miércoles, 27 de septiembre de 2017

EL PROBLEMA CATALÁN DESDE OTRA PERSPECTIVA

                                                        Imagen: www.lavanguardia.com


La guerra sigue, no hay disparos, no se secuestra a nadie, nadie desaparece, no amanecen cadáveres junto a las tapias de los cementerios ni en las cunetas, pero la guerra psicológica continúa. Invasión por tierra, mar y aire, no dejan de llegar a Cataluña mandos policiales, agentes y se sigue la hoja de ruta de la persecución de papeletas, listas del censo, colegios, llaves, personas, políticos, urnas, carteles, webs, cartas, etc. Cataluña, para el Estado es territorio comanche.
Creo que el resto de España ha quedado bajo mínimos, en cuanto a seguridad y protección se refiere, porque el Gobierno español necesita amedrentar a la población catalana. A pesar de ello, por las imágenes que nos entregan los medios, cada día más personas desean votar y, de esas personas que quieren ejercer ese derecho, cada día, gracias a la contumaz actitud del Gobierno español en demostrar por la fuerza que solo ellos se pueden saltar la ley, hay más independentistas y simpatizantes de los independentistas, dentro y fuera de Cataluña.
En un Estado de Derecho nadie se debe saltar las leyes, pero cuando las leyes no permiten lo que los pueblos quieren, hay que modificar las leyes, porque la soberanía que algunos se empeñan en adjudicársela al territorio, es de los españoles, de la gente, y es esta la que debe ostentar el poder. Esto es algo que no digieren los políticos, porque sería despojarles a ellos del cetro. Voy a repetir una vez más mi pensamiento al respecto: los políticos son nuestros empleados, somos nosotros los que pagamos sus salarios, y el sentido de la política es que pongan en marcha los mecanismos para que aquí, en España, se haga lo que deseen los españoles. Sin embargo, ellos están acostumbrados a ser y comportarse como si fueran los dueños del cortijo, hacen y deshacen como se les antoja, dan nuestros dineros a quienes quieren, nos roban en nuestra cara, hacen negocio de la política, se corrompen y se enriquecen, saltan de cargos en cargos que se los dan entre ellos a dedo, se premian entre sí los años de servicios al partido cuando son imputados en asuntos nada transparentes y delictivos. Si ahora hay un pueblo que lleva siete años diciendo al Gobierno central que desea manifestarse y decidir su futuro, nuestros empleados deberían poner en marcha los mecanismos adecuados para hacer posible lo que ese pueblo pide. ¿Qué democracia es la que tenemos, donde es el político el que ordena y manda, teniendo miedo a que la gente se manifieste en las urnas? Por si fuera poco, organizan una concentración de policías y guardias civiles en Cataluña, que acongoja a toda la población española, ya solo falta que mande a los militares… ¿estamos en guerra o qué?
De la forma que muchas ciudades han despedido a las fuerzas de seguridad, vitoreando y cantando: “A por ellos”… ¡es una vergüenza! y una insensatez, parecía la España fascista, banderas en mano y saludos con el brazo en alto deseando que matasen a los “rojos”. Hemos visto que cualquier acto político es suficiente para que algunos desentierren el hacha de guerra y vivan el momento como si esos hombres se dirigieran al frente para luchar contra los enemigos. Esta agitación no es buena sino trágica y lamentable. Todos somos humanos, ¿de qué se quejan cuando golpea el terrorismo?, esto a lo que incitan puede resultar algo parecido. Son personas que creen que pueden vivir mejor autogobernándose y no bajo la imposición del Gobierno central de España, ¿por qué no es válida la experiencia?, ya sé, porque la Constitución del 78 la prohíbe, un trozo de papel hace imposible que la gente viva como quiera hacerlo, dentro de un orden. Solo quieren apartarse, no nos están atacando ni lanzando misiles, en lugar de perder tantos recursos en el montaje que se está realizando, hagan de España o, mejor dicho, del resto de España, un país industrializado y rico, lo bastante atractivo como para que ninguna otra Comunidad quiera independizarse, e incluso Cataluña quiera volver en el caso de que se consumara la independencia. Pero para eso hay que trabajar y no robar, para que tengamos suficiente dinero para invertir en modernizar el país e industrializarlo, y ustedes viven de reuniones, fotos, comisiones, mentiras, glamour y otras tonterías que a la ciudadanía no les reporta nada.
Señores del Gobierno no tengan tanto miedo, dejen de dividir España entre buenos y malos y trabajen por conseguir un país próspero, dejando de traicionar a la ciudadanía española.

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