Ya que desgraciadamente todo va de dinero, el gobierno y los políticos en general, si fueran de otra sustancia, lo tendrían a huevo, como se suele decir, para hacer las cosas como se debieran hacer. Es necesario y de sentido común, que hay que dimensionar adecuadamente los gastos a los ingresos que se tienen, o se rebajan los gastos, o se incrementan los impuestos, que es la forma de recaudación que tiene un Gobierno. Lo lógico es adelgazar todo el gasto inútil o redundante, hay demasiado gasto en puestos de trabajos innecesarios, procedente del enchufismo ejercido durante décadas por los partidos gobernantes y todos aquellos que en sus negociaciones para apoyar a los gobiernos del momento, requerían tal o cual Consejería, esto ha sido una moda desde siempre, y llegaba, lo ponía todo patas arriba y lo primero era colocar a una piara de los suyos, y si los puestos de trabajos no existían, se los inventaban. Otro asunto prioritario a retocar y bien, son los salarios de los mismos políticos, de sus asesores, de sus cargos más próximos y relevantes con salarios de muchos miles de euros, pero cómo lo harán, si son los que hacen las leyes y los que libremente, haciendo uso de un privilegio único y un abuso casi calificado de usura o malversación del dinero público, se auto asignan. ¿Van a dar marcha atrás, se van desdecir, van a pensar en la ciudadanía a esta altura de la película tras años de saqueo continuado? Eso no se lo cree nadie.
Además de lo dicho, está la tradición de seguir tirando el dinero público, los millones que se dan en ayuda y donaciones a asociaciones y fundaciones. Dineros de los que no se piden justificantes de cómo se gasta, a qué se dedican, que nadie verifica, que a todos los que les da la gana no rinden cuenta de ningún tipo, y aquí, en España, no sucede nada, todo se va por el sumidero del olvido. Los gobiernos de España han regalado millones, miles de millones, por su interés, por el de los políticos principalmente, a entidades que se dicen sin ánimo de lucro (ONGs), a entidades bancarias y Cajas de Ahorro, a la secta eclesiástica, se lo han llevado a millones a paraísos fiscales, los han blanqueado, los han cobrado en comisiones de negocios o transacciones ilícitas, hemos sufrido cientos de casos de corrupción que nos han costado otros miles de millones sin que nadie pague por ello y mucho menos devuelva un euro del dinero robado. El Gobierno actual regala miles de millones a la dictadura del rey marroquí, que por cierto es multimillonario y no remedia la desestabilización inmigratoria que nos llega de su país y alrededores, va a lo suyo, como todos y como buen vividor ni siquiera atiende las necesidades básicas de los suyos, como el vive en un lujoso apartamento palacio en Paris.
Y para finalizar otra pata del derroche abultado de dinero público lo componen las adjudicaciones a dedo de contratos a empresarios amigos. Cantidad de proyectos, casi todos, que los estudian los ingenieros y arquitectos, que realizan proyectos de su especialidad, pero casualmente todos "se equivocan", porque el resultado final es que pagamos el doble o el triple de lo que los señores ingenieros y arquitectos valoraron en sus estudios. ¿A dónde van los dineros pagados de más, cómo circulan esos dineros, por dónde dan la vuelta, a qué bolsillos o cuentas en paraísos fiscales van? Si se llevara a cabo una auditoria del dinero público, cómo se ha empleado, a dónde ha ido a parar, cotejando cuentas, facturas, proyectos y justificantes imposibles de esas abultadas cantidades pagadas por encima del valor del proyecto, pidiendo responsabilidades, metiendo en la cárcel, embargando bienes, etc., tendríamos un panorama dantesco que nos colapsaría los centros penitenciarios, y si todo el dinero mangado nos fuera devuelto, entonces si que podríamos afirmar que nuestra economía se dispararía como si fuese un cohete.
Seguiremos...
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