Es necesario, dentro del ninguneo al que nos someten los políticos que gobiernan, que los ciudadanos se activen, que formemos parte activa del proceso de gobierno de las bandas organizadas, por lo general mafiosas y corruptas, que han demostrado ser. Todos vivimos cantidad de circunstancias desagradables, injustas, no razonables, ilógicas, etc., y estamos en nuestro de derecho de hacer llegar quejas a los departamentos vinculados al cuidado de tal o cual servicio.
Por lo general, y como ya está en la mente de mucha gente, sirve para poco, pues cuando esas personas no tienen responsabilidad, ni decencia, ni luchan por conseguir de verdad el bienestar de la ciudadanía, si no que están en un continuar en el cargo para percibir un buen salario del dinero público, los asuntos y problemas se quedan sin solución que vaya más allá de un maquillaje para evitar la protesta masiva. Pero es que aún así, hay muchas deficiencias, y todos debiéramos inundar los departamentos correspondientes de escritos de quejas, reclamaciones y sugerencias, a ver si de una vez por todas, se les caen al suelo las caras de la poca vergüenza que se gastan hoy en día, cuando se ocupa un puesto o un cargo con esa prepotencia que exhiben algunos.
En una de las rutas moteras pasamos por una carretera que va desde la localidad de Argallón hacia Alanís, y les aseguro que si no se dejan la espalda en el intento, es todo un milagro divino. Sencillamente el firme ha ido desapareciendo y es como dicen, la superficie lunar, son cráteres continuos, vas de uno a otro, descuajaringando tu vehículo, y poniendo a prueba todas tus articulaciones, espacios intervertebrales, etc., y no te sale la cabeza rodando, de milagro. A raíz de ello, cuando llegué a casa puse la pertinente reclamación al departamento de la Junta de Andalucía, y me acaba de llegar su respuesta, que en resumen viene a decir que las carreteras se arreglan en función del tráfico y del dinero que tengan para invertir, pero que hacen lo que pueden para que se pueda circular, pero es mentira, es intransitable, está bestialmente rota, es la peor carretera por la que he circulado en mis casi sesenta y siete años de vida.
Vuelvo a lo mismo, no nos merecemos tener un sistema tan decadente y unos gestores tan inútiles e indecentes. Los ciudadanos pagamos nuestros impuestos en las fechas indicadas y por los importes que la Administración nos hace llegar. Pagamos en tiempo y forma, por lo que los servicios públicos se deben corresponder a esos dineros recaudados, deben estar bien dimensionados a la demanda, no debe haber listas de esperas en sanidad, ni pasar seis horas en un hospital cuando acudes por una situación de urgencia. Por la misma razón, las carreteras deben mostrar un firme en buen estado, y que no representen un riesgo para la integridad de los conductores, sobre todo cuando se circula en moto. Nos han acostumbrado que las cosas se hacen, o bien cuando ocurre una desgracia sonada, o bien cuando hay una influencia de alguien con poder que necesita un tramo de carretera en buen estado para llegar a su finca, etc. Todavía recuerdo cuando condujimos por una carretera que llevaba a la población de La Alcornocosa, creo que era la carretera SE-316, según Google Map, que comenzaba con unos kilómetros en perfecto estado hasta llegar a una finca que era un centro de tiro, y algo de caza también, pero a partir de esa finca la carretera era un rizado continuado que te hacía vibrar hasta la punta del pelo. ¿Por qué estaba en perfectas condiciones hasta el centro de tiro y asociación de caza, todo en una misma finca, y en adelante la carretera era una pura mierda? ¿Tanta influencia tiene el dueño de la finca en la Administración para que el firme sea fabuloso hasta la misma entrada a su finca, y al resto de la carretera que le dé aire fresco, y la gente pase como pueda?
Por favor, cada vez que vivamos situaciones injustas, pongamos hojas de reclamación oficiales, mandemos emails a los organismos involucrados en la gestión del bien que se trate. Acostumbrémonos a reclamar, a quejarnos para que presten mayor atención, porque pagamos y nos merecemos que los servicios públicos funcionen, estén en buenas condiciones, se nos atienda bien, etc.
Seguiremos...
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