En Barcelona una mujer ha matado
a otra mujer con la que convivía, era su pareja. Si cuando un hombre mata a una
mujer es calificado de crimen machista, digo yo que este será un crimen
feminista, ¿o no existe tal crimen? La violencia de género no tiene solución
por el momento, a menos que en cada casa, con cada pareja conviva las
veinticuatro horas un policía, y claro está, que no se quede dormido, para que
el asesino no pueda aprovechar ese momento. Por supuesto que ayuda que las
mujeres cuando se sientan maltratadas, no aguanten ni siquiera la primera y
denuncien a sus agresores o maltratadores. Que no se dejen intimidar, que no
tengan miedo y que pidan ser socorridas. Todo ello va en la dirección de
encontrar la solución para que no acaben con ellas, pero la justicia no puede
flaquear y creer que todo se arregla con la consabida orden de alejamiento,
puesto que el maltratador se la va a saltar cada vez que le venga en ganas, por
eso dije antes que se remedia si a cada mujer agredida y amenazada se le pone
un policía que esté a dos metros de ella. ¿Se podría aplicar esta medida? A los
políticos cuando estuvieron amenazados por ETA les pusieron guardaespaldas,
¿eran más valiosas las vidas de unos que las de otras? Una banda terrorista
tenía muchos más recursos para matar que una persona “corriente”, así que si
muchos políticos pudieron eludir la muerte a pesar de ello, con más motivo lo
podrían hacer las mujeres amenazadas con este sistema de protección.
Muy por encima de la aplicación
de este tipo de medidas, está la educación, pero es que si la hubiera en
cantidad y calidad suficiente, no estaríamos hablando de esto, pues,
sencillamente, nadie le quitaría la vida a su pareja. Por tanto, si no vale lo
que expongo, díganme cómo solucionamos el problema. Yo voy a hacer un curso a
unas dependencias municipales y han colocado por pasillos, aulas, etc., creo
que les faltó colocarlos en los servicios, unos cartelitos que indican que
aquel es un espacio libre de violencia machista; pero no lo será porque lo
pongan los cartelitos. Eso queda bien, quiere señalarle a la ciudadanía lo que
debiera ser, pero ante la falta de educación y el exceso de agresividad u odio,
poco hacen los cartelitos para evitar males mayores. A mí me recuerdan los
bares… espacio libre de humos, y así será hasta que el irrespetuoso de turno
encienda el cigarrillo y origine la bronca correspondiente con el resto de los
clientes, incluido el propietario del bar.
Este asunto de la violencia de género,
machista, o feminista como resulta de la noticia que ha trascendido hoy; tiene
una difícil solución en el que tenemos que poner todos de nuestra parte,
comenzando por tener la suficiente educación, relacionarnos con respeto y
evitar acumular niveles de agresividad y odios irreparables. Es un círculo
vicioso como el de la pescadilla que se muerde la cola; para educar hay que
estar educado, por tanto siempre quedarán restos atrás, reminiscencias que no
se actualizan ni son ejemplos para enseñar a nadie. Estos temas mueven sentimientos
y emociones mal canalizados, que desembocan en celos enfermizos, sentimientos
de pertenencia y, para llegar a cometer los asesinatos, un odio irrefrenable
que debe rozar la locura. De otro modo no se llega a entender las salvajadas
que cometen algunos, incluso, llevándose a los hijos por delante.
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