lunes, 22 de junio de 2020

ROGANDO DINERO A LA UE


La Eurocámara pide aumentar el presupuesto de la UE tras el Brexit ...
                                                             Imagen: www.eleconomista.es
Como el sistema social-político que han elegido los que nos han gobernado y gobiernan, es el de vivir con fondos ajenos, subvencionados y malversar a su antojo, allá van todos los políticos a rogar dinero a la UE para paliar los efectos económicos y laborales de la crisis propiciada por la pandemia del coronavirus.
Evidentemente, la UE trata de soltar la “guita”, siempre que el Estado español adelgace, reduzca en lo posible sus gastos, pero cuando una organización te dice eso, sabe que donde no se debe recortar es en servicios esenciales para el bienestar de la población, sino en gasto superfluo y duplicado, como es la carga que supone los miles de políticos colocados por los de su partido, sin utilidad real, muchas veces son puestos creados con el único fin de dar empleo a uno de los suyos. Dónde dejamos el absurdo Senado y esa cantidad de senadores que nos cuestan un pico bien grande, sin atribuciones beneficiosas para la ciudadanía. Dónde dejamos las duplicidades de diecisiete gobiernos de las autonomías, o las invisibles Diputaciones, si ya tenemos en cada localidad un Ayuntamiento, y para las más pequeñas, que se rijan por el Ayuntamiento que le quede más próximo, pero en lugar de buscar una solución, los políticos duplican para habilitar más puestos de trabajos para los fieles militantes de sus partidos.
Pero qué hacen los políticos, pues que en vez de adelgazar esas duplicidades, que por cierto nos cuestan un riñón, aplican recortes en servicios esenciales: educación, sanidad, dependencia, etc., porque son unos traidores. Me gusta llamarles así, estoy convencido de que todo no se puede hacer bien, pero tampoco consiento que de todos los movimientos donde se mueva algo de dinero, los políticos estén prestos a llevarse su parte por la cara. No entiendo cómo somos todos unos sometidos a un sistema, en el que estamos obligados a contribuir en la forma, en tiempo y con las cantidades que estimen oportunas los mismos que nos roban. No entiendo cómo llegaron a ponerse al mando de nuestro barco, y no tenemos forma humana e inmediata de echarles de la embarcación. No comprendo por qué las leyes tienen secuestrada la acción de la justicia, no pudiendo actuar con libertad los jueces y fiscales contra la gran cantidad de casos de corrupción que han atentado contra la integridad del Estado, debilitando la capacidad económica y, por ende, la mejora y el progreso de nuestra sociedad.
Cuando se pide dinero para paliar situaciones internas, se está en cierto modo pidiendo un préstamo, nos estamos endeudando, estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades, por la incapacidad de nuestros gobiernos para proyectar un modelo de país bien proporcionado a sus necesidades. Este gobierno, como los anteriores, no puede seguir regalando el dinero público, no se debe regalar ni un año más los once mil millones a la Iglesia, que subsista de sus fieles, de sus creyentes o del Vaticano. No se puede seguir manteniendo y subvencionando una familia real, que es joven, está bien preparada y tiene dos manos y dos piernas para poder buscarse la vida como el resto de los ciudadanos de este país. Ya hemos visto cómo se mueve esa gente, sacando comisiones de todas las gestiones en las que intervienen y, como buenos y ejemplares patriotas, llevando sus fortunas a Suiza o a cualquier otro paraíso fiscal. No se puede seguir subvencionando asociaciones de todo tipo, porque hay necesidades en casa, hay gente que lo necesita, no habéis conseguido, después de gobernar cuarenta años, el pleno empleo, y eso, tener un empleo, es primordial para vivir. Vuelve a ponerse de relevancia vuestra traición, torpeza e inutilidad, no habiendo proyectado un país industrializado como los más adelantados del mundo. Habéis hecho lo contrario, como cuando Felipe González se obsesionó con integrar a España en la Comunidad Europea, asumiendo sus mandatos, desmantelando nuestro tejido productivo, industrial, nuestras explotaciones ganaderas, agrícolas, pesquera, minera, etc., relegándonos a ser los camareros de aquellos países que sí mantuvieron su potencia industrial… ¡eso es traicionar a un pueblo!, no sé a qué tipo de socialismo corresponde eso, arrodillarse a los pies de los países industrializados del norte.
Ahora acudimos, una vez más, para que nos den dinero, porque lo único que saben hacer nuestros gobernantes es comprar votos y apaciguar a los diversos sectores untándoles dinero. Que reclaman los bancos, pues ahí llevas sesenta mil millones a fondo perdido, porque nadie les reclama lo que es de todos. Que protestan los constructores de automóviles, pues ¡hala!, ahí van algunos miles de millones en subvención para que adquieran sus vehículos. Que reclaman los de la hostelería por el cierre de sus negocios… que reclaman los autónomos… que reclaman los que no tienen trabajo, que reclaman… Esto es una barbaridad, la bolsa es precaria, no tiene liquidez, hay problemas graves, el gobierno ha tenido a los sanitarios expuestos al contagio y sin entregarles los equipos de protección adecuados, que la pandemia está aquí y con la apertura apresurada de establecimientos, porque la economía manda, ya veremos si surge o no el correspondiente rebrote. Que tenemos que dar empleo a la gente que necesita trabajar para vivir y el Gobierno sigue regalando nuestro dinero, en lugar de industrializar el país para generar riqueza, al tiempo que da empleo a los desempleados… ¡el gobierno sigue sin enterarse!

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