Esto es lo que acaba de suceder, el juez Peinado que lleva el caso de tráfico de influencia y corrupción de Begoña, la esposa de Sánchez, ya ha puesto fecha para que vaya a los juzgados a declarar, y su marido, el Presidente, ha lanzado su protesta por no haberse respetado el acuerdo verbal de no menear nada que pueda alterar los resultados de unas elecciones.
Eso es para análisis, encierra tela marinera, y siempre lo vienen haciendo así, dan por bueno los señores de la opacidad, o sea, los señores políticos, que el pueblo no se entere de lo que ocurra, no vaya a ser que la gente tome conciencia de la mierda que hay bajo las alfombras de todas las Instituciones, y vaya a decidir no votar a los que meten la mano o sacan los pies, lo mismo me da que me da lo mismo. Vuelve el estilo tunante y mafioso de los que están ahí, en cargos públicos, que deben creerse que todo el cortijo es suyo, y que la población tiene que tragar con todo lo que ellos quieran, además que debemos ser sordos y ciegos, para no escuchar acerca de las continuas fechorías, ni ver cómo lo hacen o la caradura que tienen.
Nos llevamos toda la vida protestando porque la justicia es lenta o, sencillamente, no actúa en muchas ocasiones cuando se trata de gentuza que ocupa cargos públicos sin tener el mínimo de ética, moral, honestidad, integridad, etc., necesarios para desempeñar una buena y honrada labor en el cargo. Y ahora que lo hace, salen los afectados, como no, despotricando porque a la justicia se le ha ocurrido señalar fecha para que la mujer del presidente vaya a declarar. Si no hubieran asuntos turbios, el presidente no se hubiera tomado aquellos cinco días para averiguar qué hacer, cómo afinar el asunto, a qué puerta tocar para que resbale y quede en nada, por eso todo aquello del fango de la derecha y los medios de prensa. Pero sabemos que hay impartición de un Máster sin ser catedrática, sin tener los estudios pertinentes para hacerlo, sabemos el conchaveo con ciertos personajes que ante recomendaciones que Begoña pedía mediante cartas, sus empresas recibían ayudas millonarias concedidas por el Gobierno de Sánchez. Las empresas de aquellos se beneficiaban, y a Begoña la montaban el asunto del Máster. Sabemos que el hermano del Presidente vive en Portugal, cuando se le dio una plaza en una localidad española, que según dice la prensa es para no pagar impuestos aquí. Sabemos que posee un patrimonio impropio para el puesto de trabajo que ocupa. Sabemos, por tanto, que el Presidente está rodeado de agua por todos lados, y ese complot, o esa organización se ha tejido con su conocimiento mientras no decía o hacía algo para evitarlo, y ahora cuando se descubre, todo es lamentos y acusaciones falsas para tirar el balón fuera... ¡Ahora toca apechugar con lo que se hace!
Por otro lado, todo lo que se hace es perfectamente normal que el pueblo lo sepa de inmediato y le ayude a votar con conciencia de lo que hay. Lo que no es normal es lo que viene sucediendo, ese pacto de silencio para no salir perjudicado aún siendo chorizos, ¿Qué persiguen, que los delincuentes puedan seguir o acceder a puestos de poder, aunque obren fuera de la ley? Porque con el silencio y la ignorancia de la ciudadanía, pero no por falta de capacidades sino por ocultación de información y datos, se conduce a resultados electorales irreales con respecto a lo que sucedería si los asuntos delicados de los mangantes que tenemos arriba, se supieran.
Seguiremos...
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