sábado, 26 de noviembre de 2016

LA BASURA QUE HAY EN LOS SUPERMERCADOS Y EN LAS FARMACIAS, NOS MATA

                                                         Imagen: Jorge Bosia


Una vez más hay que cargar las tintas sobre el mismo asunto, la dejadez por parte de las autoridades sobre el control de lo que comemos y bebemos. Cada día entran en nuestros cuerpos cantidad de sustancias sintetizadas en el laboratorio, que son ajenas a nuestros cuerpos y que cada una de ellas produce daños a su manera, perjudicando, por lo general, el funcionamiento de nuestros órganos y dando lugar a alergias, mucosidad, sobrepeso, diabetes, etc. Esto no parece alarmar a ninguna autoridad puesto que se sigue permitiendo que haya una variedad de productos alimenticios, a los que se les añade múltiples componentes artificiales, dañinos para la salud, con el fin de que dichos productos puedan exhibirse en las vitrinas de las tiendas y supermercados por más tiempo, sin que se vean deteriorados, con moho o se pongan verdes, y parezcan estar en buenas condiciones de consumo.
Con los medicamentos sucede otro tanto, su origen puede estar en las propiedades de tal o cual planta, pero los principios de las plantas no pueden patentarse. Sin embargo, si se consigue sintetizar químicamente en el laboratorio, esa sustancia artificial y perjudicial para el cuerpo, si se puede patentar y conseguir grandes beneficios por ello. Es entonces cuando nadie se mete con las farmacéuticas y, por supuesto, nadie controla esa cantidad de efectos secundarios que se originan al ingerir esas sustancias químicas, ajenas a nuestro cuerpo. Salen al mercado y los médicos los recetan, cuando tenemos los principios activos naturales en las plantas, que actuarían sin producir efectos secundarios y curarían de un modo mucho más efectivo. Pero este extremo no parece importarle a nadie, porque el sistema sanitario mundial está arrodillado ante las grandes potencias de la farmacología.
Estamos solos ante el peligro de la industria alimentaria mundial que atiborra sus productos de venenos. Ante la potente industria de las medicinas que, igualmente, nos sirven venenos, y como mediadores tenemos a unos políticos que deberían estar velando por la salud del pueblo, pero que igualmente está comprado por el poder monetario de ambas industrias. Nadie nos defiende, sino que más bien cuando hay voces que ponen en evidencia esos métodos salvajes que destruyen la vida, nos hacen enfermar, o se presentan remedios efectivos naturales y totalmente opuestos a la línea asesina de algunos, te mandan sicarios amenazándote, te amargan la vida con denuncias o te quitan de en medio directamente, como ya le ha sucedido a cantidad de personas que han pretendido luchar por una vida más sana y natural.
Las estanterías de los supermercados están llenas de productos basura, de comida basura, de venenos que nos hacen enfermar por lo que comemos. Después vamos al médico y para paliar los efectos de lo que comemos, nos recetan sustancias químicas que ocultan los síntomas sin llegar a curar, pero produciéndonos a la larga otras enfermedades debido a los efectos secundarios de las sustancias artificiales que vamos tomando. Una vez iniciado esto no se puede salir de la cadena, la gente se va haciendo mayor estando enferma y tomando varios medicamentos. Así vive casi toda la gente, con una salud débil y dependiente de varios fármacos. Algo que es fácil de revertir si se sirven alimentos no envenenados, ecológicos, y el agua saliera pura por nuestros grifos; así como que el sistema oficial de salud se abriera a todas las terapias que conducen al ser humano hacia el estado de preservación de la salud por medios naturales. Ya de por sí, el cuerpo, es sabio y conoce lo que ha de hacer para conservar la salud. Nuestros cuerpos saben sanar solos, si les permitimos vivir ingiriendo alimentos sanos, bebiendo un agua pura, haciendo un poco de ejercicio y teniendo un estilo de vida relajado. Para ayudarle, tenemos en primer lugar a las plantas y por último otras técnicas más invasivas y agresivas que nos pueden hacer falta en momentos determinados. Antes de llegar a ello hay cantidad de terapias nada agresivas de las que no quiere saber nada la OMS (Organización Mundial de la Salud) porque se lo prohíbe la potente industria farmacéutica, sin embargo, son utilizadas en cantidad de clínicas privadas y exclusivas donde curan enfermedades imposibles a celebridades y personas de alto poder adquisitivo. La salud está al servicio del dinero y no al servicio del pueblo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

CUALQUIER DÍA ES BUENO PARA MORIR

CUALQUIER DÍA ES BUENO PARA MORIR

Mis tres primeros libros

Mis tres primeros libros

SOMOS LA LOCOMOTORA DE LA CORRUPCIÓN DE LA UE

SOMOS LA LOCOMOTORA DE LA CORRUPCIÓN DE LA UE
Volumen 1, 2 y 3

NOVELAS CORTAS DE FICCIÓN

NOVELAS CORTAS DE FICCIÓN

CRÍTICA SOCIAL-POLÍTICA 2016

CRÍTICA SOCIAL-POLÍTICA 2016

TRABAJO INTERIOR

TRABAJO INTERIOR

UN POCO DE MÍ

UN POCO DE MÍ
Críticas y soluciones