Con motivo de la guerra, las principales industrias armamentísticas hacen su agosto, pero como ven la rentabilidad, Alemania y Suecia abren sus factorías dedicadas a la fabricación de balas porque ven el negocio y quieren participar, quieren su trozo del pastel, aunque sea para matar, para seguir matando. Algunos soñamos con que se termine el comercio de las armas, las guerras y todo lo que signifique destrucción y muerte, pero hay otros que ven oportunidades de negocio y se disponen a iniciar su área particular de fabricación de juguetes de guerra.
Por otro lado, otra noticia que he oído en la radio esta mañana, es que empresas como Google y Microsoft han encargado sus generadores atómicos de energía eléctrica para alimentar, dicen, la energía que consume la Inteligencia Artificial. Cuando se han tenido accidentes en el mundo que han contaminado en grado superlativo las aguas con las que han de enfriarse los reactores nucleares, vienen otros a implantar la misma tecnología, se la autorizan, se independizan del sistema de abastecimiento habitual, con lo que ha costado que alguien, algún ciudadano normal pudiera ser autosuficiente creando su energía al margen de las eléctricas. Han puesto trabas de todo tipo y hasta impuesto al sol, o la estafa de pagarte un precio bajo por lo sobrante que inyectes a la red, para que la eléctrica se lo cobre tres veces más alto al vecino de al lado. Al final, lo que hacemos es generar energía por ellos y darles beneficios sin que tengan que gastar un euro en servirle energía al vecino de al lado.
Es por ello que titulaba este escrito: Un pasito hacia adelante, un pasito para atrás. Cuando tenemos que alejarnos de la practica de la destrucción y la muerte, por respeto hacia los demás, por no ser una práctica humana sino salvaje, depredadora y carente de valores, proliferan los que desean aprovechar el negocio de la muerte y abren o potencian sus factorías de material bélico... ¡Vamos a peor! Por otro lado, cuando se estaban desmontando en todos lados, al menos en muchas partes de Europa las centrales nucleares, vienen estas multinacionales de servicios de Internet, software, etc., a añadir centrales de ese tipo, y crear, con ello, un poco más de peligro al mundo, ¡Qué más da! Ya tenemos todo bastante complicado y contaminado, ¡por un poco más!
No avanzamos, y cuando creemos que lo estamos haciendo, alguien se saca de la manga un virus y nos crea una pandemia para frenarnos, enfermarnos, aterrorizarnos y vendernos millones de vacunas. Todo se convierte en negocio, y hay demasiada gente montada al carro de trincar lo que pueda de todo lo que se mueva y se venda, así que es imposible parar lo que genere beneficios aunque sea a costa de la vida de millones de personas. Las muertes violentas parecen no importarles a los que mandan y organizan el caos mundial existente. La destrucción, las personas que pierden sus hogares, los niños que quedan huérfanos, que tienen que vivir y dormir al raso, que no tengan qué comer, que no dispongan de todo lo más elemental para vivir, tampoco parece que les importe a esa élite gobernante directamente o, indirectamente, sometiendo a gobiernos del mundo. Ellos fabrican armamento y cuanto más utilicen y más destruyan, más venden. Con el asunto nuclear ocurre igual, sea más seguro o menos, el caso es conseguir su propósito de autoconsumo, hacer la inversión principal y olvidarse de pagar energía. Los Estados lo autorizan, pillan lo que tengan que pillar, y lo que suceda después para el mundo queda, para la humanidad queda, a todos nos afectará en mayor o menor grado.
Seguiremos...
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