Quién no ha
oído hablar de delincuentes que son arrestados decenas de veces. La policía hace su trabajo y los
jueces, se supone que el suyo, poniendo en libertad a esos delincuentes una y
otra vez. Algo es evidente que no va bien, debe ser la ley la que no está a la
altura de las circunstancias reales, y como los ladrones no roban grandes
cantidades, son devueltos una y otra vez a las calles para que prosigan con su
medio de vida… apropiarse del bien ajeno.
¿Los políticos
españoles no leen la prensa, no escuchan la radio o los informativos de
televisión?, y si lo hacen, ¿qué está sucediendo para que no muevan ni una
pieza en esta jugada contra la seguridad ciudadana? La ley existente permite
que haya individuos que vivan de este modo, es responsabilidad de los
políticos, pero muy especialmente de los dos partidos políticos que han
gobernado en varias ocasiones con mayorías absolutas. Es la ley que ellos han
dejado en herencia, además de otras muchas insuficientes, deficientes y
permisivas con acciones que pueden perjudicarles a ellos, por eso, es más
oportuno a sus ojos dejar grietas en la justicia que les aseguren la impunidad
en caso de cometer delitos.
Yo, que soy
normalito, bueno, al menos es el concepto que tengo de mí, propongo que cuando
el delincuente sea reincidente, se agraven las condenas al margen de los hechos
delictivos. Hay que corregir, poner difícil, no favorecer la vida costeada con
un atraco tras otro. Comprendo que debe haber cantidad de personas en
condiciones de nula formación, adictos a drogas, que viven marginados, casi sin
expectativas, etc., a las que traer al lado de la sociedad civil normalizada,
le llamaré de ese modo, lo que ha de ser muy complicado; es ahí donde hay que
incidir, estudiar medidas para desintoxicar y para ofrecer formación que
encamine a esas personas a la futura consecución de un puesto de trabajo para
poder llevar una vida como la de cualquiera. Ahora nos topamos con el siguiente
problema, dónde están los puestos de trabajo si son deficientes en número para
el total de la población que quisiera trabajar, cómo incluimos a esas personas
con pasado complicado. La Administración, que somos todos, se debe implicar
más, como he dicho en muchas otras ocasiones, ha de ofrecer a los empresarios
condiciones muy ventajosas para que creen puestos de trabajo, pero si no lo
hacen por situación económica o intereses para regular a su gusto el mercado
laboral, la Administración pública, el conjunto de la ciudadanía, debiera optar
por crear tantos puestos de trabajo como sean necesarios para que todos pudiéramos
trabajar. Los políticos se votan para que solucionen los problemas sociales, y
el desempleo es uno de ellos si no el más preocupante para la ciudadanía, sin
trabajo no se tiene ingresos y no se puede vivir.
Cuando le das
vueltas a la cabeza hallas soluciones que nunca proponen los políticos,
desconozco por qué no se pronuncian al respecto, ¿lo hacen porque no piensan lo suficiente o,
tal vez, porque se lo imponen desde otro lado de la sociedad? En esta sociedad
egoísta, no descarto que mucho de lo que hacen es por intereses propios, aunque
de ello resulten consecuencias negativas para la ciudadanía. El político no se
puede llevar todo el año a la consecución del voto, no puede asomarse a los
medios para hacerse la foto y dar un mensaje o hacer una promesa que queda
bien, pero que no piensa cumplir… basta ya de charlatanes de feria.
Las leyes
tienen que cambiar, el sentido común, la honestidad y la humanidad, han de ser
consideradas características o, cualidades, que han de estar presentes en ese
cambio legal necesario. ¿Posibilitará la corrupción política que se pongan de
acuerdo para atajar el mal ajeno?, ¿se está en condiciones de suprimir esa
delincuencia cuando la que hay dentro de los partidos campa a sus anchas? Creo
que hemos construido un castillo de naipes, y toda la construcción se asienta
sobre una base inestable. Ante tal situación solo se me ocurre que hay que
desmontarlo, retirar escombros y limpiar, hacer cimientos nuevos y emplear
profesionales que nos aseguren el buen el éxito de la construcción.
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