sábado, 7 de septiembre de 2019

ADIÓS, QUERIDO CAN

                                                                        POLO

Anoche te fuiste precipitadamente, saliste tras un gato que había entrado en el jardín y la muerte te sorprendió tanto como nos sorprendió a los demás. Corrías tras él y, súbitamente, diste una voltereta, cayendo desplomado, sin vida. Tratamos de reanimarte mediante masaje cardiaco, pero no fuimos capaces de devolverte la vida, se fueron algo más de diez años de compañía, de buena compañía que nos hiciste, en un solo instante.
Durante la noche, entre vuelta y vuelta dadas en la cama, he tenido ocasión de recordar cuando te traje a casa con tan solo un mes de vida… ¡todo un personajillo!, en seguida comenzamos con la atención sanitaria, desparasitaciones, vacunaciones; por lo demás, ningún problema de salud en estos casi once años, a pesar de que cuando te vio la primera vez el veterinario me advirtió que los dálmatas eran perros delicados, en cuanto a salud se refiere. Ese no ha sido tu caso, Polo, ni tampoco el de tu hijo Trasto, con el que has tenido la oportunidad de convivir casi siete años. Ambos machos, pero habéis sabido aceptarse sin ningún problema, a pesar que en una de las visita del veterinario nos recomendó que os castráramos, algo que no vimos necesario hacer puesto que supiste desde el principio asumir tu papel de padre, fue algo que no se nos pasó por alto, te relajaste, estabas pendiente de tu hijo como si estuvieras haciendo las veces de su madre, y cuando el niño te hacía algún feo tolerable, tú te hacías más sumiso, y cuando te tocaba tus partes nobles, le avisabas con un gruñido… fuiste bastante sabio en tu forma de actuar con tu hijo y nos hiciste la vida mucho más fácil a todos. Sé que hubo un Polo antes de la paternidad, y un Polo posterior a ella.
Nunca antes había tenido un dálmata, mucho menos, dos, y debo decir, no porque hayas fallecido, que sois perros excelentes, grandes compañeros, muy hogareños, os gusta estar cerca de los dueños, no sois nada delicados a la hora de comer, no hacéis feo a los piensos, no digamos si le añado algo de la sobra de la comida, incluso frutas o ensaladas… os gusta todo, no dejáis nada en vuestro plato. Cada vez que llegamos a casa, pareciera que no nos veíais desde hace años, siempre vigilante si alguien extraño a la casa merodea por la puerta, si llega un coche que no conocéis, siempre avisáis puntualmente, ahora te echaremos de menos Polo, tu ladrido era muy personal y diferenciado del de tu hijo, de aquí en adelante le escucharemos a él y habrá un vacío musical en ese coro que formabais los dos para dar la alerta de un posible riesgo. Tus lunares, tu mirada, acercarte para buscar una caricia, el pasar la mano por tu cabeza, tu cuello o tu espalda… te extrañaremos Polo.
Sé que tu corazón, aunque no has dado muestra de estar enfermo, ha debido sufrir mucho, cada año lo has pasado muy mal con las explosiones de petardos y fuegos artificiales en las fiestas navideñas, también cada año cuando se abría la veda con los disparos de los cazadores, lo mismo con los truenos… todo esto te ha hecho sufrir mucho y a nosotros también, cuando te veíamos temblar y te abrazábamos tratando que se te pasara, que te calmaras. Tal vez la edad avanzada, unido a un probable debilitamiento del corazón que aún no mostraba signos de estar enfermo, ha sido decisivo para desencadenar el fatal desenlace en plena carrera y excitación para expulsar al gato invasor de tu territorio.
Ya no podemos hacer más por ti, todo lo que estuvo en nuestras manos y en nuestro conocimiento lo hemos compartido durante estos casi once años que hemos vivido juntos, porque sabes que ni has sido perro atado ni enjaulado, tu cama estaba desde que llegaste a casa, dentro de la misma. Mientras estábamos en casa, la puerta siempre ha estado abierta para que tú y tu hijo salierais al jardín las veces que se os antojaba, y dormir, por supuesto, siempre dentro, resguardado de la inclemencia del tiempo. Te recordaremos por mucho tiempo, Polo, estoy convencido que te transformaste, que avanzaste, en definitiva, que llegaste a ser un perro de otro nivel. ¡Descansa en paz eternamente!

1 comentario:

  1. David Manuel Ibáñez Dolader7 de septiembre de 2019, 9:47

    Es imposible describir mejor a un gran amigo de toda la familia, siento como si un hermano se me hubiera ido, he vivido tantos momentos junto a él que tu escrito describe exactamente como fue. Gracias Papa por este sentido homenaje, gracias por haberlo traído a casa cuando solo tenia un mes de vida, es un gran amigo que ha aportado mucho más que compañía a casa. D.E.P. Polo

    ResponderEliminar

CUALQUIER DÍA ES BUENO PARA MORIR

CUALQUIER DÍA ES BUENO PARA MORIR

Mis tres primeros libros

Mis tres primeros libros

SOMOS LA LOCOMOTORA DE LA CORRUPCIÓN DE LA UE

SOMOS LA LOCOMOTORA DE LA CORRUPCIÓN DE LA UE
Volumen 1, 2 y 3

NOVELAS CORTAS DE FICCIÓN

NOVELAS CORTAS DE FICCIÓN

CRÍTICA SOCIAL-POLÍTICA 2016

CRÍTICA SOCIAL-POLÍTICA 2016

TRABAJO INTERIOR

TRABAJO INTERIOR

UN POCO DE MÍ

UN POCO DE MÍ
Críticas y soluciones