Lo más surrealista de estos
últimos días, al menos para mí, es la intervención de las cuentas del
Ayuntamiento de Madrid por parte del reprobado ministro Montoro. De nuevo,
alguien que se ha saltado la ley, dando lecciones de cómo hay que hacer las
cosas, en este caso a un Ayuntamiento que viene demostrando que se pueden hacer
bien las cosas, que se puede gobernar para la ciudadanía, para conseguir un
mayor bienestar de los madrileños, que se puede llegar a tener un superávit y
que se puede seguir rebajando la deuda contraída por la anterior corporación,
que era del PP. Precisamente, por ser del PP, la Sra. Carmena, actual alcaldesa
con su equipo de gobierno al gestionar satisfactoriamente están poniendo en
evidencia la forma mafiosa de hacerlo los anteriores; la única ocurrencia de
Montoro ha sido cortar por lo sano, como se suele decir cuando se mete mano en
algo… llegar y controlar para limitar los gastos y que el equipo de Carmena no
pueda seguir haciendo las buenas políticas que viene desarrollando para el
conjunto de los madrileños.
¿Para cuándo tendremos unas leyes
actualizadas?, ¿cuándo propondrán los políticos de bien, porque los del PP no
lo harán nunca, una ley para que los ministros reprobados sean cesados de
inmediato? Últimamente, el PSOE está en la misma línea del PP, protegiéndose entre
sí para que la basura de ambos no salga a la luz; así que dudo que PSOE apoye
una iniciativa de ese orden, y C’s hará lo mismo, proteger a su patrón, el que
le está dando visibilidad aunque le pisotea de cuando en cuando. Nuestras leyes
están cojas o hacen agua, pero esto ocurre y los políticos lo saben, no hacen
mucho por cambiar la historia. La droga corre por el mundo, pero no parece preocuparles
a nuestros políticos, ¿cuántas veces ponen sobre la mesa acciones para acabar
con ellas? El tabaco mata, como dicen las cajetillas, prefieren ponerlo en el
envoltorio pero el veneno interior permiten se siga comercializando. Los
refrescos son porquerías super azucaradas que hacen daño a nuestro organismo,
igual que toda la bollería industrial, dulces, etc., pero siguen vendiéndose legalmente,
nuestros políticos no se preocupan de que se vendan mierdas insalubres en los
supermercados. El alcohol hace daño en el organismo, produce accidentes al volante
y conductas agresivas hacia otras personas, pero deja muy buenos impuestos
junto al tabaco y los combustibles fósiles… todo se puede vender. Los políticos
dicen estar luchando contra el cambio climático, pero no impiden que se siga
generando electricidad quemando carbón y otros combustibles contaminantes. En
la misma línea, las ciudades se llenan de humos que provocan enfermedades
graves, pero los políticos siguen permitiendo la venta de vehículos
contaminantes. Esto es una farsa en la que los políticos no hacen su trabajo:
proteger los intereses, la salud y el bienestar de la población. Constantemente
vemos que la situación económica y laboral, pilares de la microeconomía de las
familias, empeoran y los políticos siguen pugnando por conseguir más votantes
para las próximas elecciones… ellos están a otra cosa, la gente le importamos
un bledo. No sigo, no merece la pena.
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