Se acaba de levantar mi hijo y me
ha hecho el siguiente comentario: “Ayer terminé dos cursos de la web Aula Fácil,
uno de Coaching y otro de Técnicas de liderazgo”. Esto lo hace como formación
complementaria pues es licenciado en Historia antigua, además de tener el Máster
de Profesor de secundaria, ser Formador Ocupacional, tener el B1 de Inglés, el
A1 y A2 de italiano o estar realizando el Máster de Arqueología. Pues con todo
ello lo que vengo a decir es que a pesar de estar formado y desempleado, sigue
con ilusión cursos que se le ofrecen, porque hay web, como la referida
anteriormente, que ponen formación a disposición de las personas con
inquietudes, de un modo totalmente gratuita. Algunos de los cursos brindan la
oportunidad de obtener a la finalización, y tras aprobar un examen, un
certificado válido ante el SAE (Servicio Andaluz de Empleo), lo cual es algo
muy positivo.
Todo ello me hace cuestionarme
por qué el Ministerio de Educación no imparte cursos para conseguir cualificación
y formación complementarias a cualquier persona, con acreditaciones oficiales y
de un modo gratuito. Lo digo porque si mi hijo hubiera querido realizar cursos pagándolo,
estando desempleado, le sería imposible acceder a ellos. ¿Habrá algo más legítimo
que invertir en formación de un nivel estimable y reconocido por el MEC
(Ministerio de Educación y Ciencias)? Si esto fuera así, muchos jóvenes,
también personas mayores, podrían tener la satisfacción personal de elevarse
culturalmente, complementar su formación, adquirir nuevos conocimientos que
pudieran aplicar a su vida laboral, o que podrían abrirle las puertas a nuevas
profesiones. Esto lo ha de ver el Gobierno, porque en estos tiempos todas las
familias no pueden desprenderse de quinientos, setecientos o mil euros para que
sus hijos hagan una Formación Profesional reglada y, mucho menos, un grado
universitario.
Creo que los seres humanos
tenemos curiosidad por aprender durante toda la vida, y hoy día es muy cómodo
con las nuevas tecnologías. Te sientas delante de tu ordenador y te conectas
con una plataforma que te sirve las lecciones, aprendes a tu ritmo y cuando
terminas el curso y crees saber lo suficiente de su contenido, abordas el
examen y recibes tu diploma correspondiente. Esto llena de satisfacción a
cualquiera, al mismo tiempo que va mejorando la formación y los conocimientos.
Tan solo falta la voluntad política de considerar la formación como algo
prioritario en nuestra sociedad, y facilitar esas vías gratuitas, a través del
Ministerio, para que la enseñanza recibida tenga la calidad suficiente y se
reconozcan esos estudios por parte de la misma Administración.
¡Se podrían hacer tantas cosas si
nuestros gobernantes pensaran en las personas, si tuviéramos la ambición de ser
mejores, más competentes, estar mejor formados, ser más punteros, estar más
especializados y evitar por todos los medios que parte de la población se quede
marginada, pobre e inutilizada! No todas las personas pueden acceder, o han
tenido la oportunidad de formarse como es debido, y a todas esas personas hay
que proporcionarle ayuda. Hay que poner los medios al alcance de todos, porque
cualquier cosa que se hiciera la pagamos entre todos, y estoy seguro que todos
deseamos ser mejores, saber más, tener más conocimientos y ser ciudadanos y
ciudadanas de un país cada día más desarrollado, productivo y rico en todos los
sentidos.
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