¡Paremos de una vez!, ¿no nos
damos cuenta del desastre en el que nos hallamos inmersos? Solo los que estuvieron
antes que nosotros y nosotros, somos los responsables. Debemos incluirnos
todos. Todos aportamos algo, bien por inconsciencia, bien por inercia, a la
marcha errática y peligrosa que llevamos. Habría que preguntarse: ¿a dónde
llegaremos, si unos explotan a otros, si unos asesinan a otros, si unos se
cargan el medio ambiente, o acaban con los recursos naturales que nos ofrece el
Planeta?
Esto no va bien ni satisface a la
mayoría de la población mundial, ¡tendremos que hacer algo!, ¿cómo luchamos
contra unos pocos que manejan el sistema mundial capitalista anti humano? No
por ser capitalista ya es anti humano, pero el que han implantado lo han
cimentado sobre la premisa de ser encarnizadamente voraz con las clases más
inferiores o menos pudientes. Esos mismo individuos que están al frente del
sistema cuyo objetivo es el dinero, y solo el dinero, tienen agarrado por donde
dijimos a los Gobiernos de los diferentes países. Es como si les hubieran
impuesto sus normas o reglas. Es como si tuvieran comprados a los miembros que
aparentemente gobiernan en cada país. El sistema monetario se impone a
cualquier proyecto humanitario; antes los beneficios, el lujo, los vicios, el
puterio, la extravagancia, el tráfico de armas, la trata de mujeres, el
narcotráfico, los paraísos fiscales, etc. Toda la corrupción y la maldad que
las personas son capaces de desarrollar tienen prioridad sobre las mismas
personas, sobre las vidas de estas, sobre la seguridad, el bienestar, el
progreso de las sociedades, etc. Este es el mundo que se ha establecido y el
que vamos a dejar a nuestros sucesores: hijos y nietos, si no lo remediamos.
Para pelear contra esta lacra
instalada en las sociedades hay que aislarles, hay que iniciar una andadura no
dependiente de sus dineros. ¡Basta ya de venderse a los mal llamados mercados!,
hay que generar por sí mismos. Así deben hacer todos los pueblos del Planeta,
pero les resulta más cómodo seguir la senda marcada sustentada por apoyos
financieros-monetarios, que al final te endeudan y te chupan la sangre. Esto
hay gente que no lo ve, creen que si le damos la espalda a esos usureros, nos
hundiremos. ¿Por qué no se está trabajando ya para proyectar una sociedad
autosuficiente? Ningún Gobierno habla de esto, porque esto implica trabajo, una
labor creativa de colaboración con toda la población, por y para todos, algo
para lo que los Gobiernos no parecen estar preparados… bueno, mejor dicho, no
quieren asumir tal responsabilidad, no desean mostrar si valen para el cargo
que ocupan. Prefieren ponerse las orejeras y seguir el camino como el burro
atado a la noria, que da vueltas y vueltas sin saber por qué lo hace, pero es
el único movimiento que le es permitido.
Los políticos actuales no
gobiernan, siguen dictados y caminos indicados por los del stablishment
monetario mundial. Viven año tras año como si siempre estuvieran bajo los
pantalones de papá o las faldas de mamá. Se sienten protegidos y con las
espaldas cubiertas por aquellos, pero habría que preguntarse, una vez más, ¿a
costa de qué?, ¿qué precio tiene eso para todo el conjunto de la ciudadanía?
Vemos que nuestros políticos no son adultos, siguen siendo adolescentes
esperanzados en que los mayores vendrán a resolverles los problemas. Esos
mayores son los “mercados”, cierta gente adinerada a tope, que solo vive para
buscar grietas en las sociedades para amasar más dinero. Las grietas se las
permiten los gobernantes y los jueces que, cobardemente, se callan por
conveniencia, pues a ellos si les untan lo suficiente como para ganar su
silencio. Si contaminar da dinero… se contamina. Si asesinar da dinero… se
justifican las guerras. Si encontrar una solución definitiva a una enfermedad
muy extendida, va a significar grandes pérdidas en las potentes industrias farmacéuticas…
se modifican los compuestos para que la gente se conviertan en enfermos
crónicos, así consumirán el medicamento durante toda su vida. Si ellos ganan
más cuando los trabajadores ganan mucho menos, aunque no puedan vivir, pues se
crea una crisis mundial, se les deja sin derechos y desempleados, para que los
puestos de trabajo sean más demandados y las condiciones salariales se vuelvan
más ridículas. Ellos dictan y nuestros gobernantes mueven las fichas imponiendo
leyes injustas para el pueblo. ¡No necesitamos que nos representen gentes que
valen tan poco!
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