La historia deja al género humano en muy mal lugar, la cantidad de experimentos crueles y la cantidad de acciones de todo tipo acometidas, demuestran que una parte de la humanidad se corresponde con personas que no debieron estar muy bien de la cabeza. Ayer comencé a ver en Canal Historia un programa sobre investigación de experimentos que se habían realizado con seres humanos, casi siempre sin avisar, sin informar, sin pedir autorización, para conocer cuáles eran los límites que se pueden soportar, cuándo causaban ciertas sustancias la muerte, de qué forma la causaban, y para comprobarlo llegaban a abrir a personas en su pleno conocimiento, vivos, sin anestesia, le extraían órganos, veían y examinaban los daños en los mismos... ¿Hay algo más bestial? En otras ocasiones, en EEUU, a primero del siglo XX, llegaron a inocular diferentes agentes radiactivos en personas que estaban enfermas en hospitales, sin autorización previa, sin conocimiento alguno por parte del enfermo, e iban aumentando la dosis para conocer cuánta radiación soportaba antes de morir, o saber qué síntomas o reacciones aparecían. Los japoneses experimentaron con chinos, eran los que sacaban los órganos estando vivas las personas para su estudio de componentes biológicos empleados como armas de guerra y aniquilación. Mandaron bombardear a los chinos con proyectiles que portaban pulgas infectadas con la peste, y aniquilaron a no sé cuántos miles de personas. No recuerdo si fue Rusia la que deseaba tener un ejercito de soldados obedientes, crueles y con poca reacción al dolor, y comenzaron a experimentar con el cruce entre humanos y chimpancés. EEUU llevó a cabo miles de lobotomías en el cerebro de exmilitares que sufrían males mentales como consecuencia de las crueles campañas bélicas. Todos seguían tras la intervención quirúrgica con los mismos y otros males, como: convulsiones, episodios psicóticos, miedo persecutorio, etc.
Quizás se me queda algo más en el tintero, pero el caso es que no pude seguir viendo tal muestra de la parte más despiadada de algunos seres humanos. Me avergüenza esa parte de los humanos, me duele lo que debieron pasar cantidad de personas expuestas a las prácticas salvajes de esos descerebrados, siempre por la consecución del poder, del dominio sobre otros, casi siempre para disminuir las fuerzas que se tenían por enemigas. Esa incapacidad de comunicación entre pueblos, esa violencia, ese grado de incivismo superlativo... ¡hace daño! No entiendo cómo se ha pensado en ello, cómo se ha podido poner en práctica, y cómo hubo quien lo permitiera, y cómo había quien se prestara a acometer tales aberraciones.
Añade a estos pocos ejemplos, ya digo, porque no pude seguir sentado frente al televisor viendo esto porque me hería, hería mi sensibilidad, que desde luego lo advertían al comienzo de la proyección. Decía, añade a esto todas las invasiones desde la antigüedad, todos los sistemas inventados: empalar, crucificar, garrote vil, morir ahorcados, quemados, muchas veces injustamente sin que hubiera una justicia real y justa. Añade los millones de judíos gaseados por los nazis en los campos de concentración. Añade los esclavos, el tráfico de personas, la represión de los indios, de los nativos originarios en muchas zonas del mundo. Añade el desprecio hacia las personas de color en muchas otras partes del mundo, los brutales linchamientos solo por el color de su piel, el trato desconsiderado, inhumano que han sufrido esas personas... ¿De qué leche son algunos de esos que protagonizaron acciones tan vergonzosas, paranoicas y asesinas?
Esa gente no se puede incluir en el nivel de seres humanos, serán otra cosa, fueron otra cosa, aunque hoy en día se sigue investigando para seguir dominando, para oprimir pueblos, para aniquilar supuestos enemigos. Se sigue exigiendo que los países del mundo gasten dinero en material de guerra para enriquecer a los industriales, a las corporaciones, y a ciertos individuos mediadores de dichas operaciones comerciales. Material para matar, para invadir. Sustancias peligrosas para la vida de todos los seres vivos del Planeta, que se siguen investigando, a ver cuál de ellas es más mortífera, pero a veces se escapan de los laboratorios, y entonces nadie se hace responsable, no hay una justicia mundial que castigue severamente a esos asesinos. ¿Por qué emplear millones o miles de millones en investigar y fabricar productos mortíferos o armas para aniquilar personas, cuando hay tantas cosas maravillosas que hacer con esos dineros para asegurar que la vida sea igual de hermosa en todo el mundo y para todas las personas?
Tener buenos sentimientos es ser un idealista para muchos, tal es el grado de programación y adaptación de algunos que no ven más allá de sus propios ombligos. Me tachan de soñador, de utópico, porque deseo el bien para la humanidad, porque quiero que todo el desastre económico, nada razonable, y solo previsto para el enriquecimiento de unas pocas familias en el mundo, llegue a su fin. Debemos unirnos y proyectar un plan de vida, no un plan de muerte, aburrimiento y desesperación para muchos, y una fiesta para unos pocos. ¿No se llega a comprender esto? ¿Es eso utopía, pedir el bien para la humanidad? ¿Hemos perdido los papeles, cuándo dejamos de ser humanos y no me he enterado? Ninguna guerra más, ningún experimento doloroso más, que ponga en peligro a los animales y a las personas. Algunos dirán que si no es por el sufrimiento que han de soportar los animales no se avanzaría en tal o cual lucha contra tal o cual enfermedad. Gastan todos los millones que sea para luchar contra lo que un estilo de vida no apropiado nos depara. No controlan la cantidad de sustancias añadidas a los alimentos, permiten llamar alimentos a unas cosas que son basura "comestible". No hay un verdadero control de casi nada de lo que nos hace enfermar, y se ven en la necesidad, a posteriori, de gastar millones en experimentar para tratar de arreglar o medio arreglar, lo que pudimos habernos evitado. ¡Todo es absurdo, todo se convierte en un negocio!
Seguiremos...
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