sábado, 18 de mayo de 2013

LA VIDA SIGUE ESPERANDO



Ayer me dijo mi mujer: “Mi compañera María Ferre, que te lee, dice que hace tiempo que no publicas en tu blog”, y es cierto. Creo que he dado mucha salida, que he utilizado como válvula de escape las redes sociales: Facebook y Twitter, para publicar y compartir todo aquello que, de algún modo me toca mis sentimientos o apunta hacia donde se dirige mi sentido común.
Un sentido común propio, fabricado como todos lo hacemos, y por tanto puede no ser coincidente con el de otros, que a mí me merece mucho respeto. Pero entenderán que luche por aquello en lo que creo, que como he dicho en otros escritos no sigue ideológicamente a ninguno en concreto, aunque pudiera parecerlo.
Una de las cosas de las que me siento orgulloso en esta vida es de no estar clasificado, al menos conscientemente. No pertenezco a ningún movimiento de los que hasta ahora han ido moviendo a la gente en masa, y no por ello quiero que nadie se me ofenda, sino todo lo contrario, deseo que cada cual viva la vida que mejor crea para sí. Pero que me dejen vivir la que yo quiero para mí.
Como decía: no pertenezco a ningún partido político, no soy de ningún equipo de futbol, no soy de ninguna religión. Trato de ser lo más libre que me puedo permitir, y lo digo así, porque solo hay una gran libertad, que es interior, y es ausente de miedos. Esa es para mí la gran libertad, y la única posible al fin y al cabo. Lo demás es parecido, es una libertad fundamentada en yo mentalmente me permito hacer más o menos cosas, pero cuando eres tú, la libertad es absoluta.
Ese es el aspecto de esta existencia que más me importa, y al que vuelvo una y otra vez cuando me doy cuenta de cuanto me distraigo por el camino. Apenas me salgo, me veo fuera, trato de ser yo, solo la vida que soy, y hablo de este  sitio que lo somos todos, del que no nos podemos separar, puesto que no podemos arrancarnos ese fondo real sobre el que hemos fabricado toda nuestra complejidad de vida mental.
Y hablo de este sitio, donde somos, porque solo desde él se vive en el gozo, en la plenitud, y se comparte amor. Esto así dicho, según en que mentes caiga, suena un poco extraño, pero os aseguro que vivimos con la oportunidad de vivir plenamente, y aunque a algunos le cueste aceptarlo, es posible. Sé de que hablo, en algún momento fui consciente de ello, y su valor y belleza, es incalculable. De verdad os digo, que vivimos en esta dimensión del sueño, de nuestro mundo mental, de un modo muy pobre.
Según he oído, enfermamos porque vivimos apartados de lo que somos, nos separamos por ignorancia, y en nuestro mundo mental inventamos las enfermedades, creemos en ellas. De la mente enferma solo se puede crear una sociedad enferma, porque la mente va por libre, no se ha hecho una con la vida que somos, con esa energía, con la inteligencia que llega a ser. Esa inteligencia que se transforma a sí misma y da la forma, tornándose una semilla en una planta o árbol, de modo parecido en las personas y animales. ¿No es absolutamente mágico e impresionante que haya una inteligencia dinámica que se desarrolla a si misma con esa maestría y perfección? Es la vida.
En lo más profundo eso es lo que somos, y aunque puede parecer una afirmación simplista, hemos añadido material adquirido más otro propio, hemos creado una ficción paralela a aquella verdad, y nos hace girar, dar vueltas, tratando cada cual de encontrar su felicidad mental perecedera, cuando ya tenemos la original. La felicidad inherente a la vida, pues la vida es plenitud y amor, por tanto todo lo demás nos lo inventamos.
Dejemos de imponernos tanto, dejemos de querer gobernar y controlar, y permitamos que la vida que somos, que ya hemos visto que es sabia, hable por nosotros, nos lleve hacia nuestra misión en este mundo, en esta existencia que nos ha tocado compartir unidos. No distanciados, por eso cada cual está tirando hacia donde cree mejor para sí y sus afines.
Esto toca a su fin, todos somos iguales, todos somos solo la energía de vida que somos, manifiesta en diferentes formas, con un fondo común, con un objetivo común: ser felices. Para ser feliz hay que ser el amor que somos ya en nuestro interior, solo hay que parar un poco y atenderle. Está deseoso de mostrarse para ser compartido, para crecer más y más.
Cuando lo hagamos, habremos dejado atrás las barreras de la mediocridad, de las discriminaciones, de la falta de valores, de los intereses, de las guerras, de la pobreza, y…. empezará la vida auténtica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

CUALQUIER DÍA ES BUENO PARA MORIR

CUALQUIER DÍA ES BUENO PARA MORIR

Mis tres primeros libros

Mis tres primeros libros

SOMOS LA LOCOMOTORA DE LA CORRUPCIÓN DE LA UE

SOMOS LA LOCOMOTORA DE LA CORRUPCIÓN DE LA UE
Volumen 1, 2 y 3

NOVELAS CORTAS DE FICCIÓN

NOVELAS CORTAS DE FICCIÓN

CRÍTICA SOCIAL-POLÍTICA 2016

CRÍTICA SOCIAL-POLÍTICA 2016

TRABAJO INTERIOR

TRABAJO INTERIOR

UN POCO DE MÍ

UN POCO DE MÍ
Críticas y soluciones