Han montado el revuelo con el
relator, esa figura que pretenden nombrar para que “levante acta, refrende,
interprete o vaya usted a saber”, todo aquello que vaya a tratar el gobierno
con los políticos catalanes partidarios de la independencia de Cataluña. Una
semana en la que la prensa, la radio y la televisión dale que dale con el
relator de las narices, el último invento socialista que trata de salvar los Presupuestos
Generales del Estado. Los españoles estamos hasta la coronilla de gilipolleces
y tratos sucios, como yo digo, de traiciones y, por tanto, de traidores.
Al carro de la traición se apuntó
el primero, el que más tendría que callar, dada la trayectoria
personal-estudiantil-política, además de lo que hizo su partido… ni más ni
menos que Pablito Casado. El joven político del PP que cada día se muestra más
agresivo con el gobierno, que cada día está más dolido con que su partido
hubiera perdido la presidencia, con que Rajoy saliera por la puerta trasera del
parlamento, para posteriormente salir en peor estado del bar de enfrente
mientras el resto del parlamento se ponía de acuerdo para echarle.
Por cierto, todos estos partidos
tan constitucionalistas solo atienden lo que dicen las leyes cuando les
interesa y les da ventaja. Según ellos fue una maniobra sucia o una traición
acceder a la presidencia del gobierno mediante una moción de censura y no
mediante unas votaciones; como si tal procedimiento no estuviera contemplado
legalmente por la Constitución.
A pesar de ello, tras el acuerdo
conseguido por las derechas en las elecciones andaluzas, andan al quite para
hacerse de la hegemonía en el resto de España y tienen prisa por alcanzarla.
Ahora están tratando de movilizar a todos los españoles… ellos sí pueden
movilizar a ocupar las calles sin estar penados, en contra del, según ellos, el
ocupa de la Moncloa. Alcanzar la presidencia, repito, por un procedimiento
legal, recogido en nuestras leyes, es casi un delito según los
constitucionalistas de nuestro país. Son los mismos que no movilizaron a nadie
ni movieron un dedo cuando tanto nos robaba el PP, cuando se aplicaban recortes
a nuestra España del bienestar, empeorando los servicios públicos, cuando se
traicionaba al pueblo español priorizando el pago de la deuda ante cualquier
otro gasto social y necesario. Los mismos que no salieron a la calle ni
condenaron al gobierno que regalaba nuestro dinero a los bancos y cajas, el
mismo que movía jueces y fiscales a su conveniencia para alcanzar el mayor
grado de impunidad para los suyos, que eran cientos de ellos metiendo la mano
en donde no debían.
Es evidente que hay varias
Españas y la de esta gente es la del encubrimiento y la de barrer para el lado
de Empresarios y banqueros, para donde siempre barrió la derecha, no para la
gente humilde y trabajadora. No necesitamos más ruptura ni crear
confrontaciones, no hay que seguir haciendo mítines del odio, no hay que
dividir a la gente. Todo el que actúa así es que no ha entendido nada de nada.
Solo avanzaremos y nos beneficiaremos todos cuando aunemos fuerzas para tirar
hacia adelante. Comprendo que ese es un modelo que no hace destacar a nadie en concreto
y que eso discrepe con el concepto de líder o adalid necesario en la cabeza de
esta gente tan “democrática”.
Ven la posibilidad de conseguir
gobernar en todas las regiones y tienen prisas. ¿No se han dado cuenta de los
signos de estrés y exasperación en el rostro de Casado?, hace un par de días en
la televisión mostraba una piel a manchas rojizas. Cree tener el poder en la
punta de los dedos y desespera por asirlo fuertemente y alzarse victorioso como
punta de flecha de un partido descalificado, semihundido y, aparentemente,
reflotado por él, que alcanzaría la victoria si volviera a gobernar. Lo ve así,
y se muere por ello, los días se les han de hacer semanas. Este domingo van a
tratar de hacer un movimiento de fuerza, una imagen que pretenden se les grabe a
los españoles sin opinión propia, que espero por el bien de España, sean cada
día menos. Sé que los medios de comunicación aplanan bastante el cerebro, pero
por encima de esto, queda todavía inteligencia para discernir y no dejarse ser
arrollado y arrastrado o, remolcado, hasta el puerto de la ignorancia.
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