necesidad de actuar así, contundentemente, aparecen las voces de los que
nunca han roto un plato, que alarman a la población diciendo que los que exigen
esas medidas necesarias que miran atrás, son radicales. Lo malo no es eso, sino
que la gente los cree y se dejen engatusar, como vulgarmente se dice. Tras
muchos años de sistemas blindados de privilegios para los gobernantes y unos
pocos empresarios, banqueros, etc., cualquier cambio representa ponerlo todo
patas arriba, pues hay mucha tela que cortar. Es necesario un código de leyes
nuevo, una Constitución nueva, cambiar el concepto de los centros
penitenciarios, para que dejen de ser unas vacaciones de cartas y dominós,
entre amiguetes o coleguitas. Ser criminal o delincuente en España no puede
salir barato, para que aquellos que se dejan corromper, y aquellos que corrompen
a otros, le teman mucho más, y sepan que cuando les cojan, no les habrá
merecido la pena. Hasta ahora, ha habido cantidad de casos, cientos o miles,
que han delinquido porque se han llevado lo más grande, les condenan “cuatro
días”, no les han exigido la devolución de lo robado, y a la vuelta de esos “cuatro
días”, se encuentran en la calle y forrados. Esto es lo que tenemos, ustedes
dirán qué se hace. O llegan los que le den la vuelta a España, como si de una
tortilla se tratara, o seguimos con la mierda bajo las alfombras, y en todos
los rincones de todas las Instituciones públicas.
Yo no tengo
miedo al cambio, ni al cambio drástico. A mi me apena derrochar recursos, más
cuando unos contribuimos religiosamente, mientras otros se lo llevan calentito
por la puerta de atrás, otras veces a plena luz del día y delante de nosotros, que
es lo que están haciendo, mermando el poder de crecimiento del país, y
reduciendo el bienestar de sus ciudadanos. Si es que hasta los jueces, ante tal
descaro, comienzan a tacharles de bandas criminales organizadas para delinquir,
y están dentro del Gobierno, en las Instituciones, nos están dirigiendo
desaprensivos de este calibre, ¡esto no se puede seguir tolerando!
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