Ayer emitieron por la Sexta un
programa dedicado al servicio militar, donde se pudo escuchar opiniones de todo
tipo, desde la utilidad del mismo hasta el sentimiento de que te robaban año y
medio de tu vida. A mí lo que me llamó más la atención fue cuando refirieron
que muchos de los países de Europa en los que también había dejado de ser
forzoso el servicio militar, estaban volviendo a exigir la incorporación de los
jóvenes a filas. Lo argumentaron diciendo que era por la necesidad de hacer
frente al terrorismo yihadista, debido al incremento de actos de terrorismo de
esa gente.
Para mí la clave del programa fue
resaltar la utilidad del servicio militar, porque en tiempo de Franco se les
enseñaba a leer a los que no sabían, muchos aprendían un oficio, y para
algunos, el servicio militar se presentaba como la oportunidad de conocer otros
territorios de España, a otra gente, llegando a decir que era una gran aventura
para muchos… la aventura de sus vidas. ¡Un poco exagerado!, ¿no? Y de seguida
preparar nuestro cuerpo y nuestra mente para que sepamos, que muy posiblemente,
en breve diría yo, se va a comenzar a escuchar debatir en el Parlamento sobre
la necesidad de hacer como el resto de Europa… llamar a filas a los jóvenes,
secuestrarles un tiempo para que defiendan la Patria. Esto es como ocurre con
los niños… culo veo, culo quiero. Nuestros políticos, que se sienten integrados
o más bien sometidos a Europa, copiarán lo que hagan los demás con esa falta de
personalidad que les caracteriza.
Impuestos… los que digan los
políticos. Las fechas de pago… las que fijen los políticos. La calidad de
nuestros trabajos… según la reforma laboral que dicten los políticos. Sus
salarios… los que se fijen ellos para sí mismos. La libertad de expresión… la
que sus señorías permitan. La impunidad para las clases altas de la sociedad…
la que ellos tengan a bien concederse. Así podríamos seguir y no hablar de
ninguna otra cosa… ahora, un retroceso y de nuevo, en mente, incorporación
forzosa a la mili. De seguida se me viene a la cabeza la descendencia que
llegue, mis nietos, ellos volverán a pasar por lo que uno ya tuvo que pasar con
dieciocho años… sorteo y destino en cualquier lugar de España. Campamento donde
comienza una vida a toque de corneta y donde todo el día estás a las órdenes de
alguien, haciendo tareas y servicios que a ti no te importan nada, pasando por
tratos, muchas veces vejatorios por los excesos que se atribuyen los cabos
primeros y los sargentos, que te daban una hostia a la primera de cambio.
En definitiva, hay muchos que han
defendido la mili porque allí te hacías un hombrecito, y lo que haces es beber muchísimo
durante todo ese tiempo que te requisan de tu vida, deseoso de que llegue el
día de tu licenciatura y puedas regresar a casa, con suerte, sin ser un alcohólico.
Hay que pensar menos en armas, tiros y desfiles, y si se quiere soldados que se
paguen profesionalmente. De ese modo irán los que quieran ir o vean una salida
laboral en todo este asunto, de lo contrario, que se vistan de caqui en primer
lugar todos los políticos, que es muy fácil decidir y que lo hagan otros; ellos
en casa calentitos, con sus familias y buenas comidas, sin aguantar improperios
de militares chusqueros.
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