El personaje negligente de la
semana podríamos decir que es el fiscal anti corrupción, Manuel Moix, del que
ha trascendido en los medios de comunicación, que se opuso al registro en casas
de algunos de los acusados en la trama del Canal de Isabel II. Del mismo modo,
ha manifestado que se opone a que se llame Organización criminal para delinquir
a toda la banda de intervinientes en el saqueo y enriquecimiento a costa de la
empresa de aguas públicas de Madrid. Ese señor fiscal anti corrupción no quiere
que se culpen a los delincuentes del PP que han cometido actos reiterados de
corrupción. ¿A este fiscal se le paga con el dinero recaudado con los impuestos
de todos los españoles, o le paga el PP? Esa persona no está en condiciones de
seguir ocupando el cargo que ocupa, no puede seguir ejerciendo de fiscal anti
corrupción, porque ve bien según qué corrupción, dependiendo del color político
de sus autores. En esos casos, no actúa en contra de la corrupción sino a favor
de ella; por lo tanto, no puede continuar ejerciendo. Este señor ha resultado
el claro ejemplo del caciquismo con reminiscencias franquistas, incrustado en
las Instituciones españolas. Este señor ha de ser despedido, tiene que irse a
su casa; es un individuo peligroso que provoca, intencionadamente, injusticia
cuando los delincuentes son del PP, o próximos a él.
Con personas como el Sr. Moix, el
choteo de impunidad está asegurado… ¡es una vergüenza!, ¡váyase ya! Siento
mucho que el cúmulo de chorizos, que más activos han estado en estos últimos
años, sean sus amigos. Le recuerdo, Sr. Moix, que usted cobra para acusar a los
delincuentes, no para defenderles aunque sean de su partido. Solo es posible
hacer justicia sin venderse a signos, colores o banderas, sino siendo objetivo,
y el que la haga que la pague. Usted se ha equivocado de profesión, usted no
está a la altura de las circunstancias, y si no cumple con su cometido, se está
llevando el sueldo por la cara, lo que se puede entender como que nos está
robando a los españoles; además de perjudicarnos al defender a prevaricadores,
blanqueadores de dinero, saqueadores de las arcas públicas, defraudadores de
Hacienda, etc.
A buen entendedor, pocas palabras
le bastan; así que haga las maletas y salga de la judicatura española. Es
preferible que ingrese en el PP y se dedique a la política, así estará mucho
más cerca de los suyos… pero no haga eso que está haciendo, oponiéndose a que
les pillen, porque nos perjudica a todos y empobrece a España. El peligro hay
que quitarlo de las calles y de las Instituciones, y si usted no depone su
actitud; usted se convierte en alguien nefasto para ejercer, esclarecer casos
de corrupción y acusar, porque usted está condicionado mirando a la gaviota, y
mientras contempla al animal, los chorizos se le escapan intencionadamente… ¡qué
bien!
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