miércoles, 18 de noviembre de 2015

HAY QUE COGER EL TORO POR LOS CUERNOS

                                                  Imagen: www.telegraph.co.uk


Cualquier persona sensata siente en estos días pesadumbre por los incidentes violentos y terroristas de las últimas horas. Cualquiera llega a cuestionarse sobre lo mal que lo están haciendo algunos, que nos ha llevado a tener que soportar las amenazas continuas de una gente insensible o trastornada.
Quieren que el clima normal aquí sea el que ellos han sembrado allá por donde transitan: tiros, explosiones, cadáveres tirados en las calles, gente aterrada, gritos, llantos y fanatismo. Tienen el propósito de convertir a todo el mundo en el salvaje sistema, que encorseta la voluntad de las personas mediante el terror de la represión.
Eso no es vida sino fascismo del duro. No se puede ir por ahí asesinando al por mayor, no estamos hablando de un matadero de bestias o animales, que tampoco se merecen ese final. Aunque por el momento han conseguido ser el centro, que estemos preocupados y que los medios de comunicación solo hablen de ellos, de sus actos cruentos y de los bombardeos, que supuestamente, reciben sus posiciones en Siria.
La mayoría de estos asesinos a sueldo nacieron en Europa, tienen identidad comunitaria, han estudiado con la ayuda de los Estados europeos y pagan de esta forma a quienes les acogieron, les dieron la misma nacionalidad y les aceptaron en el seno de una sociedad democrática. ¿Qué es lo que esta gente no soporta de un sistema en el que puedes sentirte, más o menos, libre?
Irremediablemente ha de ser la intromisión de los Estados extranjeros en sus países de origen lo que propicia este salvajismo. Además de la descabellada idea de esta gente de volver a conquistar las tierras de sus antepasados. ¡Por Dios!, hay que pasar página, hay que convertirse en un hombre moderno, inteligente y evolucionado. No podemos seguir matando, en lugar de organizar cumbres políticas para abordar los temas pendientes, y dialogar.
Habrá que dialogar con quienes mandan a esos grupos que siembran el terror. Hay que hablar con ellos y conocer cuáles son sus quejas y sus demandas. Hay que llegar a un acuerdo definitivo y de respeto, para que cada uno en su casa se organice a su manera, y todos podamos vivir seguros y sin sobresaltos en las nuestras. El castigo violento traerá más violencia tanto para un lado como para el otro, por tanto esta no es la forma. Es una forma de sacar pecho, como se suele decir, pero sacando pecho lo único que se consigue es pavonearse ante los demás, no se solucionan los problemas ni el dolor de la gente, se produce más dolor.
No digo que haya que poner la otra mejilla, sino que hay que coger al toro por los cuernos. Y eso se hace con voluntad de dialogo con los altos cargos que dirigen a esos terroristas, conociendo sus quejas y rectificando tanto unos como los otros, para conseguir una convivencia en paz. Ya sé que es fácil plasmarlo en papel, pero lo digo porque el que es golpeado se enciende de repente y su solución es machacar un poco más al contrario. Así se consigue que el otro, a penas pueda, vendrá a machacarte a ti.
Menos bravuconería, menos fanatismo y más cerebro. Esto, o más muertos aquí y allá.

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