Dos días excepcionales, gracias a
la familia de Rosita, la novia de mi hijo David, y a los padres de Andrea, la
novia de mi hijo Mario. Reunión familiar, barbacoa a todo tren, debates
incluidos… y mucho vino. Un vino, Viñagamo, al que no se le hace justicia si no
se prueba… riquísimo, nos lo dio a conocer mi cuñado Rogelio, es de una Cooperativa
vitivinícola de Rociana del Condado (Huelva), joven y afrutado, muy
efervescente en la boca… una delicia con pocos grados que cuela solo y sus
efectos son maravillosos.
Dos días con meriendas incluidas,
el dulcecito, el cafelito, los batidos para los peques y la leche de avena para
mí. Un pecado detrás de otro, los pies fuera del plato, las dietas mandadas a freír
espárragos… y a mover el bigote… bueno, las señoras y señoritas también comían.
Los más pequeños se distrajeron con los
palitos en el estanque, lo guarrearon y dejaron el agua, recién vertida en el
mismo, como puro colacao, removieron la verdina del fondo y las paredes, y como
acostumbran estos enanos inconstantes, dicho por pequeños y por hartarse pronto
de las cosas, yendo de una a otra, terminaron por dejar todos los palos,
piedras, trozos de corcho blanco (porexpan) flotando, así como todo lo que
tuvieron a su alcance dentro del estanque. Asimismo, se les ocurrió sacar la
arena de entre las losas del patio con los palos. El resultado es que cuando se
marcharon nos tocó sacar lo lanzado al estanque y esta mañana he tenido que
repasar la arena que hay entre las losas del suelo.
Hoy la barbacoa ha sido más
tranquila, pues no teníamos enanos, éramos personas adultas, no han existido
los propios sobresaltos y la atención que hay que prestar a los pequeñajos. Por
lo demás, igual que ayer… venga carne, ensalada, patatas alioli, chorizos,
chistorras, el tapeo propio servido como entrantes… y mucho vino, otra vez
mucho vino, hasta hacernos tambalearnos un poco, justo el momento en el que he
dicho: ¡basta! A su correspondiente hora la merienda, más dulcecitos… la dieta
otra vez a la basura y vengan calorías por un tubo. Cuando terminamos de
merendar apareció una vecina que paseaba por detrás de la casa con su perro, y
dice mi esposa: “es la mujer de uno de los del grupo Triana, que se ha venido a
vivir a la urbanización”. Esto dio pie a que empezara Antonio a buscar música
de Triana en su móvil, y hemos comenzado a rememorar aquellos años 70,
escuchando a Smash, Pink Floid, Santana, Janis Joplins, Miguel ríos, etc.,
nombrando a otros muchos que están en nuestro recuerdo de niñez, como: Eric
Clapton, Mark Knopfler, Tequila, hemos recordado a muchísimos más pero el vino
ha anulado mi memoria.
De nuevo, referir que han sido
dos gratas veladas, quedándoles muy agradecidos a todos, un beso muy fuerte
para todos y hasta siempre. Sinceramente, hemos estado dos días sentados en el
palco, pero no ha pasado ninguna cofradía por delante de nosotros… creo que estábamos
fuera del recorrido oficial… las cosas que tiene el vino.
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