Soy demasiado insistente sobre lo mismo, solo hay una forma de gobernar para la satisfacción de la gente, que las medidas que se tomen sean buenas para el bienestar de la gente y para el progreso del país. Si lo piensan, solo hay esta razón de que mantengamos, en el sentido más amplio de la palabra, a toda una casta gobernando. Pero sucede que la casta va a lo suyo, y pronto no me da ni un respiro para que evite criticarle. No quisiera ir por este derrotero, preferiría dedicar mi tiempo a hablar con gozo y orgullo de unos gobernantes que haciéndolo tan bien, todo fuera elogios hacia ellos.
Para gobernar satisfactoriamente, primero se ha de marchar con honestidad, integridad y coherencia, se ha de respetar mucho a la ciudadanía, se ha de llevar a los demás en la conciencia, se ha de tener una gran ilusión por mejorar cada día la vida de la gente, y querer que tu país, en todos los campos: industriales, tecnológicos, de investigación, etc., seamos de los primeros por amor a lo que hacemos, por deseo de hacerlo lo mejor posible, de dar el mejor servicio y la mejor calidad de nuestros productos, etc. Esto ni es complicado, ni es una utopía, es solo una voluntad de funcionar de ese modo, sin tratar de engañar a nadie sino de dar lo mejor de uno para satisfacción de uno mismo y del otro. Tenemos cualidades y capacidades para que así sea, solo que los poderes monetarios han tomado otra deriva, es por ello que nuestros gobernantes debieran detenerse a escuchar y observar los problemas de la gente para dar soluciones reales a los problemas que les aqueja. Igual con las empresas e industrias de todo tipo. Hay que vivir más lo de aquí, para después de arreglado y saneado lo nuestro podamos aportar en el exterior. La globalización es todo lo contrario: abarcar todo el exterior, perdiendo de vista el interior para beneficio de unos pocos.
Igual sucede con la UE, no podemos pertenecer a un club si no estamos en condiciones de cumplir sus exigencias o no podemos pagar la cuota de permanencia al mismo. Antes de adherirse hay que valorar con cuentas y números por delante si pertenecer al club beneficia a la gente y al país, sin embargo, recordarán que entrar al club tuvo unas exigencias nefastas para la productividad de España, nos obligaron a desindustrializarnos y topar la producción pesquera, agrícola, ganadera o minera. Esto supuso un mazazo a los intereses de España, produjo más paro, desaparición de un buen número de industrias, desaparición de explotaciones agrícolas y ganaderas, etc. Posteriormente, se forjó la moneda única y nos subieron de golpe el nivel de vida un sesenta por ciento, lo que hizo que aminorase nuestro poder adquisitivo.
Así que gobernar para la gente es atender sus problemas y dar soluciones, no tomar decisiones como si el que gobierna fuese un dictador y nos incluya en todo tipo de chiringuitos, sean cuales sean sus repercusiones. A la gente se le pregunta poco o nada, y cuando se ha hecho, han estudiado muy mucho el modo de hacer la consulta para obtener el resultado que los gobernantes esperaban. Hacen trampas al solitario, no son de fiar, lamentablemente. Las cosas pueden cambiar en unos días si se tiene voluntad de cambio, y para ello hace falta honestidad, integridad, coherencia y que a todos nos importe lo que suceda a nuestro vecino, por decirlo de un modo que todos lo entendamos. Es muy fácil y todos tenemos las herramientas necesarias para que así sea.
Seguiremos...
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