En las últimas semanas han
ocurrido varias estampidas en aglomeraciones en varias ciudades. Esto denota el
estado de ansiedad o miedo en el que vive mucha gente, que apenas oye un sonido
parecido a un disparo, huye despavorida en cualquier dirección. En la madrugada
de la Semana Santa de Sevilla, parece que alguien gritó: “Alá es grande” y se
oyó algún ruido al mismo tiempo, y la gente corrió hacia donde pudo con tal de
quitarse de en medio. En este caso pudo ser la broma de algún desaprensivo,
pero estas “bromas” pueden causar lesiones a la gente, caídas, personas
pisoteadas o arrolladas por la avalancha humana. Gente que puede sufrir un
infarto por el miedo y el nivel de ansiedad. Ayer pudimos ver en un aeropuerto
de EEUU, como la gente asustada corría dejando, incluso, sus equipajes tirados
por los suelos y abandonados.
Hay gente inconsciente provocando
estos desordenes involuntarios, que pueden costarle la vida a muchas personas.
Debemos guardar la calma, lo cual es difícil cuando todos tenemos en la retina imágenes
de los atentados cometidos en varias ciudades europeas. Es comprensible la
excitación de la gente procurando ponerse a salvo del posible atentado. Deberíamos
evitar las aglomeraciones en la medida en que nos fuera posible, y si no es del
todo imprescindible. Los cementerios están llenos de valientes, siempre se ha
dicho esto. La gente hace esfuerzos para demostrar que los salvajes que
provocan muertes gratuitas no la van a amedrentar, por eso se reúne al instante
en los mismos lugares donde un rato antes asesinaron a otras personas. En
Sevilla, ya hemos tenido el susto de la madrugada y ahora en breve llega la
Feria de Abril, de nuevo se dan cita miles de personas en una zona bien acotada
para beber, comer, bailar, cantar y encontrarse con sus amistades y familiares.
A los sevillanos nos intranquiliza, lo comentamos en las comidas familiares y
sabemos que habrá, como cada año, casi el millón de personas congregadas en el
recinto ferial, esperemos que a ningún loco le dé por gastar ninguna broma de
mal gusto. No obstante, el recinto ferial está bien delimitado y es mucho más
fácil protegerlo y hacerlo más seguro, que dar el mismo trato a todos los
itinerarios diferentes de todas las cofradías de la Semana Santa.
Antes teníamos a la banda
terrorista ETA y no sabíamos dónde podían atentar y quiénes podrían resultar
heridos o muertos. Aquella página, afortunadamente, pasó a la historia para
tranquilidad de todos los españoles. Ahora tenemos esta otra lacra, la de la
religión mal entendida, el azote de las religiones que no han dejado de
promover conflictos bélicos en el mundo a lo largo de toda la historia
universal. ¿Cómo es posible que una minoría, de nuevo, ponga en jaque a toda la
población mundial? Los intereses económicos, como siempre, metiendo la pata
hasta la ingle; de este modo unos países se alinean a favor de unos y en contra
de otros. Unos sirven armas a unos o financian a los otros y los tiros y las
bombas no cesan… la empresa armamentística muy contenta… las vidas no tienen
interés para ella, el dinero sí.
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