Los medios de comunicación parece
que tienen la consigna de aburrirnos, quieren que la gente se vuelva apática,
no opine y no preste atención a lo que de verdad sucede dentro y fuera de las
Instituciones. Las informaciones son parecidas un día y otro, siempre son los
mismos casos interminables que dan vueltas sin resolverse. “Todos los políticos
son inocentes”, ninguno sabe nada de la corrupción que les humedecía los
pantalones, y ascendía hasta alcanzarle el cuello. A pesar de ello, dicen no
darse cuenta de nada, dicen no saber nada, y siempre confían en la inocencia de
su compañero. Le arropan y le ascienden porque ha aportado mucho dinero a las
campañas del partido.
Ya no sé qué más se puede decir,
de verdad que me sabe mal sentarme al ordenador y tirarles de la oreja… estoy
casi aburrido, pero si desisto, pienso, que habrían conseguido su objetivo,
aburrirnos como sociedad para que le dejemos de poner el foco. De esa forma,
ellos se sienten mucho más libres para hacer lo que siempre han hecho: robarnos,
engañarnos, manipularnos, oprimirnos, etc. Lo siento, no tengo un buen concepto
de los políticos en general, y de algunos en particular. Por ejemplo, si España
no está donde debiera estar, y si la gente española tiene necesidades de algún
tipo, yo culpabilizo a los planes de los que nos han gobernado, a la dejadez en
su obligación de hacer leyes serias que atajaran la corrupción y la penalizaran
fuertemente, pero nunca lo hicieron, porque no iban a ser ellos los que se echaran
el lazo al cuello y se cazaran como hacen algunos furtivos con los conejos.
Volviendo a los medios de
comunicación aburridos y rancios, así como poco creativos, no salen de lo
mismo, que es la misma porquería. Ya sé que hay que informar de lo que sucede,
pero si el ritmo está acordado entre la justicia y los corruptos que nos
gobiernan, ¿por qué debemos tragarnos este bochorno?, mientras el mareo de la perdiz
exista y los periodistas se emboben con la maniobra intencionada y prevista por
los políticos y los juzgados; suceden otros hechos frescos, actuales, que son
ocultos o mediatizados por las boberías interminables que nos proyectan por
televisión y en las emisoras de radio.
Si un acto de corrupción está en
proceso, aunque lentísimo, dejémoslo estar, vayamos a otros asuntos ¿o es que
se trata de rellenar horas de emisión? ¡Busquen!, estoy seguro que hay otros
asuntos que están pasando desapercibidos. En este sistema todo tiene sus
tiempos, porque así lo han previsto, poco se deja al azar, se dan pasos bien
intencionados y medidos. La gente sensata no aguanta más la burda manipulación
existente por medio de todos los estamentos de poder, hay que combatirles sin
violencia pero con perseverancia, hasta que se les caiga al suelo la cara de la
vergüenza. La gente tiene que reaccionar, hay que mostrar el descontento, no
basta con quejarse en los bares, en las reuniones de amigos o en las redes
sociales, hay que hacer algo más.
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