Bueno, amigo, esta es una
despedida. Me han traído un ordenador nuevo, como si tú ya no sirvieras cuando
me has dado unos estupendos doce años. Hemos escrito casi de todo, lo hemos
difundido al mundo a través de la red, has escrito más de diez libros, y siempre
has sido fiable… bueno, lo del ruidito del microprocesador lo vamos a dejar
ahí, pues al fin y al cabo la vejez es la vejez.
El nuevo lo trajeron ayer, pero
esta mañana estoy escribiendo contigo para que no te sientas reemplazado y porque
te debo esta despedida. No obstante, no quiere decir esto que no vaya a usarte
más, sí es cierto que estarás descansando mucho más tiempo, pero de cuando en
cuando haremos algo tú y yo; así te lo digo con tono de proposición indecente.
No te creas que estoy demasiado
contento, en el sentido que la tecnología marcha a toda velocidad y ahora tengo
que aprender a utilizar el nuevo sistema operativo, que no crea me hace mucha
ilusión… yo diría que ninguna… con lo acostumbrado que estoy a mi XP. Además,
tus archivos los conozco demasiado bien, sé donde están las carpetas y localizo
lo que quiero con rapidez. En el nuevo… vaya pesadilla, hay que empezar a
organizarlo todo, crear carpetas y empezar a estructurar a mi gusto los
archivos y las carpetas; contigo lo tengo todo más que hecho.
Habría otra posibilidad, donarte
a alguna asociación, regalarlo a alguna familia sin medios económicos, etc.,
pero no sé cómo te sentará esto, tú que desde que saliste de la tienda solo has
estado conmigo, en esta casa. Lo importante es sentirse útil, ¿no lo crees así?
Tal vez esta sea una buena solución, aunque si el nuevo no saliera tan fiable
como tú, puede ser prudente tenerte en el banquillo para poder sustituirle si
se lesiona.
Ya iremos pensando qué es lo
mejor para todos, en este momento es muy precipitado tomar decisiones. Quizás
Aurori te quiera dar algún uso y nosotros no lo sabemos, porque lo cierto es que
eres un poco escandaloso pero funcionas muy bien, todas las aplicaciones van,
te conectas a internet, etc. Eres viejito pero no estás muerto, eras un fenómeno
hace doce años, pero por aquello de la velocidad a la que se ha movido el tema
informático, te has quedado atrás aunque a mí nunca me ha importado. Tú sabes
que yo no soy un friki de esos que quiere tener lo último en tecnología, a mi
me da igual, soy pragmático, quiero que me de el avío para lo que quiero hacer,
lo demás no me importa demasiado.
Tal vez vayas a echar de menos
que te encienda cada mañana temprano, hagamos el escrito y lo colguemos en
nuestro blog. Sí, es nuestro blog, tú me ayudaste a darle forma, a diseñarlo, y
cada día tú me ayudas a hacer el escrito que colgamos. Como sabes lo hacemos llenos de ilusión y tras
colgarlo nos quedamos muy satisfecho de haber compartido algo con el mundo, con
el resto de las personas. Igual te dejo cerca para que puedas ver que tal se
porta el nuevo y, quizá, aunque se crea un joven listillo puedas hacerle
indicaciones de lo que me gusta, tú que me conoces tan bien. Además, la vejez
es un grado de sabiduría, así que el nuevo tiene mucho que aprender de ti,
aunque se sienta todo un atleta al lado tuyo. Bueno, no quiero dilatar más la despedida,
amigo me has sido de mucha utilidad y te recordaré siempre.
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