lunes, 11 de septiembre de 2017

COMEMOS LO QUE NOS DAN, NO LO MEJOR




Le llamo comida ortopédica a todos esos productos precocinados, industriales de producción masiva, en los que se sustituyen muchos componentes naturales por artificiales y donde se incluyen por alimentos cosas que no lo son o, simplemente, son partes del animal que antes se tiraban. Ahora lo trituran todo, y las “porquerías” antes inservibles, ahora son algo empanado para freír y al que han bautizado con un nombre que se ha hecho conocido. No hablemos de esos adelantos informativos sobre empresas chinas capaces de fabricar con materiales plásticos “comestibles”: chuletones, pescados, etc., porque nuestras vidas están en riesgo.
Los malos hábitos alimenticios vienen, en muchos casos, por las prisas, por disponer de poco tiempo para meterse en la cocina y preparar un buen plato o un buen guiso con ingredientes naturales, no solo vegetales, sino que me refiero a como se presentan en la naturaleza; quiero decir, que si añades pescado, estás poniendo la pieza completa, ves el pescado, sabes que comes pescado. Igual con el pollo, que es una carne que, supuestamente, está en cantidad de precocinados; así que cuando es una elaboración tuya y utilizas muslos o pechugas de pollos, sabes que estás añadiendo carne de pollo y comerás carne de pollo. Ya lo que haya comido el pollo o el pescado en su corta vida antes de haber sido asesinado para convertirse en nuestro alimento, es otro cantar. Del mismo modo, si el pollo o el pescado tuvo el movimiento suficiente o vivía hacinado, si se soleaba o no, si podía comer alimentos más o menos naturales o le suministraron medicamentos, hormonas de crecimiento, etc., de alguna forma, residuos de esos pueden quedar en la carne y pasar a nosotros. Las autoridades tienen la manga muy ancha y esto hace que valga casi todo… el negocio es el negocio, y nos están acostumbrando a vivir en una sociedad decadente en la que la pasta es la reina de la fiesta, así que hay cantidad de gente cuyo objetivo principal es ganar dinero por encima de todo, y cuando digo todo es todo, incluso nuestra salud.
No me fio ni de las frutas, ¿no han observado que algunas piezas no están lo suficientemente dulces, pero que a su vez tienen unas manchitas redondas, como si les inyectaran en diferentes partes de la misma, algún tipo de melaza; resultando, que unas partes de una misma pieza de fruta están dulces y el resto no. Mi conclusión es que recogen la fruta demasiado pronto o verde, maduran en cámaras y como eso no es suficiente para que tenga un buen sabor, pues lógicamente, le falta quizá un mes más en el árbol para madurar y endulzar, se lo añaden por medios artificiales. Otra observación mía, tal vez infundada por mi desconfianza hacia los que solo les interesa la pasta, como dije antes, es que han empezado a haber frutas con un color anaranjado extraño, por ejemplo este año se apreciaba muy bien en albaricoques y damascos, aparentemente estaban maduros, pero su textura y sabor no indicaban lo mismo, no estaban en el estado que a la vista aparentaban estar. Además el tiempo de cámaras se aprecia muy bien en las frutas que tienen hueso en el centro, a su alrededor se acumula humedad que se irradia desde el propio hueso y comienza a invadir la pulpa de la fruta, además si acerca la nariz podrá percibir el olor a humedad. Ya que lo he citado, me refiero a lo de acercar la nariz, es algo que suelo hacer frecuentemente cuando voy a comprar frutas a un supermercado, voy cogiendo manzanas, melocotones, etc., y le huelo la parte opuesta a donde supuestamente llevarían el peciolo o ramita que le unía al árbol, y cuando no huele a manzana o a melocotón, se quedan en la tienda. Igualmente, cuando las frutas deben estar con un cierto grado de maduración al tacto con los dedos, y están duras como piedras, se quedan en los estantes del supermercado. Para terminar y no ser más pesado con el tema, solo comentar algo que da mucho coraje cuando compras frutas en una frutería. Te tienen a la vista unos cajones de frutas dibujadas, como le he escuchado a los mayores, entre ellos a mi madre, y pides un par de kilos pongamos por caso, y la tendera o tendero comienza a coger piezas de otro lado no del cajón que tú indicaste, y cuando llegas a casa ves que la fruta que te ha metido en la bolsa no tiene el calibre que tenía la expuesta y, tampoco, te libras de un par de piezas que el tendero, sabiamente, sabe entremeter en el lote, con golpes y un estado un poco lamentable. Otros fruteros a los que les han debido reclamar, lo que hacen es vender varios calibres al mismo precio, con lo cual ganan más y se la cuelan a todo el mundo… esto tampoco gusta.
Hasta aquí hemos llegado, tengan cuidado porque hay mucha picaresca y traten de elegir mejor lo que comen, porque así tendrán mejor salud.

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