Como se preveía, el rey sanciona la ley de Amnistía y todo queda pendiente de su publicación en el BOE. Muchos dicen que el rey no tenía más remedio, que es una obligación, pero yo digo que no es una obligación sino una de sus funciones, pero algo tendrá que decir cuando sanciona, está o no de acuerdo con lo que firma, o es solo un títere con una pluma en la mano. Y siempre pudo haberse negado, igual que cualquiera de nosotros podemos negarnos en nuestros respectivos trabajos a realizar algo que nos ordene hacer nuestro jefe y con lo que no estemos de acuerdo. Distinto es que nos echen, y perdamos el puesto de trabajo, que también sucede, pero ahí está la coherencia y la valentía de la persona para defender su criterio, su posición, a pesar del chantaje y la amenaza.
En este caso, como Institución mantenida con el dinero de todos los españoles, lo cómodo por muy amoral o poco ético que pudiera parecer o ser, lo fácil es seguir chupando de la teta del Estado y no jugarse el puesto, así que una bajada de cabeza, un achantarse y una obediencia ciega y cobarde es lo que ha sucedido. De nuevo se firma una discriminación con el resto de los españoles, que de vernos acusados de hechos similares, nosotros si que iremos al talego, sí o sí, nadie del gobierno vendrá a indultarnos, nunca harán una amnistía para sacar nuestros huesos de la cárcel o nos deje de perseguir la justicia.
Yo he hecho grandes esfuerzos por comprender en estos años todo el proceso de independencia catalán, está en mis libros, también en los escritos que cuelgo en mi blog, todos lo podéis buscar y veréis que así es, incluso determiné mucho tiempo atrás, casi desde el principio, que el deber primero como Estado democrático es escuchar a la gente y se debió permitir un referéndum, pues es la única forma de conocer el sentir y la opinión de un pueblo. En base a los resultados ya se hubiera negociado qué hacer, que hubieran votado con nombres y apellidos, no de forma secreta, pues sería una posibilidad que aquellos que voten independencia tuvieran que ser administrados por la Generalitat y el resto siguiera recibiendo ayudas, prestaciones, pensiones o servicios públicos en centros españoles aunque estuvieran ubicados en Cataluña, pero el resto tendría que hacer sus propios centros y tendrían que tener su financiación propia, al margen. Todo se puede negociar, hasta que los que quieren independencia deban abandonar el territorio nacional, por ejemplo. El abanico es amplio, y se podría haber dialogado antes de llegar a actos violentos tantos de los independentistas como por parte del Estado español con su brazo policial.
Hoy estamos con los hechos consumados y dándoles carta blanca para que siga la cabalgada hacia la independencia que a los que la proponen les conviene, no hacia una independencia pactada, dialogada, acordada, negociada y con cuentas saldadas. ¿Qué va a suceder con la gente que vive en Cataluña y no quiere independencia, con la que quiere seguir hablando español, con la que quiera rotular su negocio en español, con la que quiera opositar en Cataluña en español, con la que quiera seguir siendo española? ¿Se ha abandonado tras la firma, como ha hecho Pedro Sánchez, de forma dictatorial sin consultar con nadie, con el pueblo saharaui?
Rey de España, hay que ser más valiente e íntegro, pero ya sabemos, perteneciendo a este sistema de mafiosos y corruptos...
Seguiremos...
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